domingo, 5 de septiembre de 2010

Novelas

Un vaso vacío, siempre es más fácil de llenar

Supongo que todos hemos leído novela… historias que nos atraen en mayor o menor medida… hay novelas que se leen en pocas horas y otras que se hacen interminables, tanto que se desechan finalmente y quedan olvidadas en la librería… hay novelas que se leen de nuevo a pesar de que ya sabemos las trama y la historia y hay novelas que incluso nos hace sentirnos reflejados en algunos de sus puntos y sentimos casi las mismas sensaciones de amor, odio o venganza, que tienen los protagonistas de la historia escrita…

Pero el inconveniente que tiene una novela, es que la historia está escrita por otro y es imposible salirse del guión marcado. Es muy posible que nosotros discrepemos del texto, pero la realidad es otra y el escrito ya ha dictado las normas para hacernos continuar hasta el final por la senda que él decidió

Hay personas incluso que son capaces de leer dos novelas al mismo tiempo… Imposible para mí… Pero reconozco que cuando una historia me gusta, me entristece que acabe… y sólo cuando encuentro un libro interesante, me olvido de aquella historia que me dejó tan grato recuerdo…

La memoria nos regala la capacidad de acordarnos de las historias, reales o imaginarias, con las que hemos disfrutado y hemos palpitado, pero cuando nuevas historias se ciernen sobre nosotros, la expectación y el deseo de disfrutarlas, y tal vez sea en ese momento, cuando comenzamos una nueva buena novela, cuando en realidad podemos decir que hemos terminado la anterior…

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