domingo, 5 de mayo de 2013

Noches

Las líneas que los hombres tienden para separar conceptos claros, oscilan demasiado con un simple suspiro

Sé que la observas… en las largas noches cargadas de silencio y al olor de una falsa asepsia, sé que vagas por los pasillos en busca de algo que, por tu actitud, aún no ha llegado…  Sé que cuando el sueño me vence te acercas a ella y nos miras a ambos… y creo entender que aún sonríes y te marchas sin más… Sé que en tu macabro juego siempre vences, pues tarde o temprano a todos nos encuentras y nos llevas contigo…

Pero no entiendo el porqué de la espera… el porqué de tu inmenso placer prolongando la exigua existencia que se consume día tras día… robando el tiempo de los que suponemos aún no estamos en los primero lugares de tu lista… ¿por qué esa hipócrita y maliciosa sonrisa???

Sé que su dolor y mi dolor te complacen y que eres indiferente al temor o al valor con que muchos desean enfrentarse a ti… Total, siempre has de vencer… te colmas de paciencia infinita y te acercas, tal vez, sólo tal vez, para comprobar que el nombre que tienes en la lista, es el correcto, o si el momento es el justo donde puedes hacer más o menos daño... Me pregunto si te satisface, si esas angustiosas horas de incertidumbre, de lucha y esfuerzo humano para mantener unas horas más de vida, te llegan a conmover o si sólo es algo con lo que disfrutas mientras las horas que los vivos entregamos a prolongar la existencia ajena, es sólo un pequeño tributo, un anticipo del pago que todos hemos de darte,

Y así, día tras día, sé que nos visitas, que te acercas, nos miras… y te marchas, esperando, tal vez, sólo tal vez, que el momento finalmente nos pille por sorpresa y el dolor sea lo suficientemente intenso como para que, una vez que uses la guadaña, vuelvas a ser único protagonista de la historia… y es que tú eres quien, finalmente, decides cuando la historia de una persona ha llegado a su fin.

martes, 12 de marzo de 2013

Paquetes

El cariño es una invisible cadena que une por siempre a quienes compete

No hace aún mucho tiempo, compré un tintero con tinta líquida… compré un plumín de acero y bola y una pluma de recio plástico “Made in China”. No sé por qué extraña sensación tenía una dulce debilidad por poder escribir con pluma, al igual que lo hice ya hace muchos años. Pensé que sabría hacerlo, pero no… tengo en mi cabeza todo lo necesario para hacerlo pero algo ha cambiado y mi escritura fue más bien grotesca, sucia, desigual y más bien tirando a fea… Sí, he de confesar que ya no sé escribir… ni tampoco sé hacer “cuentas”… ni otras muchas cosas que otrora me vi obligado a hacer.

Hoy, las letras y por consiguiente las palabras, vienen “empaquetadas” y listas para su uso… la tecnología nos permite escribir de igual forma una G que una Z y es que sólo es presionar la tecla correspondiente y ya está todo el trabajo hecho… Y de esta manera tan sencilla, llego a la conclusión de que hoy todo lo tenemos empaquetado y listo para su uso... las letras, la ropa, la comida... incluso los caminos y senderos están delimitados para hacernos llegar allá donde se ha decidido que lleguemos...

 Sí… supongo que la época romántica y artística ha sido devorada sin piedad por esta otra de tecnología y prisas… Siempre habrá quien diga que aún quedan cosas por descubrir y entonces se cargan mochilas de materiales especiales, con prendas de abrigo especiales, calzado especial, e instrumentos de precisión para no perderse… Atrás quedaron los descubridores y aventureros con los que la mayoría hemos soñado y es que no es extraño que el cine aún nos entregue una buena ración de nostalgia de un tiempo desconocido al ver películas de un pasado irrepetible... Tal vez por que ya no hay nada que descubrir.

