jueves, 17 de septiembre de 2009

Setas

Para ver, hay que mirar

Tras un largo, caluroso y seco verano, las primeras lluvias de finales de septiembre implantaron un otoño de forma brusca. En realidad, el otoño era tan deseado como necesario para que las vidas volviesen a ese orden de la rutina que las vacaciones suele romper e incluso olvidar.

En los primeros días de octubre, cuando las nubes y el sol juegan entre si y permiten que la luz penetre hasta la superficie de la tierra, los hongos y las setas, comienzan a hacer su aparición en los campos y los micólogos aficionados o muy entendidos, se lanzan a la búsqueda de exquisitos especímenes al paladar y provechosos beneficios para el bolsillo... pero no así ellos dos... ellos, sólo buscaban un día de tranquilidad, disfrutar de un largo paseo campestre y de los paisajes otoñales que el entorno les regalaba siempre... las setas era una mera excusa para abandonar sus eternos quehaceres y engañarse a sí mismos de que era lo correcto, en lugar de convencerse de que era necesario...

El día, poco a poco fue cambiando su soleado rostro y pronto las nubes tiñeron de gris plomizo todos los poros de las nubes por donde antes se colaba un juguetón y cálido sol... la lluvia comenzó a caer, fina primero pero insistente y con más fuerza a medida que el tiempo avanzaba y ellos no tuvieron más opción que intentar buscar un refugio donde protegerse del intenso aguacero que en pocos minutos, ya les había empapado hasta los huesos.

La tosca cabaña estaba bastante deteriorada y sucia, pero tenía un techo donde podrían cobijarse hasta que la tormenta amainase y pudiesen regresar... sus ropas empapadas y el fresco viento que se colaba por las rendijas, les hicieron sentirse desagradablemente incómodos con ellas y con algunos trastos viejos que allí había, encendieron un reconfortante fuego que les alivió tenuemente de esa molesta sensación. Una manta muy deteriorada, les ayudó a ahuyentar el frío y al final, entre pequeños un ligero tiritar, terminaron abrazándose... hasta ese momento, tan sólo habían sido amigos...

Qué lastima... no cogieron ninguna seta.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Comienzos

La vida es mucho más que esperar a la muerte

Es curioso como la mayoría de los días, comienzas de forma anodina y la aventura de pasar las horas del trabajo o de ocio, por muchas expectativas que tengamos, no nos aportan, en realidad, muchas cosas novedosas y menos aún, alegrías.

Pero de vez en cuando, sin saber por qué, sin entender el cómo, hay excepciones donde desde la primera hora, todo es distinto y todo el ambiente nos nutre el alma de paz y nos convierte en seres más felices.

Encontrar en la calle gente que sonríe, personas que dan las gracias, que piden las cosas por favor, que cuidan los detalles tan simple como no entorpecer el paso, como no empujar cuando las prisas agobian, o cuando alguien nos dice que nos desea buenos días, sabiendo que es sincero y no sólo educado, hace que todo pueda comenzar con ese ambiente positivo que se impregna en nuestra vida y es capaz de anular todas esas sensaciones aburridas que solemos encontrar tan frecuentemente…

Hay días que la vida, por unas palabras, por unas sonrisas, por saber que hay alguien ahí, simplemente, merece la pena ser vivida… hay días en que el dar gracias a las personas que queremos y recordarles lo importantes que son en nuestra vida…

Hoy, algo ha pasado que no tal vez no tiene importancia… pero el día ha sido radiante…

lunes, 7 de septiembre de 2009

Ladrones

Si hasta la vida perdemos, tal vez lo único nuestro realmente sean los sueños…

Ladrones... devolvedme la cordura que en cada noche estrellada me arrancaís del mundo de los sueños para hacerme despertar... devolvedme la ilusión que guardo en cada uno de mis recuerdos para sentir la esperanza de que todo puede ser igual... devolvedme la imagen de una sonrisa que se perdió entre la cortina salada de mis lágrimas... devolvedme los ecos de suaves de las palabras cargadas de cariño que son cantadas al oído cuando la soledad medra entre mis desdichas.... devolvedme el sabor de los besos infinitos regalados al alba de cada día con el mejor de los deseos.... devolvedme el palpitar nervioso de la hora de un encuentro tras eternas e impacientes esperas... devolvedme la excitación de sentir las caricias que hacen estremecer más mi alma que mi piel... devolvedme el brillo de unos ojos que me guían como un faro cuando yo miraba perdido sin saber donde ir... ladrones... quedaos si lo deseais con mi vida, pero… devolvedme mis sueños...

domingo, 6 de septiembre de 2009

Jardin

La riqueza no consiste en poseer mucho, si no en disfrutar lo que se posee

El aroma del limonero aún desparrama su fragancia entre los rayos de sol que, a última hora de la tarde, juegan a colarse entre sus hojas frescas, y se proyectan como puntos de luz en el suelo de un suave jardín donde una pareja, en esa sombra entrevelada, descansa, habla y sueña con amapolas blancas y su inimitable aroma…

Pronto llegará el otoño…