viernes, 11 de mayo de 2007

Elecciones


Me gustan las épocas de las campañas electorales.

En otoño, parece que la vida se encoge al paso que la luz se retira. Los páramos se resecan, los bosques se entristecen, la tierra se agrieta y la vida parece que busca el refugio del hogar.

En invierno, si hay suerte, nieva... un manto blanco y virginal cubre todo cuanto podemos ver... un manto blanco que no nos permite ver el valle que siendo fértil, ahora está helado, o los bosques que parece que se apiñan entre la niebla y la noche, o el páramo que yermo y desprotegido se muestra reacio y salvaje...

No importa que sean altas montañas o profundos valles... la nieve lo cubre todo y todo lo iguala, vistiendo la vida de efímera fantasía, como si fuese un carnaval, y nos transporta a un mundo de magia que, por ser infrecuente, parece que se disfruta con mayor intensidad y deseo... ¿quién no ha sentido la tentación de ser el primero en pisar nieve???, ¿quién se ha resistido a hacer una bola y lanzarla???, ¿quién no ha mirado su huellas formando, tan vez, ese camino que cantó Machado???, ¿quién no ha sentido la belleza de un día de nieve???

Luego, a los pocos días, inevitablemente, llega el buen tiempo... el sol calienta los campos, los valles, los montes... la nieve deja paso al agua y esta nos devuelve el paisaje que, ya conocido, siempre ha estado ahí... tal vez durante la primavera o el verano, pueda cambiar algo...

La campaña electoral es como una nevada... de repente, todos los candidatos se ofrecen a darnos una vida llena de facilidades y comodidades... mejores y más seguros trabajos; casas más asequibles y espaciosas; educación gratuita y de mayor calidad; sanidad sin demora y sin problema regalándonos adicionalmente un “cuerpo danone”; cultura de tal envergadura que sólo los parados tendrán tiempo para disfrutarla; ocio y deporte sin límite, subvencionado, apoyado y asesorado; transportes desde nuestra casa a todos nuestros destinos, sea en bus, taxi, o limusinas; y claro está, siempre rebajando los impuestos e incrementando los servicios; dándonos mayor protección y seguridad; creando infraestructuras para que no haya atascos; los superpetroleros lleguen a un nuevo puerto en todas las ciudades del interior, o creando el mayor aeropuerto conocido en Villabotijos de arriba, aunque para ello tengan que trasladar la huerta de melocotones del tío Idelfonso a Villabotijos de abajo; facilitándonos ayudas para todo cuanto tenemos que hacer... y si es menester, creando discotecas para encontremos, quien no la tiene, a nuestra pareja ideal...

Durante una quincena, escucharemos a los políticos que, cuando las descalificaciones al resto de sus adversarios se lo permitan, nos regalarán los oídos con esa tierra soñada de "felicidadlandia" donde todo será hermoso, maravilloso y perfecto, y todo ello, todo... a cambio de un voto...

Pues nada, a ver si esta vez es verdad… aunque si no es así, tal vez a la próxima…

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La política, siempre la políca, que se ha convertido en pura mercadotecnia(utilizo el término que en español ha de usarse, sin caer la manía extranjerista y hostil que tenemos últimamente y que glosas en tu anterior post). Repito: mercadotecnia, o sea, técnica de los mercados: voceo, griterío, barullo, trapicheo, regateo, intercambio, engaño, dar gato por liebre y un largo etcétera de cosas habituales en los mercados y mercadillos. Verduleras (con mi respeto hacia ellas), al fin y al cabo.

Quizás me explico peor que tú, intentado darle forma al pensamiento, pero estamos en las mismas, ¿no?

Por lo demás, ¿para cuándo la política como el arte del gobierno las ciudades y no de los bolsillos de los mismos que dicen que nos representan? Y lo pregunta quien realmente cree en la política como una forma de cambiar el mundo (¿aún?).

Abrazos, hasta mil.
Luis Q.
www.autobiografiaporescribirluisquinonesc.blogspot.com

Anónimo dijo...

Cambiemos de tema...
feliz fin de semana.
abrazos.

Mandarina azul dijo...

jaja... Me rio por el comentario de itoitz, me ha hecho gracia :)

Búho,yo esta vez, y sin que sirva de precedente, espero las elecciones como agua de mayo, y nunca mejor dicho.

Las campañas... pues me parecen el cuento de la lechera.

Un beso :)

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Y que quince días nos quedan. De pronto se han dado cuenta de que hay un electorado, que hay gente que les tiene que votar para seguir, o para entrar de nuevo.

Ahora todo nos los pintan de color de rosa, azul, amarillo, verde, el arco iris tiene suficientes matices para los adornos de estos políticos.

Luego...

Buen fin de semana.

Anónimo dijo...

¿Es que nos cuentan todo eso? yo cuando los escucho solamente oigo como se descalifican.

Perovsquita dijo...

Discrepo contigo. A mi las campañas electorales no me gustan nada nada.

Políticos contando ponzoñas que no se las cree nadie, y mientras tanto, los problemas de las sociedad... se quedan latentes hasta la siguiente campaña electoral!