Sí... todo avanza desmesuradamente y el seguir el ritmo del progreso nos obliga, en ocasiones, a sacrificar una parte de nuestra vida… o tal vez no. por que hay cosas que la tecnología no puede sustituir… y es que a pesar de que hoy en día todos podemos tener cientos de amigos en las redes sociales, no creo que muchos de nosotros renunciasen a una tranquila velada en compañía de un amigo de verdad… hacer unas risas, compartir un café, sentir un abrazo… O tal vez, un poco más allá y sentir la intensidad de un beso, el destello del deseo, una caricia que eriza la piel, una sonrisa en los labios y un te quiero al oído…

Sí, tal vez no haya romanticismo ya, y la gente nos veamos dirigidas a usar, como ya hemos dicho, hasta las palabras empaquetadas… pero siempre seremos seres humanos y por ello, un gesto de cariño, hará que todo tenga sentido…





Hace ya nueve años..

lunes, 4 de febrero de 2013

Arte

Intento no perder el tiempo, pero se me sigue escapando la vida

Por mucho que lo repita, sigo impresionándome con la rutina de algunos actos habituales y la grata sensación que dejan. Hace tiempo, en el metro de New York, … tocó con un Stradivarius la pieza que aquí figura. Al parecer casi nadie le prestó atención. Me pregunto si el entorno para apreciar el arte ha de ser el apropiado y de esta forma, no somos capaces de disfrutar de la música fuera de un auditorio, o disfrutar un cuadro fuera de un museo…

 Todos habréis visto la figura de “David” de Miguel Ángel, donde un frío y posiblemente irregular bloque de granito, fue perdiendo todo aquello que le sobraba hasta convertirse en una extraordinaria piedra (no deja de ser una piedra) cuya forma sorprende por su perfección desde cualquier perspectiva… Miles de obras similares se pueden apreciar y disfrutar en los museos, y miles más, muchas miles más, fuera de ellos, pero estas últimas nos pasan inadvertidas por que el contexto no es el apropiado

Supongo que eso ocurre por tenemos siempre demasiada prisa por llegar donde sea y cerramos nuestros sentidos a todo aquello que no sea nuestro objetivo para no demorarnos más de lo necesario. ¿Podría ser así?. De esta forma, no prestamos atención a una hermosa interpretación de cuerda, a una pintura que no está encajada en un marco dentro de un museo, o a una escultura que está siendo azotada por el viento y el sol muy cerca de donde estamos… No apreciamos el valor de una novela que podemos leer en el metro para pasar el rato, e incluso nos parece una falta de vergüenza o acto de gamberrismo, el que de repente, sin aviso, dos personas comiencen a bailar en la calle al son que escuchan en su auriculares…

Queremos la belleza, incluso buscamos la belleza, pero no siempre nos detenemos a contemplarla… Pero eso no es muy importante, ya que la mayoría de las veces, podremos recuperar esa imagen, ese sonido, esa sensación que hace que los sentidos se abran y nos saciemos de sensaciones que invaden de forma placentera…  No, lo importante, es todo aquello que no tenemos oportunidad de recuperar… las personas.

De esa forma, entre prisas y carreras, entre educación y modales, entre estar pendientes del destino y no del camino, tal vez, insisto que sólo es tal vez, dejaríamos de descubrir a personas maravillosas… Así, dejamos de mirar y hablar a aquellos que están sentados a nuestro lado en el autobús mientras nos apuntamos a las redes sociales buscando amigos en el fin del mundo… dejamos de disfrutar de una sonrisa por somos incapaces de mirarla… nos enojamos por que el conductor de delante no arranca como un rayo cuando se pone el semáforo en verde, y no podemos ver la línea del horizonte por que estamos pendientes de ello… no nos paramos a comentar con quien nos cruzamos, aunque sea conocido, por que se nos hace tarde…

De esta manera, cuantos maravillosos amigos se habrán cruzado a nuestro lado y los habremos dejado ir sin prestarles atención… cuantos amores se habrán detenido junto a nosotros esperando una palabra y antes de eso, nosotros salimos corriendo… cuantos momentos se nos han pasado vacíos mientras esperábamos esos otros en los que confiábamos que fuesen pletóricos…  y no hemos sabido disfrutar de la lluvia temiendo que fuese una tormenta…


Por pequeña que sea la mosca, siempre podrá verte desde arriba

lunes, 21 de enero de 2013

Vejez

El polvo que levantan tus pasos, vuelve a caer en el camino

Te he visto convertirte, sin darme cuenta, en una anciana… recuerdo tu piel tersa y suave cuando yo era niño y he compartido sin querer y sin saber todas y cada una de las arrugas que el trabajo, el esfuerzo y el tiempo te han otorgado… Tu cara se ha convertido en un cuarteado terreno donde casi con toda seguridad, han prevalecido momentos muy difíciles y también, para qué negarlo, alguna que otra risa que haya compensado aquellos

