lunes, 29 de noviembre de 2010

Comparaciones

Si enseñas a volar, no uses luego jaulas.

Este texto que reproduzco más adelante y que particularmente suscribo en gran parte, me hace reflexionar sobre la condición humana y su propio control dentro de la sociedad. Está claro que la vida en sociedad requiere de unas normas mínimas, pero es posible que estas normas sean no sólo insuficientes, si no ineficaces.

La vida, para mí, es algo tan confuso como maravilloso, donde los errores se suceden en el mismo orden aleatorio que los aciertos… curiosa la libertad que nos hace depender de las personas… o mejor dicho, de los sentimientos, por que sólo suelen importarnos las personas que nos hacen sentir a pesar de que esa parte verdaderamente humano que llevamos dentro, algunas veces consigue que un desconocido nos importe y en ese momento algo ocurre… tal vez sea eso que se empeñan en llamar amistad, caridad, amor, cariño, compañerismo… o simplemente es dar sin esperar nada… generosidad es eso???

Pero volviendo a lo que teníamos… ¿cómo sabemos quien nos hace sentir??? Bueno, de momento, dejo esto aquí para seguir reflexionando un poco…



Un Mensaje de GEORGE CARLIN:

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, más expertos pero más problemás, mejor medicina pero menor bienestar.

Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, conducimos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.

Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero más divorcios, casas más lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tú puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.

Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aquí siempre.

Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.

Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.

Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus más preciadas ideas.

Y siempre recuerda:

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

George Carlin.

La historia de esta carta, es así de simple… la escribió el autor, un famoso cómico, cuando su esposa falleció.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Canelo

Sentidos y sentimientos han de ser receptivos para que sean útiles.

No hace mucho tiempo comentaba con alguien sobre la capacidad que tiene el ser humano para ayudar a sus semejantes. Me resulta muy paradójico, no puedo evitarlo, el que muchas personas estén moralmente involucradas de muchas maneras para ayudar al desprotegido, bien en forma de voluntariado en organizaciones gubernamentales o no, e incluso recaudando dinero de muchas y varias formas… y sin embargo, parece que nos cuesta mucho, muchísimo diría yo, acercarnos a alguien que está llorando y preguntar si podemos ayudar. Es posible, sólo es posible que, nos es más cómodo dar unos cuantos óvolos que unos minutos

Tal vez sea que el ser humano esté perdiendo parte de su individualidad y se esté convirtiendo en una pieza social, moldeada para que forme parte de un tremendo engranaje que nos mantiene casi prisioneros y que nos mide, casi hasta las emociones.

En ese punto recordé que había un texto de George Carlin que quise recuperar por que apenas recuerdo (ese texto creo que está muy bien y seguramente lo ponga pronto) pero las casualidades me llevaron a encontrar la historia de “Canelo”.

No conozco ninguna placa ni monumento en Cadiz sobre este tema pero sí conozco las cualidades de la enorme fidelidad de muchos perros para con sus amos. En cualquier caso, el enlace de donde obtuve la información está
aquí

Hay cientos de historias que en cada pueblo se cuentan de la lealtad de los perros, la siguiente es una formidable historia que en Internet circula, misma que se dio en Cádiz, España, con un perro llamado “Canelo”. “Era una mascota que seguía a su dueño para todas partes y en todo momento. Este hombre anónimo vivía solo, por lo que el buen perro era su más leal amigo y único compañero. La compañía y el cariño mutuo los hacía cómplices en las miradas y hasta en los gestos.

Cada mañana caminaban juntos por las tranquilas calles de la ciudad cuando el buen hombre sacaba a pasear a su amigo. Una vez a la semana uno de esos paseos eran hacía el Hospital Puerta del Mar ya que debido a complicaciones renales el hombre se sometía a tratamientos de diálisis.

Obviamente, como en un hospital no pueden entrar animales, él siempre dejaba al Canelo esperándolo en la puerta del mismo. El hombre salía de su diálisis, y juntos se dirigían a casa. Esa era una rutina que habían cumplido durante mucho tiempo.

