viernes, 30 de enero de 2009

Isla

Supongo que la mayoría de nosotros hemos sufrido, de forma directa o indirecta, esa pregunta de “qué tres cosas te llevarías a una isla desierta???”. Una complicada pregunta que, generalmente obligada por la premura y la falta de tiempo en responder, solemos contestar de forma diplomática diciendo que “un buen libro” y alguna que otra cosa de esas “políticamente correctas”.

Releyendo a Robinson Crusoe, quien, como es sabido, estuvo varios años en una isla desierta (hasta el descubrimiento de su fiel amigo-sirviente “Viernes”) imagino que es lo que él deseaba en aquella paradisiaca isla, completamente desierta… ¿un libro??? Sí, es posible que sí, pero dudo mucho que su prioridad fuese esa… Tampoco la mía, sinceramente

Me he dado cuenta de la importancia que tiene la gente que conozco en mi vida, pues sin ellos, curiosamente, no sería “mi vida”…. Que paradojas ¿verdad??? Mi vida, algunas veces es de otros… pero precisamente por eso, es mía…

Así pues, aún sin llegar a reflexionar del todo, las tres cosas que yo me llevaría a una isla desierta, serían un buen cargamento de víveres, todas aquellas personas que quieran acompañarme y, por si acaso, un billete de vuelta!!!

domingo, 25 de enero de 2009

Riesgo

Haciendo una rápida revisión de los canales de la TV a última hora de la noche (lo que se conoce como “zapping”, vaya), o tal vez a primera de la madrugada, me encuentro un programa donde un padre, ahora transexual, se quejaba de que la justicia le ha reducido el horario de visitas a su hijo a tan sólo dos o tres cada quincena.

Ignoro que es lo que causa esa “limitación”, pero se me ocurrió pensar y retroceder en el tiempo… Quiero suponer que esa persona, hace unos años, cuando se casó con una mujer y decidió con ella formar una familia, tendría unos sentimientos de amor o al menos de cariño hacia esa persona…

Supongo que con el tiempo se dio cuenta de que dentro de él había algo que no terminaba de encajar y de alguna manera, toma la decisión de hacerse transexual…

Es evidente que esta última decisión, incide en la vida de su ahora ex-mujer que decide romper su relación de pareja…

Las decisiones que se toman en un momento dado, tienen sus consecuencias y no podemos hacer alusión al que “nada ha cambiado”. Cuando decidimos empezar una nueva relación de pareja, de amistad, un trabajo, cambiar de casa o simplemente irnos de vacaciones, son decisiones que implican responsabilidades y no podemos agarrarnos al “todo es como siempre”. No, por que siempre hay algo que cambia (¿efecto mariposa???), no todo es como siempre… es más, me atrevería a decir que todo es diferente… Si somos protagonistas de nuestra vida, no podemos esperar que a cada cambio en nosotros, todos se adapten y acepten ese cambio como si “nada hubiese pasado” para que podamos seguir escribiendo el guión que se nos antoje…

Nuestras decisiones, siempre son arriesgadas, mas, si no las tomamos, nunca avanzaremos…

“Lamento mucho los errores cometidos, pero lamento aún más, aquellos que no tuve oportunidad de cometer”

lunes, 19 de enero de 2009

Aprendizaje

Hace pocos días, estaba en la sala de espera de un médico y no muy lejos de donde yo me encontraba, estaba la sala de pediatría. Quien tenga niños, sabrá que estos pasan sus periódicas revisiones como si de la ITV del coche se tratase, poniéndolos un sello en una carpeta, sin que sea necesario colocarlos una etiqueta de colores en las ventanillas, pues como es sabido, los niños no tienen ventanillas (salvo las de la nariz y similares, pero aún así, estas son sin cristal)

No pude dejar de fijar mi atención en un pequeño grupo de niños, de no más de dos años de edad. Eran, no más de seis, y a simple vista, de un conjunto de razas bien diferenciados... tal vez cinco continentes representados en aquella sala... Aquél grupo de niños, apenas sin articular palabras y con la sola herramienta de sus manos y su imaginación, estuvieron jugando y disfrutando del juego, todo aquel tiempo de interminable espera, y reconozco que, de alguna forma, fue una distracción curiosa para quienes allí estábamos...

Ellos, ajenos a toda la seriedad que la visita al médico conlleva, correteaban unos tras otros, se abrazaban, se empujaban, se daban besos, se imitaban, y sobre todo, reían... Imaginaba que tal vez sea hoy en día, más complicado el tener amigos para esos pequeños individuos...

Pero lo que más me llamaba la atención, era la simpleza de sus acciones... no les importaba el idioma, pues no hablaban; no importaba la raza, pues no apreciaban diferencias; no importaba el creo, pues no lo tenían; no importaba la fortuna, pues no la necesitaban; no importaba el tiempo, pues ellos lo detuvieron...

Sí, realmente simple...

