miércoles, 12 de enero de 2011

Ser

Cuanto vale una sonrisa… y no cuesta nada.!!!

En uno de esos correos que intercambiamos, incluso algunas veces sin llegar a leer, me llega el texto de un conocido escritor en el que increpa al lector a “ser uno mismo”.

Que simpleza de frase y que hermosura de actos… ser uno mismo… ¿Quién eres tú???

Aún esa pregunta, aparentemente algo más complicada, podría tener una respuesta, pero el problema surge cuando la sociedad analiza, o mejor dicho, juzga la respuesta. Y es que por mucho que nos guste o nos incomode, resulta que nosotros mismos, la sociedad a la que pertenecemos, nos hemos ido proponiendo con el paso del tiempo no dejar a nadie que sea uno mismo, si no que sea uno “de nosotros”.

Tal vez por que el ser humano es complicado, y de tal motivo, juzga de vicioso al enfermo y de enfermo al vicioso… o condena a prisión al necesitado, lo intenta ayudar en la cárcel y no le da más opción que delinquir cuando vuelve a ser libre… leyes, normas, obligaciones… prisiones en definitiva de las que es difícil escapar por que estamos inmersos en una sociedad que necesitamos y que a su vez nos necesita (o eso dicen)

Imagino que todos tendremos ejemplos de querer haber sido pero no haber podido… unos, la gran mayoría, por miedo o vergüenza, otros, simplemente por imposibilidad… “quiero ser artista” cuando el arte no da para vivir y la propia necesidad te obliga a ser camarero… con arte, cierto es, pero camarero al fin.

No, no creo que sea fácil ser uno mismo en según qué lugares o circunstancias… las ideas políticas o religiosas o preferencias sexuales… no son fáciles de mantener en algunos lugares de, por ejemplo, nuestro país…

Ego sum qui sum… Ser o no ser… si es que desde que el mundo es mundo, la pregunta sigue ahí… ¿Quiénes somos??? (¿de dónde venimos???; ¿qué leches hacemos aquí???, hacia dónde vamos??? y bla, bla, bla)

Pero habrá que intentarlo al menos, ¿no???

2 comentarios:

MrDarcy dijo...

Tear down the wall! dicen por ahí...

Creo que uno es el camino, y creo también que la vida es el camino hacia uno mismo..

Como dice Catupecu, El camino nunca duerme.

Saludos!

Anónimo dijo...

Dejemos las etiquetas y seamos, así, sin predicativo subjetivo obligatorio.

¡Besos!