domingo, 27 de enero de 2008

Cansancio



Me encuentro cansado. Sé que es algo que le ocurre a todo el mundo, pero aún así, eso no es eximente para que yo, me encuentre cansado

Cansado de las largas horas de trabajo que se acumulan en el día, a la que suele añadirse alguna más en incómodos desplazamientos en transporte público o en horas perdidas en caravanas y búsqueda de un lugar donde poder dejar el coche…

Cansado de enfermedades, propias o ajenas, del cuerpo o del alama que condicionan constantemente el tiempo, donde las obligaciones se solapan unas con otras, donde la responsabilidad tomada, que no obligada, incide en la vida de otras personas, muy cercanas, y que casi sin darse cuenta, sin darnos cuentas, se han convertido en dependencias…

Cansado de la realidad que obliga, aunque no lo deseo, a una eterna ceremonia de vesitmenta, de consumo, de dedicación al trabajo, de ceder a todo cuanto la sociedad me exige para, se supone, que los míos y yo mismo, seamos más felices…

Cansado de la sociedad que con sus normas, leyes y obligaciones de ciudadanía, parece que siempre se salta o deja en blanco, esos aspectos donde más me atañe, y que se esmera en ayudar a una inmensa mayoría donde, por muchas diversas y extrañas razones, parece que nunca me encuentro…

Cansado de perseguir el pasado, de historias extintas que quedaron a medias y que cuando se fueron, cerraron con llave y me causaron tal vacio que algunas veces el dolor es insoportable, sin remedio, sin esperanza, pero sólo mirando al futuro, incierto y dudoso, encuentro un cierto alivio pensando siempre que tal vez mañana…

Hoy no escribiré nada, por que estoy cansado… pero siempre que me es posible, cuando la noche convierte el día en oscuridad, cuando los cuerpos buscan el refugio de la sábana, cuando la mente se alimenta de televisión… me gusta colocarme frente a este monstruo lleno de letras incompresibles y tratar de compartir esas otras vidas ajenas, acompañado de esa música que moldea muchas veces mi ánimo, de una pequeña vela que sirve como zigzagueante sombra de los dedos que se deslizan por el teclado, y de una pequeña barrita de olor que endulza, como si fuese un postre, otro día, para que el cuerpo recupere, en el reposo, su energía, y la mente, en la noche, su cordura… o para que continúe con la locura que la hace moverse

3 comentarios:

Isabel dijo...

Si me dejas,nos acompañamos en nuestros mutuos cansancios...
A veces necesitamos saber que no somos los únicos que nos cansamos,que los demás también lo están y eso hace que volvamos a tomar de nuevo fuerzas para seguir adelante;aunque en el fondo sabemos que el cansancio volverá...
Pero compartirlo es la mejor forma de sobrellevarlo.
Que descanses,amigo.No te dejes vencer por ese cansancio.Un besote y ánimo, que la semana termina rapìdo ;-)
Me ha gustado este post mucho.

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

No hay manera, y estamos a lunes y queda mucho para un puente, pero como dice Isabel, somos muchos los cansados, compartirlo es lo mejor...

Por cierto, menos mal que estabas cansado y no querías escribir.

Besos reparadores.

PIZARR dijo...

Que curioso Buho, cuando describías tus noches ante el teclado las he reconocido como mías.

Música, velas, aromas, luces y sombras que envuelvan el día a día y que me permitan seguir soñando.

Un saludo