domingo, 30 de diciembre de 2012

Circo

Quien sufre de miedo, jamás será libre, y seguramente, tampoco feliz

En estos días de Navidad, los circos se acercan a las ciudades y siguen ofreciendo “el mayor espectáculo del mundo”. Sin embargo, hoy en día el circo ha caído en una cierta desidia y ya nada sorprende.

Cuando yo era niño, el circo era quien realmente llevaba a las ciudades y los pueblos toda la magia y la ilusión que de otra forma, no podríamos haber conocido. Fieras, más o menos salvajes, magos, equilibristas, payasos, trapecistas, payasos... actuaciones para todos los gustos y de todos los colores que era imposible poder ver y conocer en cualquier otro lugar.

Hoy, la televisión e internet han desbancado toda esa magia y ahora podemos acceder y ver todo aquello que antaño era imposible. Todos hemos visto leones en TV, todos hemos visto trucos de magia en internet y todos conseguimos oír música en la radio... Sí, el mundo de la comunicación está ahogando al circo que poco a poco se está transformando y buscando un poco más allá del “más difícil todavía”. Hoy, como en esos extraños bazares de baratijas, hay cosas que son imposibles de encontrar fuera del circo...

Sea pues este un pequeño homenaje para aquellos que hoy parecen encaminados a ser los últimos artistas de “troupé”, de carromato, nómadas de interminables viajes y siempre con una carga de ilusión e optimismo en sus escasas pertenencias

Hoy pensé en el circo a raíz de una conversación sobre las redes sociales... Cuando niño, también jugaba con mis amigos... llegaba del colegio, hacía los deberes, me cogía un bocadillo y salía a la calle a jugar... la calle entonces no era peligrosa, o sí... nos caíamos, nos raspábamos las rodillas y nos hacíamos sangre... nos hemos roto algún hueso incluso. Gajes del oficio que dirían los más aventurados... La vida era más dura para nuestros padres, pero más sencilla tal vez para nosotros. No necesitábamos si no amigos, gente con la que dejar que la imaginación fermentase y se transformase en aventuras sin fin, en campeonatos del mundo de cualquier cosa, y sobre todo en risas insustanciales que nos obligaban, cuando caía la noche, a desear que llegase el día siguiente para retomar aquello que dejamos a medias y que sólo Dios sabría si continuaría o si ya había terminado.

Tal vez por que hoy los amigos se cuentan en las redes sociales, por que la gente va caminando poniendo mensajes y hablando por teléfono, pero sola, por que mientras la comunicación es mucho más fácil y fluida, las palabras se hacen más escasas y difíciles...

En estos días recibimos decenas de felicitaciones, “copias – pegas” de buenos deseos y palabras de agradecimiento y deseos venturosos. Todo es sincero y de agradecer... pero algunas veces, nos falta una mirada, un abrazo, una caricia, un beso... algunas veces, nos falta un amigo, o tal vez, me falta un amigo...

Así son las cosas... a veces, cuanta más gente tenemos a nuestro alcance, con menos gente nos vemos... Cuando el circo llega a la ciudad, las sonrisas deberían crecer, la ilusión multiplicarse y la alegría ser sincera... pero ya está todo tan visto... No, no nos confundamos... no es lo que haces, si no lo que sientes al hacerlo... esa es la gran diferencia

Que el nuevo año nos traiga no sólo lo que deseamos, si no lo que necesitamos.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Marionetas

Las personas hacemos planes; la vida no.

Desde hace tiempo la publicidad se ha empeñado en querer hacer algo que hasta ese momento nadie conocía, en totalmente necesario, casi imprescindibles.

Ignoro si la publicidad se centró en el consumo de productos materiales antes o después, pero pienso que muchas personas nos comportamos como marionetas que nos movemos a un extraño ritmo que no siempre nos agrada pero que aceptamos. Así, aquellos que asumimos una determinada idea política, aceptamos situaciones que nunca aceptaríamos si fuese otro quien las planteasen.

No sólo me ciño a la idea política, si no a cualquiera de cualquier índole... de infinidad de ellas. Así, podemos pensar que un determinado comportamiento ante una determinada situación en un contexto religioso, no es correcto, pero al final terminamos aceptando esa idea por el conjunto…

Palabras como “nosotros” y “ellos”, nos hacen tomar partido ante una situación concreta que tal vez jamás nos habríamos planteado de otra manera y es que en muchas ocasiones, todos somos "nosotros" y no existen los "otros" hasta que de repente alguien nos lo muestra, y poco a poco, tal vez sin darnos cuenta, y pensando que hay que ser políticamente correcto, dejamos nuestros pensamientos a un lado para asumir los pensamientos ajenos.

