Esas casualidades que uno va encontrando de vez en cuando,
me han hecho reflexionar sobre el uso que le damos a ciertas frases. De esta
forma, esa frase que reza “Perdono, pero no olvido”, es algo así como venir a
decir, “No te preocupes de lo que has hecho, pero te vas a enterar”… No creo
que se pueda perdonar y mantener un recuerdo constante sobre aquello que se
desea olvidar.
Pero lo más curioso, lo que más me llama la atención es una
frase tan extendida y popular que todos conocemos e incluso habremos usado
alguna vez “Hacer el amor”.
Curiosamente, el amor es algo que se siente y no se hace… lo
que se hace es, simplemente, practicar sexo… así el amor, esa palabreja que
tanto alardeamos de usar y sentir y que tanto nos gusta presumir… y sin
embargo, sólo nos jactamos de hacer el amor, cuando practicamos sexo… El amor
debería ser algo que se hiciese siempre, no solo desnudo entre las sábanas… el
amor debería ser un sentimiento constante y por tanto, el mirar a los ojos de
quienes amamos, estamos haciendo el amor… al hablar con quien amamos, estamos
haciendo el amor, el estar juntos paseando con la persona que amamos, estamos
haciendo el amor… El amor se hace siempre que uno está enamorado… y así debería
decirse.
Que curioso que esa sociedad tan clásica donde nos hemos ido
criando ha optado por denominar la práctica del sexo, por un vocablo que, a mi
juicio, degrada precisamente aquello que se desea ensalzar.
Pase pues que hoy entendemos como “amante” a esa persona con
la que hacemos el amor… siempre amor, pero cuando hacemos el amor con un
amante, ¿es amor??? Pues tendrá que serlo, por que hacer el amor, es amar y
quien ama, es un amante…
Así pues, enhorabuena a quienes hacen el amor aunque no sea
entre sábanas, enhorabuena a quien tiene amante aunque sea su pareja, y
enhorabuena al que ama, por que se ama durante 24 horas al día…
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