miércoles, 29 de octubre de 2008

Fusil

Llegó el día escogido, pues todo era propicio... la tranquilidad del fin de semana haría que mi misión fuese más tranquila, sin inoportunas interrupciones que pudiesen hacer fracasar el trabajo que me había propuesto y planificado con tanto cuidado..

Durante semanas había estado estudiando cómo eliminar a aquel sujeto y gracias a mis contactos, ahora sabía cómo actuar para conseguir mi objetivo. Durante largo rato estuve avanzando por recovecos y callejones que no había visto nunca, procurando dejar el mínimo rastro, hasta llegar al enclave que me habían comentado y que ya había estudiado previamente y con detenimiento en las notas que había conseguido y que en ese momento, casi conocía de memoria. Allí estaba todo y por la ventana de aquel viejo edificio a punto de derrumbarse, había una vista perfecta del pequeño y corto callejón por donde mi víctima habría de salir y caminar unos pocos metros hasta coger su coche... sí... yo no podía cometer ningún error, pues sería un fracaso y nadie confiaría en mi, y para conseguir salvar mi reputación debía conseguirlo, y estaba seguro de que así sería…

Como sabía que disponía de algo de tiempo, comencé a montar el rifle... era un arma nueva, un tanto aparatosa, pero preciosa... era la primera vez que la usaría, pero confiaba plenamente en su capacidad y potencia... no había posibilidad de hacer ninguna prueba, y seguramente, sólo tendría tiempo para hacer un único disparo, así que me aseguré de no cometer ningún error y mirando el reloj, comprobé que faltaba muy poco para que mi víctima saliera dejándose ver...

Todo estaba tranquilo... apenas una ligera música se apercibía en el ambiente, cosa que agradecí, aunque eso no me importaba... mi momento se acercaba y con él, mi victoria... había dedicado meses de trabajo a preparar este momento y estaba seguro de que nada saldría mal. Culminaría tanto esfuerzo con un éxito

Intuyendo el momento, sin aviso previo, me fijé en la puerta que parecía moverse y a los pocos segundos él apareció. Sin pensarlo dos veces, lo encañoné… fijé la mira en su cabeza... el tiempo iba a su favor, pues los segundos corrían más lentos que sus apresurados pasos... en una fracción de segundo tuve su cráneo en la cruz de la mira y sin dudarlo, pulsé... el disparo acalló aquella musiquilla insistente y tediosa… escuché el impacto con nitidez y contemplé como su cabeza se deshacía esparciendo una masa sanguinolenta y espesa a su alrededor… el color de la sangre cubrió la imagen de aquel ser que se desplomaba sin síntomas de vida...

Por fin, yo había triunfado... por fin terminé el juego y acabé con el malo... soy el rey de la consola, y ahora, lo sabrá todo el mundo…

Moraleja… ¿moraleja???


miércoles, 22 de octubre de 2008

Animaladas

Estuve pensando (sí, ya sé que es cosa rara en mí…) sobre la similitud que existe entre las personas y los animales y por mucho que pensemos que somos muy distintos, tal vez no lo seamos tanto.

Los animales suelen vivir en soledad o bien en colectividades y el hombre, vive, y creo que necesita vivir, en una colectividad, donde todos necesitamos de todos para que algunos pocos tengan mucho (nunca sabré como lo consiguen) y otros muchos, la gran mayoría, no tengan tanto (y lo malo es que cada día tenemos menos)

Los animales suelen atacar a sus enemigos para defenderse o para alimentarse, y nosotros nos cargamos a todo bicho viviente para comer o para construir una autopista que, por mucho que digamos que no se haga, luego usaremos con regularidad para ir a la playa o algún sitio exótico que no visitaríamos si no fuese por dicha construcción.

Los animales luchan entre si por defender su territorio, fuente de sustento y garantía por lo tanto, de la supervivencia de nuevas generaciones… y nosotros matamos (en algunos casos literalmente) por poseer lo que no tenemos y matamos (más literalmente) por no desprendernos de lo que tenemos, y sirvan de ejemplo todas aquellas familias que se han roto por un pedazo de tierra que en realidad, sirve para poco…

Los animales también luchan por conseguir los favores sexuales del otro sexo y así perpetuar la especie, arremetiendo con violencia si fuese preciso contra otros individuos. Nosotros nos emperifollamos para ligotear en la discoteca (o donde sea) y cuidado de que nadie mire a nuestra pareja que saltan chispas… y como sea correspondida la mirada, se aplica (por desgracia) la violencia de género…

Los animales necesitan alimentarse e ingerir agua para subsistir, y nosotros aprovechamos los fines de semana para llenar el carrito del hiper con innumerables productos de todo tipo, básicamente alimentación y cervezas, digo… y bebidas…

Podríamos seguir haciendo comparaciones que nos encaminen a que por mucho que nuestro orgullo nos considere superiores, no estamos tan alejados de aquellos que consideramos inferiores…

Pero afortunadamente, hay algo que sólo la especie humana puede hacer… y es usar Internet!!!

