sábado, 28 de febrero de 2009

Creación

Las cuestiones de “Perogrullo”, son tan obvias que difícilmente hacemos reflexiones sobre ellas… Todos los días sale el sol y sabemos el por qué, pero eso no significa que cada día nos cuestionemos sobre la rotación de la tierra o sobre las leyes de gravitación… simplemente pasa para la mayoría de nosotros

En ese mismo sentido, algunas veces olvido que un escritor, un novelista más concretamente, es un dios creador de vida… no es alguien que cuente historias ficticias, si no que es un artista creador de vida, que confiere a sus personajes de unas cualidades, que los hacen ser como su creador quiere que sean y que viven, sufren y mueren como su creador quiere que vivan, sufran y mueran…

Imagino que la mayoría nos “metemos” en la piel de algún personaje cuando leemos una novela y sentimos sus experiencias como nuestras… pero algo hay que no podemos evitar y es la trama que el escritor ya ha decidido… no podemos si no seguir el guión que su creador ha decidido para ese personaje que ahora ocupa nuestra mente y que sentimos como nuestro…

El escritor, el “dios” de la pluma que ha creado esa vida, esa historia, esa vivencia, es quien nos convence para seguir y aceptar sus criterios sin tener otra opción, y al final de la novela, cuando todo ha terminado, podemos sentirnos aliviados, tristes o felices, según hayamos disfrutado con la lectura, pero… no hemos sido si no muñecos que hemos seguido la vida que por lo general un desconocido, ha escogido para nosotros…

jueves, 26 de febrero de 2009

Verdad

Siempre me ha gustado la sinceridad, ya que como dicen, se puede llegar a cualquier parte con la verdad por delante.

Así, he estado presumiendo de mi carácter durante mucho tiempo y sobre todo con mis compañeros de trabajo, con los que me paso la mayor parte del tiempo, a los que increpaba para que fuesen sinceros en sus conversaciones conmigo.

Hace pocos días, Gonzalo, mi compañero de siempre, me dijo que estaba enamorado de mí.

Desde entonces, creo que no es tan bueno ser completamente sincero... Ahora, Gonzalo y yo no nos hablamos.



domingo, 22 de febrero de 2009

Gratis

Algo que la mercadotecnia tiene claro, es que cualquier consumidor no se resiste al estímulo de la mágica palabra “gratis”. Quiero imaginar que la gran mayoría de nosotros, somos totalmente incapaces de pasar de largo cuando alguien nos ofrece algo completamente gratis, sea lo que sea… quiero imaginar un gran expositor de cajas, con un letrero: “Gratis. Coja una” y aún sin saber qué es lo que contiene o que utilidad vamos a darle, casi sin dudar cogeremos una, o dos, o incluso más, pese a los pocos días termine en la basura… y aún así, la próxima vez que nos suceda, volveremos a dejarnos seducir por la magia de la gratuidad y volveremos a coger una caja por que siguen siendo gratis.

Sin embargo, con el paso del tiempo, aquello que es gratuito, pero que a la vez se hace rutinario, pierde el interés y se convierte en algo tan asimilado que no le damos ninguna importancia…

En el escaparate de una sala de urgencias médicas, donde la confianza se deposita en las manos de los profesionales que allí están, hay algo que aún siendo totalmente gratuito, es lo más valorado por quienes esperan durante las largas horas de impotencia… la esperanza de que todo salga bien por enésima vez, que una sonrisa acompañe a las palabras y que un simple abrazo alivia el alma de los que están sanos…

Tal vez sea esta la más cercana expresión de la gratuidad que no se encuentra fácilmente, por que la hemos hecho tan insignificante o por el contrario, tan íntima, que ha perdido su gratuidad fuera de ese pequeño círculo de conocimos del que nos da, en ocasiones, miedo salir.

Qué extraño valor damos a las cosas, que no sabemos valorar de un beso, por que es, simplemente, gratis

martes, 17 de febrero de 2009

Paralelas

Nuestras vidas son como las líneas paralelas

Siempre muy cerca

Siempre en la misma dirección

Siempre uno al lado del otro

Que lástima...

Nunca podremos estar unidos



miércoles, 11 de febrero de 2009

Eulana

Eluana Englaro, supongo que ya conocida por todos, ha pasado a la Historia, no por su vida, si no por su muerte.

Sin embargo, algo que debería ser natural –la muerte- se ha convertido en algo más que un diálogo entre detractores y partidarios de este tipo de prácticas. Por si alguien tiene curiosidad, diré que estoy a favor de no mantener por más tiempo del necesario, una agonía…. Pero el problema es: ¿Cuánto es el tiempo necesario??? . Entramos en divagaciones morales y éticas que cada cual podrá razonar a placer, en función de lo que estime conveniente.