Afortunadamente, estos niños serán educados, y hablarán una lengua diferente en sus casas, para que no puedan seguir comunicándose entre si; aprenderán que las razas son distintas y que la suya es mejor o al menos, motivo de orgullo; llegarán a entender que sus ideologías, sean del tipo que sea, son las correctas y llegarán a entender que todo aquel que piense de otra manera, es un enemigo; serán conscientes de que el dinero se ha convertido en algo vital aunque no nos aliviará del dolor del alma y en la mayoría de los casos nos creará más complicaciones, pero nos dará el poder necesario para que la gente nos valore por lo que tenemos y no por lo que hayamos podido conseguir; y, finalmente, serán conscientes de que el tiempo es algo limitado y que cuando tengan hijos, deberán criarlos y educarlos con tanto esmero que seguramente, ellos, sus hijos, no tengan oportunidad de jugar con otros niños...

Sí… menos mal que el ser humano puede aprender...

domingo, 18 de enero de 2009

Mudanza

A quien pueda interesar

Allá a finales del año 2006, en plena vorágine de la comunicación escrita, y donde para mí todo era algo nuevo, comencé a curiosear por los mundos virtuales de las bitácoras, más conocidos como blogs.

Mi primera incursión fue en un servidor de Lycos ( El búho rojo) donde tuve varios problemas y por cuyo motivo lo dejé para comenzar una segunda etapa en Google.

No hace muchos días, recibo un correo de los responsables de Lycos informándome que en pocos días desaparecerá definitivamente el servicio de blog, y todos serán borrados…

No hay nada en mi bitácora que, tal vez, merezca salvarse de esa quema indiscriminada de palabras escritas con sentimientos y dedicación, y de cuya siembra, he recogido algunos buenos frutos en modo de personas que me siguen y a las que sigo cuando puedo y que pese a todo, a pesar de que no he llegado a entender plenamente, los admiro, los respeto y los quiero…

No quería que todo aquello se queme en un sinsentido comercial… hoy te doy y mañana, te quito… Por ello, hoy he hecho un pequeño paréntesis y he intentado copiar todas las entradas, fotos y comentarios en el blog El viejo búho rojo. Desgraciadamente, la mayoría de los enlaces de música, han desaparecido del servidor ya, pero he colocado los que he ido encontrando

Reconozco que he disfrutado releyendo algunos de los escritos que he podido ver con calma y darme cuenta de cuánto he podido cambiar en este tiempo… y me admiro que durante dos años y medio hayamos estado intercambiando ideas entre algunos afines y constantes, conociéndonos y compartiendo, siempre, algo más que palabras…

Seguiré por aquí,( El búho rojo )sobre todo cuando el tiempo me sea más propicio y pueda dedicarle algo más de atención, ya que la experiencia, es extraordinaria

Gracias por seguir a mi lado, gracias por dejarme acompañarte

miércoles, 14 de enero de 2009

Visita

El camino hacia la casona era angosto y estaba embarrado por la lluvia y humedad que parecía haberse quedado de forma perenne en el umbrío paisaje que la frondosa vegetación se había encargado de oscurecer, incrementando el aislamiento, ya de por si intenso, de aquella vieja, destartalada y casi olvidada casa de campo.

Pese a todo, yo solía visitarla con una frecuencia casi matemática. Al menos dos veces por mes me desplazaba hasta allí para hacer el mismo meticuloso camino.

Debido al mal estado del pavimento que daba acceso a la puerta, debía dejar el coche fuera del recinto y caminar entre el barro y la humedad por un espacio de unos 150 metros. No me molestaba en absoluto, salvo al camino de regreso, ya que sabía que por lo general los zapatos se llenaban de barro y por mucho empeño que pusiese, siempre mancharía algo el coche…

Pero todos aquellos inconvenientes, no eran importantes con lo gratificante que resultaba el pequeño paseo de apenas 15 minutos que me reconfortaba tanto…

Las repetitivas pero breves visitas a aquel lugar, era el único estímulo que me quedaba en la vida desde la pérdida de mi familia en un trágico accidente… ¿accidente??? No, no lo creo por mucho que así lo denominasen… cierto que el muchacho que acabó con sus vidas no buscaba provocar ningún daño… pero lo hizo… lo hizo…

Cada día cuesta más abrir la puerta… la humedad hincha la madera y esta encaja con mayor presión en el marco… tendré que cepillarla cuando el tiempo mejore… El mismo olor de cierta podredumbre es quien siempre me recibe y la oscuridad sigue reinando bajo la techumbre ya que las ventanas permanecen cerradas desde hace… mucho tiempo. No, no tiene sentido abrirlas… mejor dejar las cosas como están.