Sé que siempre habrá alguien que me diga que más cosas… lo sé, pero tal vez no coincidamos, así que puedes comentarlos…


sábado, 18 de octubre de 2008

Ninfómana

Ninfómana: Mujer que posee deseo violento e insaciable de entregarse a la cópula.

Muchas veces he sentido la tentación de hacer crítica sobre las cosas que no comparto, ya que no sólo es fácil, si no que ello no obliga a que la crítica sea constructiva. La justicia, por ejemplo, ha sido criticada en esta bitácora alguna vez, y hoy, le toca a la sociedad en general, ya que a pesar de que no creé esto con esa función, si es cierto que estas críticas surgen como sensaciones que tengo y que simplemente me apetece compartir.

No hace muchos días, leí en un periódico que la empresa municipal de transportes de la capital de España, censuró el cartel anunciador de la película “Diario de una ninfómana”, una película que posiblemente hubiese pasado desapercibida para la mayoría de la gente si no hubiese sido por este suceso.

Me resulta todavía algo contradictorio que mientras que la sociedad en su conjunto se muestra totalmente permisiva con la orientación sexual de las personas, celebrando incluso “el día del orgullo gay” donde homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales, se lanzan a la calle luciendo y presumiendo de una sexualidad que incluso en ocasiones roza la franja obscena y sobrepasa la provocación, pero es lo que hay, y mientras que hace unos años, cualquier homosexual en la mayoría de los países occidentales era tachado de “enfermo”, hoy es algo tan natural que a nadie parece importarle…

Pero no estoy tan seguro de que en el ámbito privado esto sea así. La película citada, que al parecer es una especie de autobiografía de una mujer a la que le gustaba el sexo y aprovechando eso, descubrió ese otro mundo más oculto y casi prohibido que es de la prostitución de lujo (y de eso podríamos hablar en un apartado de cinismo, pero sería demasiado largo)

He aquí que cuando sale la palabra sexo, todo cambia y el morbo se vuelve principal conductor de nuestro comportamiento y el deseo de conocer más sobre el particular, esa película, por medio de la prohibición de la publicidad, ha encontrado la mejor publicidad que podría esperar…

Todo esto me da que pensar si de verdad somos como somos o aún somos como la sociedad nos dicta que debemos ser??? Me sorprende en exceso cuando en los programas de TV en la noche, aparecen de vez en cuando comentarios seguidos por millones de personas sobre los comportamientos sexuales de personas más o menos famosas o que incluso saltan a la fama, precisamente por ello…

En fin… supongo que no somos tan liberales de cara a la sociedad como creemos que lo somos, y aunque muchos afirmemos entre risas que hemos visto películas pornográficas, srán muy pocos los que aseguren tenerlas en casa… Creo, sinceramente, que todavía sentimos vergüenza de expresar nuestros verdaderos sentimientos y nos sentimos juzgados, ya no sólo por la sociedad, si no por nuestro entorno más cercano y como se dice en una estadística de por ahí, un amplio porcentaje de hombres casados acude a las prostitutas para pedir aquello que no se atreven a pedir a sus parejas… en fin… ojalá que esté equivocado o si no lo estoy, que pronto cambie esto y que una ninfómana sea vista como una persona más y no como un objeto de feria, aunque sea en una película.

viernes, 10 de octubre de 2008

Noruega

Nunca he estado en Noruega. Es posible que tampoco ella lo conozca, pero es allí, justamente allí, donde comienza esta historia.

Los fiordos noruegos siempre han sido una especie de imán y la curiosidad de poder verlos, siempre ha sido un aliciente para aventurarme en algún viaje y poder disfrutar de su contemplación. No voy a ensalzar la belleza de los mismos, y más aún en el tiempo de otoño cuando el viento helado ya recorre aquellas inmensas paredes mientras que el agua, casi negra e impresionante por la profundidad que tiene, exhala un gélido vaho que cuando el tibio sol del norte se pone, se introduce por todos los poros del cuerpo.

