martes, 9 de febrero de 2010

Parque

La magia no es excepcional, sólo está ahí

No era el mejor momento, pues la semana había sido dura y repleta de contratiempos... la vida no siempre se mostraba generosa para Paulino... es más, raramente se había mostrado generosa con él... pero aún tras la carga del esfuerzo de toda la semana, al fin llegó el momento del reposo y tras dejar atrás el trabajo, se dejó engullir por la vorágine de la ciudad que le arrastraba ya de forma automática encaminándole hacia su casa...

Paulino, ese día decidió romper su rutina e hizo una parada en el parque... El parque que siempre había visto desde fuera, cada vez que pasaba camino del trabajo, camino a casa, sumergido en su tediosa monotonía... ese día, a pesar de no ser el mejor momento, decidió pasear por el parque

No pudo por menos ver un pequeño grupo de gente que miraba ensimismada hacia el poniente, viendo una hermosa puesta de sol, donde los oblicuos y rojizos rayos, se apretaban unos contra otros tiñiendo el cielo de anaranjados y colocando un tono más plomizo si aún cabia, en las nubes que, tal vez socarronas, también gustaban de admirar ese momento. Paulino, no recordaba cuando fue la última vez que vio ese momento y se quedó allí junto a los demás mirándolo con fascinación...

Cuando el sol, cansino y angustiado, estaba próximo a desaparecere tras el horizonte, Paulino se giró en redondo y dio la espalada a ese espectáculo... En principio nadie le dio importancia, pero pronto fue el comentario general de todos y los murmullos se hicieron cada vez más intensos... Un niño, algo soprendido, fue el que le preguntó: "Señor, por que ha dado la espalda a la puesta del sol???". Él, sonriente, le contestó "no le di la espalda a la puesta de sol... es que no quería ver cómo moría el día y preferí ver como nacía una noche"



3 comentarios:

Unknown dijo...

Buho como no me dices nada yo a veces me tomo licencias.. que si me paso me lo puedes decir.....que lo entederé..

por que si no al final hablo yo sola..

Este relato me gusta..

Pero yo no dejaría de mirar la puesta del sol, hasta su ultima gota... hasta su extenuacion y esperaria la venida de la noche mirando al mismo sitio, así lo hago y te aseguro que es tambien bello..

Un abrazo

El búho rojo dijo...

Mi querida Estrella... toma todas las licencias que desees... siempre se aprende de los comentarios que dejas y creo que sabes que compartimos bastantes cosas, así que eres completamente libre de expresar las opiniones que desees,

Supongo que yo también habría apurado la puesta de sol hasta que justo llegase la noche y poder disfrutar de ambos espectáculos... pero aquí sólo se trataba de enfrentar dos opuestos... vida y muerte... no podían estar en el mismo lugar, aunque siempre lo están

Gracias, como siempre, por tus comentarios

Un beso

Desde mi rincón... dijo...

Recuerdo un libro, que de pequeña me hacia soñar. El Principito.
El niño se sentaba a ver el la puesta de sol unas dos mil quinientas veces. Solo tenia que cambiar de lugar, pues su pequeño planeta le facilitaba el momento.
Avanzaba para verlo una y otra vez.
Nuestra Tierra es tan grande, que no nos queda mas remedio que esperar, mientras nos saluda la fria luna, a que el sol, vuelva a hacer su aparición y nos regale un dia más, su bello ocaso.
Tan precioso un momento, como otro.
Paulino podria resistirse a ver morir al sol, pero si se queda viendo nacer a la luna, seguro que en pocas horas vera el nacimiento de un nuevo dia, lleno de luz, y de vida.
Por cierto, a veces, el sol y la luna quedan para tomar algo... y se produce un eclipse.

Desde mi rincón...