Cierto día el hombre sufrió una complicación en su tratamiento, los médicos no pudieron superarla y éste falleció en el hospital. Mientras tanto Canelo como siempre, seguía esperando la salida de su dueño tumbado junto a la puerta del centro de salud. Pero su dueño nunca salió. El perro permaneció allí sentado, esperando. Ni el hambre ni la sed lo apartaron de la puerta. Día tras día, con frío, lluvia, viento o calor seguía acostado en la puerta del hospital esperando a su amigo para ir a casa.

Los vecinos de la zona se percataron de la situación y sintieron la necesidad de cuidar al animal. Se turnaban para llevarle agua y comida, incluso lograron la devolución e indulto del Canelo una ocasión en que la perrera municipal se lo llevó para sacrificarlo.

Doce años fue el tiempo que el noble animal pasó esperando fuera del hospital la salida de su amo. Nunca fue en busca de alimento, tampoco buscó una nueva familia. Sabía que su único amigo había entrado por esa puerta y que él debería esperarlo para volver juntos a casa. La espera se prolongó hasta el 9 de diciembre de 2002, en que murió atropellado por un auto en las afueras del hospital.

La historia de Canelo fue muy conocida en toda la ciudad de Cádiz. El pueblo gaditano, en reconocimiento al cariño, dedicación y lealtad de Canelo, puso su nombre a un callejón y una placa en su honor: ‘A Canelo. Que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido.

El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2002’.”

No digo que haya personas que no sientan de igual forma, e incluso más, pero tal vez nos siga costando demostrarlo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Duna

No deberías subir a un árbol del que no se puede bajar.

Qué curiosa que es la vida... es cómo un caminar sin sendero, sin camino, sin forma, sin señales ni indicaciones... tal vez algunos consideren que es una crueldad y otros piensen que es una maravilla... En cualquier caso, es cómo una enorme superficie variopinta con todo aquello que podemos encontrar aunque jamás demos con ello. No hay un punto de partida, pero las personas debemos definirlo... en este caso el tiempo... el día, al que se le adornan con signos de zodiaco de toda índole y profetizaciones diversas, encaminadas a intentar descubrir el futuro, siempre incierto y misterioso...

A nadie parece importar el donde... y es que la vida es un paisaje que no se puede ver con los ojos, si no con los sentimientos... somos lo que sentimos, y lo que nos rodea es eso mismo... cierto que para describir cosas es necesario expresarlas y la imagen se vuelve casi imprescindible. Hablar de colores, de formas, de tamaños, nos hace comprender de una forma más sencillo aquello que se desea transmitir. Pero la vida tiene puntos de inflexión extraños y se puede pasar de un vergel al desierto en un sólo paso, en un sólo instante... podemos pasar de tener todo a no tener nada y ni tan siquiera sabemos por qué...

En la vida hemos de caminar solos... cierto que nos encontraremos a otros... gente de mucha índole diversa que en ocasiones vendrá con nosotros, pero jamás podrán caminar por nosotros... la compañía será larga o breve, divertida o aburrida... siempre en función de lo que deseemos, de lo que desee quien nos acompañe... pero no es más que eso... compañía... y algunas veces, parece que es imprescindible

La vida suele darnos la posibilidad de caminar hacia atrás... cierto es que los errores sirven para aprender y que pedir perdón es cómo darse cuenta de que hay un camino sin salida... enmendar y rectificar es algo que cuesta mucho pero que es necesario e imprescindible... forma parte del crecimiento, forma parte del camino, forma parte del individuo...

En este figurado espacio de vida, no hay límites de ningún tipo... en la vida real hemos de respetar la propiedad privada, y la pública, y los espacios habilitados para unas cosas y para otras y al final, nos vamos constriñendo a lugares específicos pero siempre limitados. Pero la vida se siente y por lo tanto, el caminar no se hace con los pies... No, no hay límites y por lo tanto, no hay seguridad de donde empieza algo o donde acaba... y si alguna vez tenemos la sensación de estar perdidos en un desierto, podemos ser afortunados de encontrar un oasis...