No obstante, y a pesar de lo expuesto anteriormente, no sé si dado el caso, yo tuviese que firmar la orden de desconectar a un hijo o algún ser querido, si todas mis “lógicas” teorías, no se vendrían abajo por ese otro ilógico sentimiento del cariño y la mano que hoy está firme, siendo espectador con voto en este diálogo, se convierta en temblorosa y dubitativa.

Pero esto mismo podría debatirse sobre el aborto… y quisiera, en este caso, ceñirme a estos dos polos opuestos de la vida (nacimiento y muerte) donde, para bien o para mal, otras personas diferentes de las que lo van a sufrir, tomarán esa decisión. Quede claro pues, que no hablo del “suicidio asistido”, donde es eso… un suicidio y no una decisión ajena…

Todo esto viene dado por que a pesar de todo, no sé si el ser humano, tiene que tener la potestad (sea legal o no) de sesgar la vida de un semejante. Soy contrario a todo tipo de violencia y a pesar de que la desconexión de una persona de la máquina que la mantiene viva no es violento, también es cierto que una inyección letal a un condenado a muerte tampoco lo es, provocando en definitiva el mismo efecto…

En función de este último ejemplo, y basándome en el juramento hipocrático, un médico no debería hacer nada para acabar con la vida, pero basándose en la lógica del desarrollo humano, un médico no debería inmiscuirse en el proceder natural de la vida… y es que si un médico puede “modificar” la función natural del hombre, entonces ¿por qué razón no podemos usar herbicidas, raticidas y todo tipo de “bichicidas” para nuestro beneficio??? Si podemos cambiar el mundo a nuestro antojo, moldeándolo según nos convenga, ¿Qué nos hace pensar que podemos otorgar el beneplácito de la existencia a los hombres??? Tal vez llegue el día en que si la medicina avanza para prolongar nuestra vida, la sociedad nos marque un límite para no sobrepasar cierta edad… ¿por qué no??? Una verdadera dicotomía médica… nos hace longevos para luego ponernos un final con cita…

En cualquier caso, son las fuerzas vivas de la sociedad quienes, para evitarnos problemas (aunque sea de conciencia), se decantan por determinar cuando y donde se puede determinar que una persona ha de vivir o no en función de lo que se entiende que es mejor en un momento dado… pero de nuevo, la complejidad de considerar el todo como uno tal vez no es la más acertada… La mayoría de edad se establece a los 18 años y estoy seguro que todos conoceremos personas mayores que pensamos que siguen siendo niños, y otras personas, más jóvenes cuya personalidad y sensatez puede sorprendernos…

Siento todo el galimatías, pero no hay tiempo para mucho más… es un excelente pretexto para hablar de moral.


domingo, 8 de febrero de 2009

Gemelos

Leyendo una entrada de Verdadosa me vino a la cabeza la historia de Alejandro y Luis. Son hermanos gemelos y a pesar de que la lógica del parto le concedió a Alejandro ser privilegio de ser el mayor por sólo 3 minutos, fue límite suficiente para que naciese un día antes que Luis

Salvo por ese pequeño capricho del destino, ambos hermanos crecieron prácticamente en paralelo, y allí donde estaba uno también estaba el otro. Estudiaron juntos, salieron juntos y juntos conocieron a sus respectivas esposas, tanto así que las bodas se celebraron con un solo día de diferencia para que no se interfiriesen los protagonismos, casándose Alejandro un sábado y Luis el domingo.

Ambos consiguieron trabajo en la misma empresa y durante tiempo desempeñaron funciones muy similares, ganando lo mismo… Alejandro y Luis, eran más que gemelos, la misma vida en dos personas distintas.

Un día llegó a trabajar a su empresa Silvia. Silvia no era una mujer atractiva, si bien, su altura, su gracia y desparpajo y su, para algunos, provocativa forma de vestir, no le dejaban pasar desapercibida la mayoría de las ocasiones.

Alejandro fue quien más cerca estuvo de ella en el trabajo y por lo tanto, y por primera vez, sus sentimientos hacia Silvia fueron creciendo en una dirección distinta de la que crecían en su hermano... Poco a poco y sin saber por qué ni como, se fue enamorando de ella, pero dada su situación de hombre casado y comprometido no dijo nada a nadie manteniendo su vida cotidiana de la misma manera... Luis, sin embargo, durante una fiesta navideña, consumió más alcohol de que debería y sin saber muy bien cómo ni por qué, terminó en la cama con Silvia, o al menos eso le dijo ella, por que en realidad, él no recordaba nada…

Sólo una de las dos esposas pidió el divorcio.

viernes, 6 de febrero de 2009

Llorar

Hoy he visto a un hombre llorar… supongo que debería ser algo que no tuviese mucha importancia, salvo la causa que originan esas lágrimas.

Estaba pidiendo por que no tenía trabajo pero sí obligaciones a las que hacer frente, entre ellas.

