jueves, 8 de julio de 2010

Estadística

Nunca encontrarás mejor momento que ahora

No hace aún 8 meses que la parca ya le guiñó, pícara y cómplice, el ojo.

Aún no cumplió 40 y su vida cayó en el peor de los desalientos… una rutinaria revisión médica le informó que “algo” no iba bien y en apenas dos semanas, el oncólogo le daba la noticia. Un nódulo pulmonar no es algo baladí y había que intervenir para prevenir mayores complicaciones

Tampoco se demoró mucho la intervención y apenas diez días más tarde ya entró en quirófano. No hubo muestra, si no que se prefirió extraer la totalidad del nódulo para limpiar todo.

La recuperación fue sencilla y las pruebas posteriores parecían positivas. La biopsia demostró la malignidad de la composición y todo parecía desarrollarse por el camino correcto

Tres meses más tarde, las pruebas volvieron a levantar las alarmas y comenzó a estar más tiempo en el hospital que en casa, hasta que no hace mucho tiempo, Átropos decidió cortar el hilo de su vida

Él siempre presumió de ser un estadístico y no por su trabajo, si no por que le gustaba presumir de formar parte de las estadísticas, bien por que se encontraba en el grupo estudiado, o bien, precisamente, por que no lo estaba… Él se consideraba o parte de los jóvenes, o de los viejos; parte de los cultos o los tontos; parte de los que trabajan o los que no; parte de los ricos o de los pobres; parte de los altos o de los bajos… siempre estaba formando parte de algo y creo que es cierto… ahora seguirá siendo parte de esos porcentajes que nos indican los vivos y los muertos…

La mayoría de las personas no lo conocerá nunca salvo por esos números que, dicho sea de paso, a la mayoría no nos importan. El próximo año, él será parte del índice de mortandad, de la evolución de enfermedades oncológicas, o del porcentaje de los incinerados sobre los inhumados… incluso dentro de unos cuantos años, formará parte de los porcentajes que indican la edad de supervivencia de los seres humanos

Él, junto a decenas… miles de personas, sólo serán un número más en la estadística que se nutre, precisamente, de esos seres casi anónimos y sencillos y que sólo son conocidos por su pequeño y simple entorno… él amó poco pero con intensidad, él trabajo mucho y con pocos resultados, él tuvo pocos amigos pero muy buenos, él lloró más que rió, el se sacrificó para no obtener casi ningún beneficio…

Así pues, hagamos lo que hagamos en la vida, y aunque esta no sea lo que todos pensamos que debería ser (justa, tal vez la vida debería ser justa) siempre somos importantes, pues formamos parte de alguna estadística.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Si amigo Buho, la canción preciosa...

lo demás...

es cebarse.... en ver lo negativo..

y todos esos instantes de felicidad...

que fueron...

que nadie podrá quitar..

que cuentan... en el corazón

que ningúna estadística podrá señalar, ni abarcar jamás..

Me molestan las estadísticas....


Un beso, sin estadisticas...

Manuela Fernández dijo...

Por mi trabajo veo a muchas personas morir, y no hay día que me pregunte cómo puede extinguirse algo tan grande como es la vida, y me doy cuenta de que para la humanidad efectivamente sólo serán un número sin embargo cada uno de esos números tienen nombre y apellido y han sentido y han reído y llorado... y por supuesto han dejado huella en todos aquellos que les rodeabamos.

Porciones dijo...

Números, letras, isla donde viven los de un riñón...¡uf! todos/as somos importantes con o sin estadísticas.

Un abrazo sin calcular...