A pesar de la oscuridad, pronto recorre la casa una suave penumbra que me invita a subir por la vieja escalinata de madera que sigue crujiendo, como cada vez, que piso en ellos, formando una desvencijada sinfonía que, pese a todo, me resulta agradable…

Una vez arriba, continúo por el breve corredor y directamente me detengo frente a la segunda puerta… contiene la habitación más grande y la más luminosa… sé que el ventanal del techo no tiene la persiana cerrada y el tragaluz hace su función con dificultad debido a la cantidad de suciedad que se ha ido acumulando en el cristal pero que dejaba pasar la luz suficiente para contemplar todo lo que allí había…

Al abrir la puerta, allí estaba, como siempre, y una sonrisa de satisfacción inundaba mi alma… siempre era igual, pero no por ello, dejaba de ser una sensación magnífica y sumamente agradable…

El cuerpo, aún colgando de la soga que lo ahorcó, se encontraba ya reseco, sujeto por la piel ajada y por las ropas roídas por el tiempo. La humedad no le sentó bien y en lugar de momificar aquel cuerpo, pareciese que se iba a deshacer de un momento a otro… Sólo un instante para sentir la satisfacción de mi propia venganza y me fui, como siempre, por el mismo camino en sentido contrario

La venganza es un plato que se sirve frío… y la justicia no siempre llega donde nosotros queremos.

Podría resulta cruel esta historia, pero si alguien no ha sentido deseos de venganza, que lo diga… Los sentimientos, sean buenos o malos, son humanos…




Foto: www.flickr.com

sábado, 10 de enero de 2009

Sueños

Uno de esos sueños “imposibles” que tengo es el colocar en el dormitorio una fotografía mural del horizonte lunar… Sé que muchos pensareis que de imposible no tiene nada y que tan sólo es cuestión de voluntad. Cierto que si no compartiese mi casa con nadie, seguramente lo hiciese, pero supongo que mientras haya gente con otros gustos, deberemos respetarnos y por lo tanto, hasta que no encuentre una manera de compensar esto, es algo un poco complicado, así que me conformaré con mantener las paredes como están.

Leyendo el último comentario de Estrella Altair me doy cuenta de que tal vez no sé expresarme ni transmitir las cosas como quisiera.

Cierto que sigo luchando contra mi “ego exhibicionista” y no deseo escribir algo que no me haga sentir cómodo, pero cierto también que deseo transmitir aquello que pienso, siento o sueño… y esto último, como casi todo, creo que hay que hacerlo a lo grande…

Cuando era niño, leyendo las novelas de Julio Verne, ya me sedujo el viaje a la luna como tal y obviamente, no he sido el único… Un sueño grandioso que al final, algunos pocos privilegiados han llegado a cumplir… un pequeño puñado de personas han hecho realidad el sueño de otros muchos de poder pisar la luna…

Sé que en mi caso, es casi imposible lograrlo, pero no quiero renunciar a ello tan fácilmente. Al igual que no quiero renunciar a esas pasiones adolescentes cuando amamos a alguien, o no quiero renunciar a esos viajes exóticos tipo “Indiana Jones”, o no quiero renunciar a que un día, el mundo sea mejor de lo que es…

No creo que nadie a quien no le duela cualquier tipo de conflicto entre personas, pueda soñar con una “paz a medias” o mejor aún… no creo que alguien que ame a otra persona, se plantee siquiera la existencia de barreras que limiten ese sentimiento…

Grandes y pequeños hombres han tenido grandes y pequeños sueños, y algunos se han cumplido y otros se quedaron en sueños, simplemente…Hace pocos días, el gobierno de España entregó un premio a Vicente Ferrer por su gran labor social con los necesitados de las capas más bajas de la sociedad, esas personas que suelen aparecer sólo en datos estadísticos. Vicente Ferrer ha perseguido también su sueño, su gran sueño y a pesar de que hay mucho que hacer aún, creo que se puede decir que en gran parte se ha cumplido

Sea pues que me gustan los grandes sueños, pero también soy plenamente consciente de mis limitaciones, y precisamente por ello, tal vez me gusta disfrutar de esos pequeños instantes de satisfacción en los que me recreo, tal vez en exceso según algunos, disfrutando una y otra vez de mis recuerdos…

Tal vez por que mi vida no ha dejado de ser tan sencilla como la de cualquier otra persona, es por lo que no se compone de cosas distintas y tal vez por esa misma sencillez, sido disfrutando con una nevada en la ciudad, jugando a tirar bolas (a pesar del caos que otros han sufrido, pero la nieve estaba ahí) o tomando un café con alguien para hacer risas, comentando un libro, o simplemente, tomando una ducha tibia…

Me gustan los grandes sueños y me gustan las cosas sencillas… no sé si son incompatibles pero mientras sea consciente de ello, intentaré soñar con el bosque mientras disfruto viendo los árboles…

Por favor, que nadie tome esto como crítica o mejor dicho, como no aceptación de una crítica, que siempre suelen quedar guardadas (y reflexionadas), si no como una especie de complemento informativo. Gracias