lunes, 10 de septiembre de 2012

Miradas


Que sea breve no significa que no sea intenso.

Aún me acuerdo de tu mirada... de aquél día que por coincidencias nos sentamos frente a frente en un vagón de metro en el que no había muchos viajeros.

Ambos íbamos sin prestar atención a nada ni nadie, y cada uno por su lado, aislado en su propio mundo... Aislados con los auriculares, escuchando música o cualquier otro sonido y la vista puesta en la páginas de algún libro... Sí, aislados de todo cuanto nos rodeaba

Sin embargo, algo pasó... no sabría decir el qué... tal vez la casualidad, tal vez el destino... nuestros ojos se encontraron en un momento en que el aislamiento desapareció... una fugaz mirada que me produjo una extraña sensación de invadir una intimidad que deseabas conservar...

Desvié la mirada de inmediato y volví a intentar concentrarme en la lectura... Era imposible, ese brillo de tus ojos ya había calado dentro de mí y algo que apenas adivinaba se había avivado dentro... Miré, casi de reojo, más con vergüenza por no violar tu intimidad, que con timidez por lo que pudieses pensar... y estabas también pendiente de tu libro... y justo en ese momento me miraste de nuevo...

No sé cuanto tiempo estuvimos mirándonos... no fue mucho... unos pocos segundos, pero los suficientes para leer en tu mirada la tristeza que llevabas en tu alma, la soledad que te acompañaba en todo momento... aparté la vista de nuevo

No pude resistir mucho tiempo y volví a mirarte... tú seguías mirándome, supongo que con curiosidad, con censura por haber querido entrar en tu intimidad... No pude si no intentar aguantar tu mirada... descubrí entonces el dolor que tu mirada reflejaba, descubrí que en tu mundo te faltaban muchas cosas

Quise ayudarte y te lancé un beso con la palma de tu mano... Aún me duele el bofetón que me diste y aunque jamás he vuelto a verte, cada vez que cojo el metro confío en poder coincidir contigo de nuevo para ver si tu tristeza ha desaparecido ya.



domingo, 2 de septiembre de 2012

Casa

Libertad e independencia no son sinónimos

Supongo que la casa de cada uno, es como un punto de referencia para poder ir hacia algún sitio… algo está siempre lejos o cerca pero muchas veces nos referimos a ese lugar donde solemos pernoctar, donde tenemos nuestras pertenencias y tal vez, por que es, posiblemente, la mayor inversión de nuestra vida, es algo a lo que quedamos unidos con extraño vínculo que en algún que otro momento, cuando estamos “lejos” de casa, nos hace sentir una extraña añoranza

Pero la casa de cada uno, el hogar, o cualquier otra definición que hagamos de aquel lugar donde tengamos nuestra residencia, no sólo es algo donde nos protegemos del frío o del calor, de la lluvia o del sol, o incluso de ese extraño miedo que nos produce en ocasiones la propia sociedad que parece que nos intimida e incluso nos persigue entre la oscuridad y cuando cerramos la puerta de nuestra casa, parece que estamos completamente a salvo… nuestra casa es nuestro castillo. Incluso recuerdo aquellos juegos infantiles donde había una zona de "seguridad" donde estábamos siempre a salvo y que denominábamos "casa"

Así pues, la casa no es un conjunto de paredes, puertas y ventanas… no es sólo el lugar donde tenemos nuestras historias y donde queremos echar nuestras raíces… es ese extraño lugar donde nuestra vida coge sentido, donde accedemos a nuestros amigos, donde criamos a nuestros hijos, donde convivimos con nuestra pareja… y por ello, algunas veces, nuestra “casa” puede cambiar de sitio, de ubicación

Ignoro quien fue quien definió los blogs como “casas”, pero siempre me he sentido identificado un poco con ese adjetivo aquí… esto, de alguna forma, también es mi casa, una casa donde algunas veces, me he desnudado, y otras donde sólo he comentado aquello que creo superfluo o importante… una casa donde encuentro amigos y desconocidos con los que hablar, comentar, y aprender… una casa donde soy un poco chovinista (es natural, es mi casa), narcisista (claro, soy yo) y exhibicionista (si no… ¿a quien le importaría???)

