viernes, 22 de enero de 2016

Tempus

No confíes en recibir lo que no estás dispuesto a dar.

Y finalmente, llegó el invierno. Pese a ser su época, pese a ser conscientes de su llegada, igualmente deseada por unos y temida por otros, creo que llegó como de improviso, como si nadie lo esperase… Llegó el invierno trayendo el frío, la lluvia, el viento y la nieve… Llegó el invierno y con él, los días se vuelven perezosos y se acortan mientras que la noche se estira más allá de lo que nos gustaría… Siempre ha sido así… siempre.

Para muchos, es la época de poder practicar deportes donde la nieve y el frío son compañeros necesarios y cómplices obligados... para otros, la nieve y el frío son crueles enemigos que han de sortear con paciencia y cuidado en carreteras y caminos... Para otros, simplemente es la época en que casi se hiberna y se procura salir lo menos posible, bien abastecida la despensa y la leñera, bien alimentado el fuego de la estufa o del hogar, bien abrigado el cuerpo, por fuera con prendas de abrigo, por dentro con sustanciosos guisos y buen vino cuando sea posible...

Cada cual pasa el invierno como cree mejore, y por ello, para algunos, ese clima frío y desapacible (no inhóspito ni ventiscoso), se torna en algo familiar mientras paseo por los bosques de mi pueblo, huyendo de todos... o de todo... o tal vez solamente de mí mismo. Allí la lluvia chorrea entre el escaso follaje que aún perdura y donde la luz del sol se difumina entre oscuras nubes preñadas de lluvia que el frío de la noche se encargará de convertir en nieve… esa extraña sensación de soledad confiere un grato placer de plenitud donde el ostracismo se torna en una libertad difícilmente sentida en otros ambientes… una extraña sensación que sólo puede perpetuarse en ese entorno y ese momento…

Pero el tiempo no se detiene… y llegará la primavera cambiando una magia por otra, pero mientras, estamos en este presente que nos ha tocado vivir, y es que aunque parezca una paradoja, estamos prisioneros del tiempo… A veces pretendemos escapar de la realidad que nos ha tocado vivir y algunas veces estudiamos el pasado intentando comprender el camino que se ha recorrido hasta llegar a hoy, e incluso en ocasiones desearíamos haber formado parte de algo importante... el Renacimiento, los grandes descubrimientos, el Romanticismo del XIX... ser partícipes de grandes acontecimientos del pasado… pero en el fondo sabemos que eso es imposible, por que somos rehenes de nuestro propio tiempo, del ahora que vivimos, de este instante… no podemos abandonar nuestra prisión… podemos desplazarnos entre sus muros, sí… podemos recorrer nuestro planeta o incluso escaparnos de él, pero siempre estaremos en el ahora… no sólo somos lo que somos, y estamos donde estamos, si no que también estamos cuando estamos... simplemente.

A veces es triste pensar que a pesar de ser coetáneas, dos personas no han de participar en el mismo tiempo (la una en el "tiempo" de la otra). Así, aquellos amigos de la infancia que fueron íntimos en su día, aquellos amores de adolescencia que nos hacían pensar que el mundo se acabaría sin ellos, aquellos compañeros de trabajo que nos ayudaron o nos pusieron trabas … muchos de ellos, simplemente han desaparecido de nuestra vida, ya no están en nuestro tiempo presente, han dejado de existir en nuestro "ahora", y nuestra vida se complementa con otras personas que si lo están… pareja, amigos, compañeros, etc… son ellos quienes ocupan nuestro presente, nuestros esfuerzos, nuestras preocupaciones, nuestros sueños, incluso muchos de nuestros recuerdos, y sólo de vez en cuando emergen del semiolvido otras personas que estuvieron y de una forma u otra se fueron... y pese a que muchas veces desearíamos cambiar nuestra vida, seguimos subyugados a la tiranía del tiempo en que vivimos…

Tampoco podemos garantizar que el transcurrir del tiempo no nos aporte más, ya sean personas, lugares o situaciones… durante todo nuestro tiempo no dejamos de percibir sensaciones y creo que la mayoría de ellas están relacionadas con las personas que forman parte de nuestro presente… aquellas que quedaron atrás, que quedaron en la historia, apenas nos duelen ya, y aquellas que han de venir, que han de formar parte de nuestra historia futura, aún no las conocemos… somos lo que somos por que estamos aquí, pero sobre todo por que estamos ahora…

Nuestra vida es tan breve, que es sólo este momento... pero dura toda una vida