lunes, 26 de mayo de 2008

Puertas

Hay un popular dicho que reza “Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana”.

Cierto es que siempre me he considerado responsable de mi destino ya que siempre he sido yo el único responsable de mis decisiones, sean estas acertadas o no. El azar, ese conjunto casuístico en el que nos gusta excusarnos muchas veces bajo la denominación de “mala suerte”, es cierto que parece cebarse en determinadas etapas de la vida, pero al final, simplemente es la impotente búsqueda de las soluciones a los problemas que nos enfrentamos, y que evidentemente, nos sobrepasan por unas u otras causas.

Imagino que a todos nos gusta la vida tranquila, sin problemas, sin preocupaciones y sobre todo, repleta de todo aquello que en realidad deseamos, pero todos sabemos que es casi imposible controlar aquellas famosas “Circunstancias” a las que aludía Ortega (“Yo, soy yo y mis circunstancias”)

No… no es sencillo encontrar esa ventana que Dios abre cuando nos da con la puerta en las narices… pero como siempre, si no lo buscamos jamás lo encontraremos.



NOTA: Para aquellos que estén interesados en conocer el desenlace de este corto, titulado "La Cabina", puede encontrarlo en Youtube, "La Cabina parte 2" y siguientes.

5 comentarios:

ROSA dijo...

Me asfixio. No dejaste ninguna ventana.

"Si puedes hacer algo, hazlo; y si no puedes hacer nada ¿para qué preocuparte?"

PIZARR dijo...

Pues totalmente de acuerdo en lo de las puertas y las ventanas que se abren y se cierran a capricho del destino o del azar, la suerte o como queramos llamarlo...

Tan solo hace falta aprender a abrir y a cerrar en cada momento la que corresponde y eso generalmente lo aprendemos a base de portazos en la nariz.

Aqui te habla una experta en abrir ventanas hasta en el más grueso hormigón cada vez que una puerta se me estampaba en las narices... y así hemos llegado hasta aquí.

Un beso buho

Rara Avis dijo...

cierto es que si no buscamos la suerte ella jamás nos encontrará

besos

Unknown dijo...

!!!! Dios mio!! es tremendo, la música, la soleda, lo imprevisible del echo,... me produce angustia... de todas formas me ha recordado a aquel libro y peli muy buena por cierto, de Kundera,"La insoportable levedad del ser"..

La incertidumbre siempre existe y hay que vivir con ella, Berger y Luckman dicen que la construcción social de la realidad, es así para luchar contra ese temor a que las puertas se cierren y no se vuelvan a abrir.

Temores atávicos..

Un abrazo

Cyllan dijo...

Mmm, hacía tiempo que no te visitaba :)
El corto de Mercero es espeluznante, recuerdo que lo vi de muy pequeñita, supongo que demasiado, y me impresionó tanto que tenía pesadillas. Es buenísimo y consigue lo que se propone.
Estoy muy de acuerdo con lo de buscar las puertas, hay que moverse.
Un saludo.