jueves, 17 de marzo de 2011

Cansancio

El descanso es la antesala de la lucha

Al llegar a casa, un silencio inusual reinaba en ella y la quietud me dio a entender que no había nadie… me equivocaba; al adentrarme camino del dormitorio para cambiarme de ropa, la vi, tendida en el sofá con cara de haber estado durmiendo hasta ese momento. Nos miramos en silencio y continué…

Me senté en la cama… deseaba quitarme los zapatos que durante todo el día me habían aprisionado los pies. Ella entró despacio, en silencio con calma… se quedó expectante mirándome con sus ojos achinados y su pelo negro brillante bajo la luz de un sol que se alejaba y parecía estar descansando sobre los tejados de las casas cercanas…

Ella esperaba algo de mí, pero yo estaba tan cansado que apenas podía hacer nada… acaricié su pelo durante un momento mientras, de forma inevitable, la sonreí con conocido cariño al hacer aquel gesto, y continúe intentando despojarme de la corbata.

Ella rodeó la cama, se subió por la parte de atrás y al poco, su cuerpo desnudo se apretaba casi suplicante contra mi espalda cubierta aún por la camisa… yo sabía que es lo que quería, pero me encontraba demasiado cansado… necesita unos minutos, sólo unos minutos… mis manos la buscaron y sin poder evitar sonreir, la separé un poco y le pedí que esperase un poco…

Continué sentado… ella volvió a acercarse y comenzó a lamerme la parte posterior del cuello… las orejas… imposible aguantar más… me calcé de nuevo y bajé a la perra a la calle… es que la pobre estaba que no podía aguantar ...


3 comentarios:

Unknown dijo...

Mecachis.....!!!!!.

"no me lo puedo de creer"....

me he quedado con las ganas yo tambien, ja, ja, ja, ja..

buen relato me ha tenido en vilito hasta el final..

Besos querido amigo..

es muy agradable tu paso por mi Mirada..

Unknown dijo...

Oye, que digo yo.. que si al final...

este cuento

puede tener otro final.

que no has cambiado la entrada..

besitos

ROSA dijo...

Genial. Es un gran microrrelato.
Nos leemos