Así, el poder expresarse libremente, con respeto hacia los demás y con garantías, de repente se hace algo complicado. Fuera del escenario de la comunicación escrita y homologada, cualquier palabra puede ser considerada ofensiva, puede herir sensibilidades, o puede incluso provocar conflictos mayores. Decir que tal político es un inepto en voz alta, conseguirá que alguien pueda recriminarte poniéndote miles de ejemplos de que no es así… Decir que tal religión está equivocada, puede costarte hasta la privación de libertad… Decir a una mujer que es hermosa, puede ser interpretado como síntoma de machismo… Dar caramelos a un niño puede suponer para quien lo vea que eres un pederasta o un secuestrador…

De esta sutil manera, millones de seres humanos se aúnan en grupos de ideas afines (insisto, aunque no sean compatibles con la idea individual y personal) para moverse como un único ente, buscando una idea común que a veces hace sacrificar ideas individuales.

Pero pienso que no sólo ocurre en los ámbitos mayoritarios de ideas políticas, religiosas, en eventos deportivos, o de ocio, o de cualquier índole donde pueda haber criterios dispares, sin contar el grandísimo poder de los medios de comunicación o en esos anuncios donde sibilinamente se nos vende la idea de que todo ha de ser de una determinada manera y no de otra… en nuestro trabajo, terminamos formando parte del grupo que critica a los jefes (con o sin razón) o de ese que forma parte de la tertulia de los lunes… en la comunidad de vecinos donde el presidente siempre lo hace bien si es afín o siempre lo hace mal si no lo es… incluso en nuestra familia, donde el cuñado envidioso se ha comprado un coche más grande que el nuestro… y por regla general siempre encontraremos aliados para avivar el grupo al que pertenecemos

Por desgracia, una gran parte de las arengas que se enarbolan en los grupos, son precisamente de odio al resto… y todos “los demás”, son malos, están equivocados, o simplemente se merecen lo que les ocurre por haberse comportado de tal manera… “Nosotros”, por el contrario, somos los que tenemos razón y por lo tanto, hacemos lo correcto (insisto por enésima vez que asumimos ideas de grupo como propias aunque tal vez no las compartamos)   Incluso en estos días de Navidad, parece que el “espíritu navideño” se nos pega a todas horas de manera oficial y todo son parabienes y buenos deseos… Los anuncios muestran a gente joven y feliz disfrutando de una vida que todos pensamos que es la “lógica” aunque nadie la tenga en realidad

Pero ahora, en este instante y en estos días, por favor, dejadme que haga un ejercicio y piense como yo soy… piense sin contar con la opinión de nadie y sin ser políticamente correcto… dejadme que desee a aquellas personas que quiero, admiro y respeto mis mejores deseos, pero que estos no han de coincidir con lo que cada uno desee en la vida… dejadme desear que la felicidad corra por las venas de estas personas, no sólo en estos días, si no para siempre… y que siempre que sea posible reflejen una sonrisa, no en su rostro, si no en su alma   Es difícil, lo sé, pero no es imposible… la vida es eso… intentar mantenerse en el tablero de juego aunque no siempre ganemos… participar es lo importante??? Sí, tal vez así sea

A esas otras personas, anónimas la mayoría de las veces, curiosas que se asoman por aquí sólo por la curiosidad y la casualidad… aquellas que sólo desean vivir en calma sin mayores complicaciones el deseo de que todo “les vaya bonito”, una expresión que siempre me ha gustado mucho

Por ello, no voy a pedir permiso a nadie para decir que que a esas personas que forman parte de mi vida, que me invitan a pensar y reflexionar, que me aportan ideas y sensaciones, que me dan consejos, abrazos, sonrisas, palabras de gratitud, de cariño, que me apoyan en los momentos complicados y me reprenden en mis equivocaciones... os quiero!!!

Y si alguien se cuela esperando que el dolor continúe en quien escribe… pues lo siento por quien tiene una vida tan pobre... la puerta de entrada y de salida es la misma y siempre está abierta