Pues eso… estoy en casa… en mi casa…


martes, 24 de julio de 2012

Fotocopias


El esfuerzo es un camino que conduce a la puerta del triunfo, pero no garantiza que pueda abrirse.

No puedo decir que he vuelto por que nunca me he ido, pero llevo tiempo sumido en esa extraña sensación de desidia, donde he dejado que la pereza me conquiste y la rutina se instale en mi vida, haciendo de esta una especie de fotocopia donde salvo pequeños, y a veces casi imperceptibles detalles, todo es igual que el día anterior, que el día siguiente…

No, miento… ningún día es igual a otro… son la situaciones lo que se repiten, aquello a lo que nos acostumbramos y tal vez hasta nos aferramos de forma inconsciente por que nos sentimos seguros en eso que algunos “malo conocido” y nos sentimos presas del pánico ante lo “bueno por conocer”

Sea como fuere, la apatía se ha instalado de igual forma que lo ha hecho el estío del verano… y como si fuese una especie de fotografía, por mucho que se la mire, siempre está inmóvil…

Sin embargo, alguna vez, aún me gusta sumergirme en mis recueros y mirar cara a cara al pasado, tal vez buscando el futuro… NO, no voy a hablar de política ni de economía… de repente tenemos en España millones de gurús que ya lo hacen… aunque algún día tal vez lo haga… pero en esta ocasión, más por que he venido a limpiar un poco esta casa que a quedarme unos días, quiero decir lo que todos saben, por que la vida es así de simple, y es que yo amé y a mí me amaron… yo olvidé y a mí me olvidaron… yo hice sufrir y a mí me hicieron sufrir…  yo acompañé y a mí me acompañaron… yo sonreí y a mí me sonrieron… yo escuché y a mí me escucharon… yo corrí delante de “los grises”… no, nunca ellos delante de mí…  tal vez sea esa la excepción que confirma la regla…  Yo vivo, comparto mi vida y la de aquellos que la comparten la suya conmigo… sí, una vida como cualquier otra, no???  Si, como una fotocopia…

Si alguien no sabe quienes eran “los grises”, que lo pregunte…




miércoles, 13 de junio de 2012

Vuelta


Nos equivocamos, corregimos, nos volvemos a equivocar, volvemos a corregir… casi nunca se consigue, siempre se intenta.

Vuelves.
Encumbrada en los recuerdos y desempolvando el tiempo
Apenas traes el susurro del viento que te acompaña
Cargas con tu sonrisa hechicera
Con tu mirada de noche y luna
Vuelves
Pero sólo estás de paso
Recorres mi cuerpo y mi alma de nuevo
Me llenas de ti sin yo pedirlo
Te detienes frente a mí sin que te haya buscado
Has vuelto
Y me regalas tus besos y tus caricias
Y me halagas con tus cumplidos
Y me embrujas con tus ritmos conocidos
Y me enloqueces con tus aromas
Vuelves, otra vez y me abres las heridas del pasado
Y cierro los ojos para no verte, pero sé que estás ahí
Cierro los ojos para que no me veas, pero me siento feliz
Y sé que te irás, que sólo estás de paso
Pero sé que volverás… siempre vuelves
Me dolerá tu ausencia de nuevo
Y cuando mi dolor haya pasado, volverás
Siempre vuelves…


domingo, 3 de junio de 2012

Pan

La conquista más difícil, es la del corazón de la persona amada.

Hoy, al comprar el pan, me paré a pensar la cantidad de variaciones que de este producto existen. Supongo que la mayoría conocerá varios tipos distintos, en forma, en tiempos de cocción, en forma de trabajar la harina… pero la gran mayoría, tiene el mismo elemento esencial, precisamente la harina y el resto, son pequeños accesorios, y sin embargo, todos conocemos el producto como pan.