Tu mirada, ahora a veces perdida, me confirma que los muchos recuerdos ordenados del pasado, y que algunos de ellos tú me enseñaste con tus historias, medio reales, medio inventadas, ahora se hayan dispersos en sabe Dios que rincón de tu memoria, en ese caos y descontrol que el tiempo, algunas veces otorga y que, he de reconocerlo, me da pánico

Y sin embargo, dentro de esa vejez que te atrapó con saña, de este tiempo que no siempre es plácido, de este descanso que la mayor parte del  tiempo es incomprendido, aún rompe con especial alegría y enorme fortaleza, una risa ya desdentada, infantil tal vez, pero terriblemente sincera, de cuando alguna simpleza llega entera tu recuerdo…

Que difícil se hace algunas veces… que cruel otras… y que cansado la mayoría… la vida te dio un quiebro sin previo aviso, pero no ahora, hace ya muchos años…  seguramente antes de que yo recuerde aquellas tardes de trabajo en la cocina mientras hacía los deberes del colegio y escuchaba aquella radio que era perpetua compañía… cuando la comida se repetía día tras día y la ropa se remendaba constantemente… cuando la vida era tan sencilla que hoy sería de pobreza pero que entonces era lo que había y tú llevabas las auténticas riendas de todos nosotros

El devenir del tiempo nos ha traído muchas cosas… unas buenas y otras no tantas… tal vez ahora que llegó el momento del descanso, desde ese mundo particular que se te ha creado para ti, puedas sentirte bien y ser lo feliz que deberías haber sido siempre…


Un ratón se esconde tras una piña... no sé si para que yo no lo vea, o si es, solamente, por que él no quiere verme.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Circo

Quien sufre de miedo, jamás será libre, y seguramente, tampoco feliz

En estos días de Navidad, los circos se acercan a las ciudades y siguen ofreciendo “el mayor espectáculo del mundo”. Sin embargo, hoy en día el circo ha caído en una cierta desidia y ya nada sorprende.

Cuando yo era niño, el circo era quien realmente llevaba a las ciudades y los pueblos toda la magia y la ilusión que de otra forma, no podríamos haber conocido. Fieras, más o menos salvajes, magos, equilibristas, payasos, trapecistas, payasos... actuaciones para todos los gustos y de todos los colores que era imposible poder ver y conocer en cualquier otro lugar.

Hoy, la televisión e internet han desbancado toda esa magia y ahora podemos acceder y ver todo aquello que antaño era imposible. Todos hemos visto leones en TV, todos hemos visto trucos de magia en internet y todos conseguimos oír música en la radio... Sí, el mundo de la comunicación está ahogando al circo que poco a poco se está transformando y buscando un poco más allá del “más difícil todavía”. Hoy, como en esos extraños bazares de baratijas, hay cosas que son imposibles de encontrar fuera del circo...

Sea pues este un pequeño homenaje para aquellos que hoy parecen encaminados a ser los últimos artistas de “troupé”, de carromato, nómadas de interminables viajes y siempre con una carga de ilusión e optimismo en sus escasas pertenencias

Hoy pensé en el circo a raíz de una conversación sobre las redes sociales... Cuando niño, también jugaba con mis amigos... llegaba del colegio, hacía los deberes, me cogía un bocadillo y salía a la calle a jugar... la calle entonces no era peligrosa, o sí... nos caíamos, nos raspábamos las rodillas y nos hacíamos sangre... nos hemos roto algún hueso incluso. Gajes del oficio que dirían los más aventurados... La vida era más dura para nuestros padres, pero más sencilla tal vez para nosotros. No necesitábamos si no amigos, gente con la que dejar que la imaginación fermentase y se transformase en aventuras sin fin, en campeonatos del mundo de cualquier cosa, y sobre todo en risas insustanciales que nos obligaban, cuando caía la noche, a desear que llegase el día siguiente para retomar aquello que dejamos a medias y que sólo Dios sabría si continuaría o si ya había terminado.