Tal vez sus lágrimas sean de “cocodrilo” pero estoy seguro que hay otras muchas personas que sin lágrimas, tienen, por esta causa, ganas de llorar.

Esas lágrimas, vistas o no, desgarran el alma

jueves, 5 de febrero de 2009

Mesa

Ignoro por qué extraña razón, hoy la cabeza me ha devuelto algunos de mis primeros recuerdos de mi infancia. Desde la borrosa visión de la casa donde nací y que abandoné con 3 años, hoy derruida para dar paso a mejores construcciones, hasta aquella otra casa donde estuve viviendo hasta cerca de los 10 años.

De esta segunda, tal vez lo más representativo era la mesa que había en lo que entonces, a los ojos de un niño, era todo enorme (hoy no lo es tanto). Una mesa ajada por el paso del tiempo y ennegrecida por el uso y el rudimentario barniz que pretendía mantenerla en mejor estado… Yo siempre creí que era una mesa mágica ya que durante las navidades, allí se establecía un tosco “Belén” de diversas figuras desproporcionadas, con musgo y cortezas siempre recién cogidas de los campos cercanos y de ríos hechos con el envoltorio plateado interior del interior de los paquetes de tabaco… aún así, tenía la magia de que día a día, los reyes magos se acercaban un poco más al portal donde reposaba, con la quietud y tranquilidad propia de quien conoce lo que ha de hacer, aquel “niño Jesús” de cara amable y aspecto sonrosado. El día de Reyes, al amanecer, ya estaban los magos en el portal y eso daba pie a que los regalos habían llegado…

Pero no sólo era aquello, si no que el resto del año, en los cajones de aquella mesa se guardaban extrañas herramientas y útiles que apenas conocía y cuya utilidad era todo un misterio… Todo ese mundo desconocido y enigmático, era algo más tentador, que un billete tirado en el suelo y desde luego mucho más peligroso, ya que por razones que entonces no entendía, tenía prohibido tocar nada de todo lo mágico que había allí…

El tiempo también acabó con aquella casa pero no con el extraño espíritu de la mesa, de las tardes de hacer los deberes en la cocina, al cobijo de toda la familia (creo que era el único lugar que no hacía demasiado frío) y con la inconfundible señora Francis de fondo, que suplía, en esa España de pobreza y aislamiento, a las amistades verdaderas donde se podían descargar pesadumbres, o en su defecto, a los psicólogos que hoy visitamos con frecuencia…

El pasado pasó, pero en cada uno de nosotros tenemos nuestros propios yacimientos históricos que son la base de lo que hoy somos…

domingo, 1 de febrero de 2009

Nieva

Nieva… Qué difícil se me hace algunas veces el poder expresar con las palabras aquello que percibo con los sentidos… Nieva… Es una grata sensación mirar los grandes y blancos copos que caen lentamente, sin prisa alguna, sobre la ciudad y que poco a poco la va tiñendo de blanco… Nieva… Los niños corretean intentando coger los copos con la boca abierta o intentando hacer alguna bola para jugar con otros niños… Nieva… Los mayores caminan con cuidado para no perder el pie y escurrirse, temerosos de perder su salud… Nieva… Cómo casi todo, es bueno y es malo… Nieva… hermoso paisaje para quienes lo vemos desde dentro de los cristales… Nieva… Un incómodo y peligroso compañero de viaje para quienes deban estar en la carretera…

Siento que me cuesta desgranar mis sentimientos en palabras para hacerme entender… Nieva… me siento bien, me gusta… hoy puedo ver la nieve desde la mejor parte de la ventana y no deseo pensar en otra cosa… Pero no siempre es así… Cómo se puede valorar cada palabra??? Cuando decimos “Te quiero”, ¿Cuánto significa??? Mucho??? Lo necesario??? Poco??? Y qué es lo que entendemos como poco??? Qué pensamos que es mucho???

Sí, me resulta complicado expresar aquello que llego a sentir y no sólo me refiero a esos sentimientos profundos o intensos, si no también a aquellos simples como contemplar como nieva… Me pregunto si cuando decimos que el cielo está limpio y azul, todos percibimos esa misma limpieza y tono de color de igual forma… Tal vez el iris de mis ojos dé una tonalidad distinta a ese azul, de la que tú, lector, puedas percibir… si algo tan sencillo y aparentemente único como el azul del cielo podría variar de unas personas a otras… cuanto más difícil es expresar algo tan personal o intangible como los sentimientos que forjan nuestro carácter???

Como describir lo que siento con tan pobres y limitadas palabras que conozco??? Como gritar que amo, que odio, que sufro, que rio o que lloro con esas sencillas palabras que abarcan tanto que difícilmente, el tono azul de mi cielo, será entendido, ya que ni yo mismo sé describirlo…

Nieva…