Quien sufre de miedo, jamás será
libre, y seguramente, tampoco feliz
En estos días de Navidad, los circos
se acercan a las ciudades y siguen ofreciendo “el mayor espectáculo
del mundo”. Sin embargo, hoy en día el circo ha caído en una
cierta desidia y ya nada sorprende.
Cuando yo era niño, el circo era quien
realmente llevaba a las ciudades y los pueblos toda la magia y la
ilusión que de otra forma, no podríamos haber conocido. Fieras, más
o menos salvajes, magos, equilibristas, payasos, trapecistas,
payasos... actuaciones para todos los gustos y de todos los colores
que era imposible poder ver y conocer en cualquier otro lugar.
Hoy, la televisión e internet han
desbancado toda esa magia y ahora podemos acceder y ver todo aquello
que antaño era imposible. Todos hemos visto leones en TV, todos
hemos visto trucos de magia en internet y todos conseguimos oír
música en la radio... Sí, el mundo de la comunicación está
ahogando al circo que poco a poco se está transformando y buscando
un poco más allá del “más difícil todavía”. Hoy, como en
esos extraños bazares de baratijas, hay cosas que son imposibles de
encontrar fuera del circo...
Sea pues este un pequeño homenaje para
aquellos que hoy parecen encaminados a ser los últimos artistas de
“troupé”, de carromato, nómadas de interminables viajes y
siempre con una carga de ilusión e optimismo en sus escasas
pertenencias
Hoy pensé en el circo a raíz de una
conversación sobre las redes sociales... Cuando niño, también
jugaba con mis amigos... llegaba del colegio, hacía los deberes, me
cogía un bocadillo y salía a la calle a jugar... la calle entonces
no era peligrosa, o sí... nos caíamos, nos raspábamos las rodillas
y nos hacíamos sangre... nos hemos roto algún hueso incluso. Gajes
del oficio que dirían los más aventurados... La vida era más dura
para nuestros padres, pero más sencilla tal vez para nosotros. No
necesitábamos si no amigos, gente con la que dejar que la
imaginación fermentase y se transformase en aventuras sin fin, en
campeonatos del mundo de cualquier cosa, y sobre todo en risas
insustanciales que nos obligaban, cuando caía la noche, a desear que
llegase el día siguiente para retomar aquello que dejamos a medias y
que sólo Dios sabría si continuaría o si ya había terminado.
Tal vez por que hoy los amigos se
cuentan en las redes sociales, por que la gente va caminando poniendo
mensajes y hablando por teléfono, pero sola, por que mientras la
comunicación es mucho más fácil y fluida, las palabras se hacen
más escasas y difíciles...
En estos días recibimos decenas de
felicitaciones, “copias – pegas” de buenos deseos y palabras de
agradecimiento y deseos venturosos. Todo es sincero y de agradecer...
pero algunas veces, nos falta una mirada, un abrazo, una caricia, un
beso... algunas veces, nos falta un amigo, o tal vez, me falta un
amigo...
Así son las cosas... a veces, cuanta
más gente tenemos a nuestro alcance, con menos gente nos vemos...
Cuando el circo llega a la ciudad, las sonrisas deberían crecer, la
ilusión multiplicarse y la alegría ser sincera... pero ya está
todo tan visto... No, no nos confundamos... no es lo que haces, si no
lo que sientes al hacerlo... esa es la gran diferencia
Que el nuevo año nos traiga no sólo
lo que deseamos, si no lo que necesitamos.
1 comentario:
Hola Buho..me rio.. no te imaginaba como eres para nada.. pero para nada..
eres distinto a como mi fantasía te había imaginado..
y es curioso cuando ves a las personas..y ves como la imaginación libre ha configurado tus facciones..
y no coinciden..
jajaja
igual a ti te pasó conmigo..
no lo sé..
pero.. bueno..
he venido como siempre.. a decirte que espero seguir caminando de tu mano en el 2013, de esta mano de redes.. que al fin al cabo une a gentes muy diferentes, con un denominador cómun ser felices y buscar la bondad en lo que hacemos..
lo consigamos a veces más y otras menos..
pero aquí estoy para dejarte un beso... grande y un abrazo... de los gordos....
hasta pronto querido amigo..
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