jueves, 20 de enero de 2011

Gripe

No todo el equilibrio supone anular fuerzas opuestas

No creo que haya mucha duda en que el cuerpo humano es un sistema extremadamente complejo al tiempo que muy sensible.

Tampoco creo que haya que discutir mucho sobre si él es capaz de organizarse y de defenderse de todos los infinitos ataques que llegan de forma constate desde muchos puntos.

El cuerpo humano, es ese conglomerado de células de múltiples tipos, las cuales, sin saber muy bien cómo, saben perfectamente que es lo que han de hacer en cada momento… Nosotros, los seres humanos, tan sólo hemos de preocuparnos de “vivir”, y el cuerpo se encarga de protegernos…

Aún así, algunas veces no sólo no nos preocupamos por el cuerpo, si no que hasta lo maltratamos en exceso, con esfuerzos a los que no debe someterse; dietas que le cargarán de trabajo o productos químicos que en lugar de mejorar las funciones de esos millares de células, ofrezcan más bien, resultados problemáticos

Pero hoy quiera hablaros del desarrollo lógico de la vida, del cuerpo, de mi cuerpo… de cómo, entre las miríadas de células que forman el envoltorio donde todo yo se refugia… De cómo un día se me olvida lavarme las manos antes de comer, o cepillarme los dientes después de hacerlo… de cómo respiro el mismo aire que decenas de personas en el metro, o el mismo aliento de la persona a quien beso… de cómo una pequeña herida es una puerta abierta para otros organismos ajenos a mi cuerpo.

No sabría decir cómo ni cuándo pasó, pero pasó… y de alguna manera, un intruso, un invasor, un conquistador… un virus, ha entrado en mi cuerpo… un virus invisible al ojo, minúsculo en proporción de mi tamaño, insignificante en comparación con mi fuerza… y sin embargo, un virus que sabe hacer muy bien lo que debe hacer: infectar.

Todo el equilibro celular de mi organismo, se ha trastocado, y la situación de anormalidad ha encendido las alarmas… “intruso, intruso” y procuro concentrarme en intentar sentir cómo mis defensas intentan luchar con el invasor… ¿dónde será la batalla??? ¿en la pierna???, ¿en el estómago???... Sea cómo fuere, no ha surtido efecto y las defensas han sido superadas… el invasor se ha situado en el pulmón, haciendo hogueras que han conseguido elevar la temperatura por encima de 40º y afianzándose con garfios que ocasionan un inmenso dolor cada vez que uno de esos indeseables visitantes, es expulsado…

Gripe, una simple gripe… un insignificante virus que no sé cuándo ni cómo llegó a mí y sin embargo, ha logrado doblegarme, vencerme durante unos largos y pesados días… No hay enemigo pequeño

4 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno Buho..

estas malito, seguro que ya estas a punto de echar al maldito virus fuera..

eso es lo que te deseo..

y es verdad no hay enemigo pequeño, en esto no puedo estar mas de acuerdo contigo...

pero bueno... si sólo es una gripe...

la primavera te está esperando, a ti y a todos con la certidumbre de que ella siempre llega..

Un besazo de amistad, para que los restos de enfermedad sean vencidos..

Unknown dijo...

Vengo a visitar al enfermito y a dejarte unas flores, mimosas que ya las hay..

y ...

una botellita de..

de....

de mosto que dicen que ayuda a terminar con todo tipo de virus..

y no tiene alcohol..

besos..

es que soy abstemia.

Unknown dijo...

Tienes una pequeña tontuna en mi blog.

Besos

El búho rojo dijo...

Gracias por todo Estrella... de verdad

Un beso