sábado, 3 de diciembre de 2011

Justicia

Los mejores finales, son los que decidimos nosotros mismos.

Ayer vi en un escaparate un libro sobre Robin Hood. Supongo que todos conocen la historia de este personaje legendario a caballo entre la realidad y la leyenda que Errol Flyn interpretó en el cine dejando, posiblemente, la imagen de un héroe al que muchos deseábamos imitar… Luego se encargó Disney de promulgar su historia y hacerla mucho más popular entre niños, jóvenes y padres que visualizan con paciencia y muchas más veces de lo que se dice, con ilusión, ese conjunto de aventuras donde el bien se vuelve protagonista principal.

De lo que no estoy seguro es de que esos héroes populares tengan cabida en nuestros días y es que para quien no lo sepa, Robin Hood era un proscrito que robaba a los ricos para repartirlo entre los pobres… y si bien es cierto que hoy en día siempre hay una cierta confusión entre la definición de rico y pobre, no la hay en absoluto entre la definición de robo, y de esta manera, el otrora malvado sheriff de Nottingham, hoy sería un dedicado funcionario encargado de velar por la seguridad de todos nosotros

Hoy, Robin sería, sin duda alguna, protagonista de infinitas horas de noticieros escritos y televisados y contaría con detractores y simpatizantes, pero la ley ha de ser igual para todos y por ello, un ladrón no deja de ser un ladrón y habrá que pagar por ello

Pero hay veces, muchas seguramente, que las leyes se quedan quietas y pierden parte de su valor si no quedan claramente obsoletas… si hoy la ley castiga con una sanción económica una falta, con el paso del tiempo puede ser más rentable pagar dicha sanción que evitar la propia falta… y de esta manera tan peculiar, resulta que hay profesionales para caminar en esos senderos que bordean las leyes y se benefician de los olvidos, desconocimientos o de una no muy clara interpretación que dictaron los legisladores

Hoy en día, hay quienes se esfuerzan en ello, consiguen sin mucho esfuerzo, seguir robando a los ricos (aunque insisto, no todos tenemos el mismo concepto de “ricos”) para dárselo a los pobres… o algo así… y de esta manera, el dinero deja de ser de papel e incluso de plástico y pasa como un mero apunte contable de banco a banco, borrando pistas y huellas y terminando no se sabe muy bien donde ni a nombre de quien… y ahí queda, ingresado y engordando día a día mientras sus responsables discuten a quien han de darse esos óbolos… y entonces, muchos optan por crear empresas y sociedades donde se colocan personas conocidas y afines y a los que se les premia con un opíparo salario que muchas, por no decir, todas las veces, no está justificado…

Pero el problema de hoy en día, es que ya no hay más bosque para tanto Robin que se cree en la obligación de seguir robando y tampoco tanto rico a quien robar… ni muchos menos hay sheriff suficientes para tanto ladrón… Hoy en día será algo más complicado saber quien es el héroe y quien el villano… ¿no???



Sé que Guillermo Tell y Robin Hood ni se conocieron ni nada parecido, pero la obertura más divertida es la del primero… así que ahí queda…

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy deseando ver ese gran circo de todos aquellos que se van a tener que apear... del burro... quieran si o quieran....no..

y verlos caer va a ser un gran alivio....

espero y confio que así sea y quien haya sido ladrón que pague con ello, con su patrimonio, con el de su familia, con lo que tenga..

pero está por ver viejo amigo..

y no será fácil.

No voy a publicar hasta Navidad, pero en google+ si estoy dejando cosas.. puedes buscarme allí alguna cosa cuelgo.. pues una tiene hábito, pero más corta y menos elaborada que en el blog.

Un beso y gracias como siempre por tu amistad