No sé en qué punto de la vida me encuentro... no sé si estoy en el vértice que une la noche o el día, no sé si estoy pasando de puntillas entre el filo suave y quebradizo que separa la tierra del mar... la vida no tiene mapas y la dirección que hemos de tomar es sólo nuestra, por mucho que los demás se empeñen en decir por donde hemos de ir...

Ya he comentado por ahí, en más de una ocasión que es lo que pensarán de nosotros los aquí dejamos todo esto, dentro de unos cuantos siglos… ¿quién se acordará de nosotros entonces??? quedarán los textos o por el contrario será necesario hacer espacio y serán borrados tan fríamente cómo si fuese correo basura??? , pero sobre todo, me gustaría saber si aún se podrá pensar con libertad, por que no hay que engañarse, eso es lo único que aún se puede hacer libremente, ya que hoy la sociedad nos exige ser “políticamente correctos” aunque la doble moral es algo tan habitual que ya a nadie asombra

Hoy, no sé dónde estoy en ese extraño devenir que tras algo más de medio siglo, me ha traído hasta aquí… pero hoy, otra vez, me siento cómodo, tranquilo, a gusto, relativamente feliz y no tengo ganas de grandes cambios… he llegado a ese punto de descanso donde el agua es limpia, la fruta es fresca y el clima es suave y la compañía interesante... No puedo evitar esa comparación de situaciones que tanto me gusta exponer a título de ejemplo, pero ¿cómo poder definir que ahora, me gusta sentirme así sin importarme nada donde es en realidad??? y es que sigo estando en mi vida y hoy, me encanta disfrutarla así…

Por qué dunas??? Por que en ellas, siempre monótonas, puedes encontrar la belleza, un oasis para disfrutar y todo un mundo para descubrir posteriormente…



lunes, 8 de noviembre de 2010

Siluetas

Si miras a un lugar distinto, seguramente veas cosas distintas

El amanecer desdibujaba, en la línea del horizonte, los perfiles de los álamos que parecían haber sido puestos allí por la mano de un artista… sobre un fondo aún oscuro, los perfiles negros de la alameda se precipitaban en la mañana de una manera que no sabría definir.

Supongo que por eso, mientras la habitación aún olía a café recién hecho, le dije: mira. Nos sentamos un rato a mirar ese contraste de sombras, hasta que el orto rompió la mañana y en ese momento, sólo pude besarla, sin más palabras…

El día ha comenzado de forma distinta…


jueves, 4 de noviembre de 2010

Antena

A pesar de ser la misma distancia, ida o vuelta suelen costar distinto esfuerzo.

Me han robado la antena del coche. Técnicamente y con la terminología específica, no debería decir que me han robado la antena, si no que ha desaparecido… vale, lo acepto… alguien se ha llevado la antena de mi coche y por esto, mi antena ha desaparecido. ¿Mejor así??? Espero que sí.

Antes no me había fijado, pero ahora que voy más pendiente, veo que el 50% de los coches carecen de antena. No sé para que se las llevan, pues un coche sin antena funciona bastante bien, pero una antena sin coche, no sé para qué servirá.

Está claro que no es una casualidad, ya que una persona puede "perder" una antena y quitarla de otro vehículo y así producir un efecto cascada, pero no, han sido miles de antenas las que han desaparecido… ¿qué harán con ellas???

Quizás las usen para rascarse la nariz sin mancharse los dedos, o tal vez llegar a inalcanzables lugares de la espalda. También está la posibilidad de que sirvan para dirigir orquestas filarmónicas. Incluso, si me apuran mucho, hasta podrían usarse cómo dardos en competiciones de tiro con arco o similares.

Pero lo que creo es que alguien las debe estar acumulando con no sé que aviesa intención. Tal vez sea una asociación que esté almacenando las antenas para la construcción de un duplicado de la torre Eiffel, o la réplica del Golden Gate…

En cualquier caso, si alguien sabe la respuesta… por favor, que no la guarde para sí

Agradecido.