viernes, 30 de julio de 2010

Caminar

A veces es mejor dar, y otras recibir. Eso es compartir

Me es imposible apartarme del camino de la añoranza, ni deshacerme de la mochila del recuerdo… mis raíces, mis experiencias, mis sentimientos, son en definitiva lo que yo soy pues si he crecido cómo persona, sin duda esos han sido los orígenes.

Así pues que a nadie le extrañe cuando la melancolía me envuelve con su silenciosa y triste melodía y sin pedir permiso, me transporta a otros momentos y con otras personas… tal vez el presente es tan inconsistente que no hay motivo para resistirse… tal vez el futuro en tan difuso que no hay fuerzas para evitarlo…

Pero el camino de la vida sólo tiene una dirección y aunque de vez en cuando me detenga mirando hacia atrás, siempre sigo para adelante… llevamos en el corazón las huellas del viaje, tal y cómo el peregrino de Santiago las lleva en sus pies… y al igual que este, hay momentos en que el viaje se hace demasiado duro, difícil y largo y tal vez se reflexione sobre si estamos o no preparados para hacerlo… Pero es inefable la comparación ya que el peregrino podrá cancelar el viaje y proseguirlo en otro momento más adecuado, pero la vida no tiene esa opción y cada día ha de seguir

Es posible que por ello me guste sentir el viento y la lluvia, cuando existe, en mi rostro… el sol, cuando brilla, en mi piel, y el frescor de la vegetación, cuando es posible, bajo mis plantas de pies descalzos… sensaciones sencillas y placenteras al mismo tiempo, que me ayudan a reposar en el camino de mi vida, a descansar aún sin para de caminar…

Pero más que nada, me gusta la compañía que tengo… gente que viene y va, gente que se queda y que comparte su vida, generalmente sencilla y por lo tanto pareja a la mía propia… gente con pequeños bolsos y grandes corazones… gentes cansadas pero voluntariosas… gente que regala sonrisas y miradas sin esperar nada a cambio y que son capaces de agradecer de igual manera otra sonrisa y otra mirada… gente que sabe abrazar, que sabe querer y que sabe luchar… gente que sufre y llora y que ama con loca intensidad cuando lo hace… gente que toma el bordón que la vida le ofrece sin preguntarse si es el adecuado y comienza a caminar apoyándose en él…

Caminante de mi mismo sendero
que sigues la senda que piso
sin preguntar ni exigir
senderos del corazón
de la vida
senderos de sueños y esperanzas
afrontados con sonrisas
con calma, sin prisas…
caminantes de caminos
que la vida dicta y dirige
nunca importó el destino
sólo el viaje...
...y tu compañía.

2 comentarios:

Andarina dijo...

Tus escritos brillan más que la propia Estrella Polar...

¡¡¡Beso luminoso!!!

Anónimo dijo...

Me hicise acordar a esta canción.

Besos =)