Tal vez por que hoy los amigos se cuentan en las redes sociales, por que la gente va caminando poniendo mensajes y hablando por teléfono, pero sola, por que mientras la comunicación es mucho más fácil y fluida, las palabras se hacen más escasas y difíciles...

En estos días recibimos decenas de felicitaciones, “copias – pegas” de buenos deseos y palabras de agradecimiento y deseos venturosos. Todo es sincero y de agradecer... pero algunas veces, nos falta una mirada, un abrazo, una caricia, un beso... algunas veces, nos falta un amigo, o tal vez, me falta un amigo...

Así son las cosas... a veces, cuanta más gente tenemos a nuestro alcance, con menos gente nos vemos... Cuando el circo llega a la ciudad, las sonrisas deberían crecer, la ilusión multiplicarse y la alegría ser sincera... pero ya está todo tan visto... No, no nos confundamos... no es lo que haces, si no lo que sientes al hacerlo... esa es la gran diferencia

Que el nuevo año nos traiga no sólo lo que deseamos, si no lo que necesitamos.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Marionetas

Las personas hacemos planes; la vida no.

Desde hace tiempo la publicidad se ha empeñado en querer hacer algo que hasta ese momento nadie conocía, en totalmente necesario, casi imprescindibles.

Ignoro si la publicidad se centró en el consumo de productos materiales antes o después, pero pienso que muchas personas nos comportamos como marionetas que nos movemos a un extraño ritmo que no siempre nos agrada pero que aceptamos. Así, aquellos que asumimos una determinada idea política, aceptamos situaciones que nunca aceptaríamos si fuese otro quien las planteasen.

No sólo me ciño a la idea política, si no a cualquiera de cualquier índole... de infinidad de ellas. Así, podemos pensar que un determinado comportamiento ante una determinada situación en un contexto religioso, no es correcto, pero al final terminamos aceptando esa idea por el conjunto…

Palabras como “nosotros” y “ellos”, nos hacen tomar partido ante una situación concreta que tal vez jamás nos habríamos planteado de otra manera y es que en muchas ocasiones, todos somos "nosotros" y no existen los "otros" hasta que de repente alguien nos lo muestra, y poco a poco, tal vez sin darnos cuenta, y pensando que hay que ser políticamente correcto, dejamos nuestros pensamientos a un lado para asumir los pensamientos ajenos.

Así, el poder expresarse libremente, con respeto hacia los demás y con garantías, de repente se hace algo complicado. Fuera del escenario de la comunicación escrita y homologada, cualquier palabra puede ser considerada ofensiva, puede herir sensibilidades, o puede incluso provocar conflictos mayores. Decir que tal político es un inepto en voz alta, conseguirá que alguien pueda recriminarte poniéndote miles de ejemplos de que no es así… Decir que tal religión está equivocada, puede costarte hasta la privación de libertad… Decir a una mujer que es hermosa, puede ser interpretado como síntoma de machismo… Dar caramelos a un niño puede suponer para quien lo vea que eres un pederasta o un secuestrador…

De esta sutil manera, millones de seres humanos se aúnan en grupos de ideas afines (insisto, aunque no sean compatibles con la idea individual y personal) para moverse como un único ente, buscando una idea común que a veces hace sacrificar ideas individuales.

Pero pienso que no sólo ocurre en los ámbitos mayoritarios de ideas políticas, religiosas, en eventos deportivos, o de ocio, o de cualquier índole donde pueda haber criterios dispares, sin contar el grandísimo poder de los medios de comunicación o en esos anuncios donde sibilinamente se nos vende la idea de que todo ha de ser de una determinada manera y no de otra… en nuestro trabajo, terminamos formando parte del grupo que critica a los jefes (con o sin razón) o de ese que forma parte de la tertulia de los lunes… en la comunidad de vecinos donde el presidente siempre lo hace bien si es afín o siempre lo hace mal si no lo es… incluso en nuestra familia, donde el cuñado envidioso se ha comprado un coche más grande que el nuestro… y por regla general siempre encontraremos aliados para avivar el grupo al que pertenecemos

