viernes, 30 de mayo de 2008

Justicia

Es lógico (y difiero de quien de mí difiera) pensar que la justicia es la encargada de hacer cumplir el orden que la propia sociedad nos demanda. Posiblemente, pensemos que es injusta (yo lo hago frecuentemente) pero reconozco que la crítica debe ser constructiva y no resaltar errores que son tan fáciles de argumentar sin poner una lógica solución a continuación.

La justicia es como un traje “prêt à porter”. Nos viene bien a casi a todos, pero a la mayoría de la gente no termina de encajarle, y obviamente, siempre se le puede hacer algún arreglo para mejorarlo, pero no hay que equivocarse, puesto que como si fuese una camisa, el hacer un arreglo a medida de uno mismo, implica que a otro le puede quedar aún peor.

Pero existen actitudes que aun siendo ilícitas, pueden ser declaradas de justicia. ¿qué ocurre con quien roba para comer??? (y no, no es ninguna exageración, aunque evidentemente hay que mirar el otro lado de la moneda y pensar también que ocurre con el que es robado y donde dejamos sus [mis] derechos).

Sí, la justica puede ser criticada y las leyes deben poner los medios adecuados y necesarios para que aquello que se dicta, pueda cumplirse y que lo que hoy consideramos básico (a pesar de que aún en muchos países, incluso desarrollados, aún no lo sea) Nadie debería robar para comer, nadie debería quedar sin educación, sin sanidad, sin servicios… aunque evidentemente, eso nos obligue a cumplir con nuestras obligaciones del cumplimiento de las normas y leyes que obligan a todos los ciudadanos y que no siempre nos resultan gratan y mucho más frecuentemente, son incumplidas por actos que justificamos como “de justicia” (¿acaso “colarse” sin pagar en un transporte público con la excusa de reivindicar un mejor servicio es un acto de “justicia”???)

Pero no puedo dejar de comparar la vida tan ajetreada en que nos hemos sumergido, donde normas, leyes y regulaciones, nos controlan de tal manera que organizan hasta con quien debemos convivir. Ni debo ni quiero argumentar pros y contra de nuestro sistema judicial, que curiosamente se inmiscuye en nuestra vida privada en pro de una convivencia general… Sí, ya que es la justicia la que dictamina unos derechos para mi pareja, para mis hijos… todo ha de estar regulado, registrado y revisado… los sentimientos afectivos deben quedar plasmados en un papel y si alguna vez el afecto caduca, ese papel deberá ser revocado, pero ya entonces, habrá consecuencias…

He leído no hace mucho, sobre un caso de una niña de Sudamérica que con apenas 15 años, estaba embarazada de gemelos… Parece ser, que en algunas culturas, los matrimonios jóvenes son algo tan frecuente como aquí la soltería. Son dos distintos modos de entender la vida, y ahí es donde nuevamente, las normas obligan a unas determinadas cuestiones, ya que, por ejemplo, una persona de 18 años no podría tener relaciones sexuales con una pocos meses más joven que esta, ya que entonces tendría 17 años y sería menor de edad… que curioso que cuando pensamos en la pederastia, siempre pensemos en un señor mayor y una niña, y sin embargo la ley lo determina así… menores de edad… El intentar darnos a todos los mismos derechos y las mismas obligaciones, conlleva que todos debamos ser medidos por el mismo rasero, sin tener en cuenta que adolescentes de 15 años son bastante más maduros y estén moral, ética y socialmente capacitados para ejercer la paternidad, mientras que otros jóvenes de 30 o más años, están lo sufrientemente encerrados en su mundo que son incapaces hasta de sentir que la vida es algo que hay que vivir.

Supongo que a medida que avanzamos en nuestro propio desarrollo, estaremos más obligados por normas, leyes, reglas y un sinfín de obligaciones que la justicia se encargará de hacer cumplir (cuando pueda) y que evidentemente, los indios de esas tribus casi perdidas en la selva del amazonas, desconocerán aún por muchos años…

Sí… la justicia no será justa, pero es la mejor que tenemos.

1 comentario:

PIZARR dijo...

A mediodia envidiaba yo a esos indios que han salido en las noticias, de tribus en las que al parecer jamás ha podido entrar nadie del exterior.

Me parece que tienen que ser tan puros y tan libres, que se me pone la carne de gallina de pensar en que a alguien se le pueda ocurrir "invadirles con afan de integrarlos en la sociedad"

No conocen las prisas, ni el estres...

Respecto a la justicia, pues efectivamente tiene muchos flecos que arreglar, pero es la que hay y muchas de sus deficiencias lo son por falta de personal y para esto hace falta presupuesto que no hay...

Un beso desde Bilbo