Así pues, en cuanto tuve la posibilidad, me apunté a un viaje de esos programado, todo incluido y donde la mayor parte del tiempo se consume en el interior de autocares, aviones, trenes, salas de espera y si hay suerte, seis horas en un hotel para intentar descansar y tomar una ducha, siempre, claro está, que haya ducha y el agua funcione…

Con esas premisas, me aventuré a lo que a priori era uno de los viajes más deseados que siempre había soñado y que comenzaba a hacerse realidad… Maletas, nervios y carreras me acompañaban a la hora de llegar al aeropuerto y coger el primer transporte que me llevaría a la tierra de los vikingos.

Tras casi un día completo de viaje, llegué a un pequeño pueblo costero, de nombre casi impronunciable, donde parecía que el tiempo se había detenido hacía unos cuantos años y las estructuras de los edificios, no daban lugar a dudas de donde estábamos.

En la cena, ya la vi. Su estatura, algo superior a lo normal, la hacía resaltar por encima de quienes allí estábamos, y su larga melena de pelo negro azabache refulgía con una intensidad que era imposible no advertirla. Durante un brevísimo instante nuestras miradas se cruzaron y mientras la de ella siguió camino, la mía intentó retener la imagen de aquellos ojos negros y brillantes que rebosaban vida.

Tras unos pocos días recorriendo los pueblos costeros e incluso los del interior, siguiendo la línea del ferrocarril de Flamsbana, y disfrutando de todo ese encanto peculiar que surge de descubrir un mundo totalmente distinto, llegamos a nuestro destino, el fiordo de Sognefjord, donde un pequeño crucero ya nos aguardaba para el momento cumbre de nuestro viaje.

Habíamos coincidido en alguna ocasión en los momentos de las comidas, y ella siempre se mostraba feliz dentro del pequeño grupo que la acompañaba, y aunque yo me había fijado en ella, resultaba evidente que yo era un completo desconocido y casi invisible, pero en aquella ocasión, todo cambió.

En un inglés bastante más fluido que el mío, y con una sonrisa que eclipsaba al tímido sol noruego, me preguntó si le daría tiempo para hacer unas compras y yo, mirando el reloj, calculé que el ferry saldría en unos 45 minutos, así pues, convendría que se diese prisa. Ella, sorprendentemente, me invitó a acompañarla para asegurarse de que no se demoraba más de lo debido, y dado que no había otra cosa que hacer, acepté de sumo gusto.

Un par de vestidos, un extraña figura de madera y una caja de galletas fue todo lo que con sumo desparpajo y fluidez, pudo comprar en tan breve tiempo y mientras, su conversación fue haciéndose más y más fluida e interesante. Continuamos hablando al embarcar y yo bebía de sus palabras. Sus historias me descubrían a cada instante un mundo desconocido pero soñado y tantas veces intuido.

El crucero comenzó entre una breve bruma que seguramente terminase en una cerrada niebla en la mañana, pero nosotros seguimos con ese diálogo tan cómodo que tenía la sensación de que éramos amigos desde siempre y sólo estábamos poniendo al día. Al cabo de un rato, le pregunté si le apetecía tomar algo, y mostrándome su sonrisa, me miró a los ojos y me dijo: “sí, pero antes…” y me besó.

Todo lo demás, ocurrió sin orden y sin control… Durante 36 horas estuvimos amándonos y sin habernos propuesto nada, descubrimos un mundo nuevo.

Llegamos al final del crucero y tuvimos que, de forma obligada, recuperar la calma… Nuestros caminos se volvieron a separa y nos despedimos, con tímido beso, sabiendo que sería la última vez que nos veríamos… las lágrimas nos acompañaron hasta llegar a nuestro destino y desde entonces, sueño con hacer un crucero por los fiordos noruegos, por que para el que no lo sepa, yo nunca he estado en Noruega, y es posible que tampoco ella lo conozca… pero es allí, justamente allí, donde comenzó esta historia…

martes, 7 de octubre de 2008

Dinero

Si es cierto que el dinero no da la felicidad...
¿Por qué nos está quitando el sueño esta crisis???



viernes, 3 de octubre de 2008

Amanecer


El día que yo me vaya, me gustaría, como siempre, ver el amanecer




Hoy, sinceramente, me hubiese gustado colocar el video de "Norah Jones" SUNRISE, pero es que ese ya lo coloqué hace tiempo...