Por desgracia, una gran parte de las arengas que se enarbolan en los grupos, son precisamente de odio al resto… y todos “los demás”, son malos, están equivocados, o simplemente se merecen lo que les ocurre por haberse comportado de tal manera… “Nosotros”, por el contrario, somos los que tenemos razón y por lo tanto, hacemos lo correcto (insisto por enésima vez que asumimos ideas de grupo como propias aunque tal vez no las compartamos)   Incluso en estos días de Navidad, parece que el “espíritu navideño” se nos pega a todas horas de manera oficial y todo son parabienes y buenos deseos… Los anuncios muestran a gente joven y feliz disfrutando de una vida que todos pensamos que es la “lógica” aunque nadie la tenga en realidad

Pero ahora, en este instante y en estos días, por favor, dejadme que haga un ejercicio y piense como yo soy… piense sin contar con la opinión de nadie y sin ser políticamente correcto… dejadme que desee a aquellas personas que quiero, admiro y respeto mis mejores deseos, pero que estos no han de coincidir con lo que cada uno desee en la vida… dejadme desear que la felicidad corra por las venas de estas personas, no sólo en estos días, si no para siempre… y que siempre que sea posible reflejen una sonrisa, no en su rostro, si no en su alma   Es difícil, lo sé, pero no es imposible… la vida es eso… intentar mantenerse en el tablero de juego aunque no siempre ganemos… participar es lo importante??? Sí, tal vez así sea

A esas otras personas, anónimas la mayoría de las veces, curiosas que se asoman por aquí sólo por la curiosidad y la casualidad… aquellas que sólo desean vivir en calma sin mayores complicaciones el deseo de que todo “les vaya bonito”, una expresión que siempre me ha gustado mucho

Por ello, no voy a pedir permiso a nadie para decir que que a esas personas que forman parte de mi vida, que me invitan a pensar y reflexionar, que me aportan ideas y sensaciones, que me dan consejos, abrazos, sonrisas, palabras de gratitud, de cariño, que me apoyan en los momentos complicados y me reprenden en mis equivocaciones... os quiero!!!

Y si alguien se cuela esperando que el dolor continúe en quien escribe… pues lo siento por quien tiene una vida tan pobre... la puerta de entrada y de salida es la misma y siempre está abierta



martes, 27 de noviembre de 2012

Olvido

El fin del camino es justo aquel en que tú das el último paso.

Un días más, van cogidos de la mano, andando despacio, sin prisa aparente. Para uno, el tiempo ya se detuvo hace mucho, para el otro, el tiempo es un lujo que debe administrar con cuidado.

El silencio apenas se rompe con vagos recuerdos de un pasado lejano y totalmente inconexo. Uno, piensa en lo que hizo ayer, y lo que ha de hacer mañana... pasean en silencio, unidos y juntos, pero el tiempo ha conseguido doblegar su voluntad y ha convertido un acto de cariño en una rutinaria obligación que parece formar parte de su propia vida... El otro, simplemente pasea y su silencio oculta no se sabe que misterios... Unos dicen que nada, que no siente nada...

Uno recuerda cuando aquello comenzó y las tardes de oratoria que le dedicaba... hablaba de lo que era, de lo que no, de cuando todo volviese a ser como antes... Nunca lo sería, nunca ha sido igual que antes ni volverá a serlo, y todo se centra en una extenuante espera, o en un casi imposible milagro

El paseo ya es conocido, tanto que parece que ninguno de los dos es consciente de que sus pasos son guiados por un recorrido tan conocido que ya no causa interés, y que el recorrido está próximo a si fin.

Las ideas están lejos de allí y no... nadie se siente culpable por no entregar un amor que otrora se comprometiese... el cansancio hizo mella hace tiempo y otros nuevos problemas han ido sustituyendo a la obligación de no olvidar a quien, sin quererlo, nos olvidó

A última hora de la tarde, cuando todo aquel rutinario ritual llega a su fin, cuando la vida vuelve a correr fuera de los pasillos del hospital, es cuando sus miradas se cruzan y justamente es en ese momento cuando ninguna palabra es necesaria, ya que durante un mínimo instante, las miradas se brillan entre imposibles lágrimas en los ojos de ambos y delata que pese a la rutina, a los silencios, a las obligaciones y al cansancio acumulado, ambos se siguen queriendo... y mañana seguirá el ritual