sábado, 26 de enero de 2008

Agua


Me siento cansado de este eterno otoño... Añoro la lluvia, las tormentas que refrescan el rostro, el frío que corta la piel, el abrigo que pesa con el agua y la sensación de alivio al recibir una ducha tibia... añoro el agua que limpie las calles y el cielo, que de forma a las nubes para que el sol juegue al escondite con ellas y la luna pueda mirarse por encima de ellas como si fuese un espejo... añoro la lluvia que, como ese amor que marchó, no termina de llegar...

3 comentarios:

la danza de la vida dijo...

También añoro la lluvía, esa limpieza, ese arrastrar la contaminación del ambiente, del alma, para sentirse de nuevo limpio...añoro ver llover a través de un cristal, sentir la música de sus gotas de agua al caer sobre un techo, un toldo...añoro caminar por las calles tranquilamente cuando el resto del mundo corre a refugiarse....añora esa vida llamada lluvía....

Isabel dijo...

Por aqui tampoco cae ni una gota;es más,estos días pasados tenían el ambiente y la luminosidad de un abril cualquiera.
Pero tiene que llover,aunque no sea a cántaros.;-)Es una necesidad interior y exterior.
Un beso Pablo.Feliz domingo.

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Ay yo también, para que termine ente otoño-primavera, para sentir frío... Frío de verdad, que por las mañanas te pida el cuerpo los guantes y la bufanda...

Besos