Pensé que también las personas somos un poco así… todos estamos hechos con lo mismo y unas pequeñas diferencias que nos hacen, digamos, únicos (el pan, también suele serlo… será difícil que dos panes sean exactamente iguales). Y sin embargo a las personas las catalogamos por esas pequeñas diferencias: blancos o negros, hombres o mujeres, altos o bajos, limpios o sucios, elegantes o desastrados, ricos o pobres. Incluso por nuestras ideas somos catalogados y separados en grupos: De derechas o de izquierdas, creyentes o agnósticos, cultos o ignorantes… pero no hay ninguna catalogación más allá de eso

Así, la gente no suele diferenciar entre mentirosos o sinceros, honrados o sinvergüenzas, amigos de verdad o enemigos auténticos, amores o simple conocidos.

De esta forma, vamos catalogando en grandes grupos a la gente por algo más sencillo. “Vosotros, los de tal partido político, sois… “ y no nos paramos a pensar que dentro de ese grupo amplio de personas, hay una gran división que se puede hacer después, como ya se ha dicho… en un grupo amplio, hay honrados, violentos, simpáticos, hoscos, amables, idiotas… y también en ese grupo al cual nos enorgullecemos de pertenecer (seguidores de un equipo de futbol, por ejemplo) pasa igual…  Podemos poner en duda las cualidades de un grupo contrario al nuestro, pero no solemos preocuparnos de quienes están más cerca de nosotros, por que pensamos que son similares a nosotros…

Pero las personas son más complejas y de vez en cuando, las sorpresas están ahí, acompañándonos constantemente, y así una persona que siempre quisimos, resulta que jamás nos amó, y aquella que presumía de ser nuestro amigo, desaparece sin dejar rastro… así, vemos que nuestro hermano es más inteligente que nosotros e incluso nos surgen unos extraños celos por conseguir lo que él tiene…  Vemos que nos esforzamos en nuestro trabajo y otro nos roba el mérito, o que intentamos ser sinceros y honrados hasta que alguien nos dice que podemos colarnos en el autobús sin pagar, por que no pasará nada…

Y poco a poco vamos aflorando lo mejor y lo peor de nosotros por que hemos amado, seguro que también nos han amado, y si hemos sido abandonados, es posible que hayamos hecho lo propio. Si no encontramos a un amigo cuando lo necesitábamos, tal vez alguna vez no acudimos a la llamada de otro amigo, o cuando queremos ser honestos, debemos decir alguna “mentirijilla” para evitar problemas innecesarios tal vez, pero no deja de ser una mentira, o cuando la enfermedad de ese familiar cercano nos ahoga, nos roba la vida, nos agota y pensamos e incluso deseamos que venga el final para liberarnos de una obligación que nos hace prisioneros…

Sí, es posible que sigan diciendo que soy de tal partido, que soy de tal religión o que soy un hombre y no una mujer… pero todo lo demás, lo que siento, lo que sueño, lo que sufro, lo que me hace feliz, lo que me roban, lo que robo, lo que en realidad me importa, es algo tan complejo que ni yo mismo sabría ni podría definirlo…  tal vez por ello, soy una persona... ¿o ya no???


 

jueves, 24 de mayo de 2012

Cuentos

No hay conocimiento demasiado pequeño ni sabiduría demasiado grande

No hay conocimiento demasiado pequeño ni sabiduría demasiado grande Supongo que todos asimilamos a la palabra “cuento”, aquella historia que nos contaban de niños donde ciertos personajes de ficción hacían cosas imposibles para lograr mágicos prodigios…

Luego, poco a poco vamos cogiendo afán por la lectura y los cuentos ya no nos los cuentan, si no que somos nosotros quienes los sentimos y los vivimos a medida que entramos en historias de todo tipo y así los cuentos dejan paso a las novelas y las historias mágicas y casi imposible, se pueden ver desplazadas por otras más reales y cercanas con las que tal vez podamos identificarnos mucho mejor

De esta manera, supongo que los cuentos y las historias que los acompañan, de una u otra forma comienzan a acompañarnos en nuestra vida y tal vez, sólo tal vez, podamos entender que la vida debe ser de esa manera tan organizada donde los amantes terminan casándose, los buenos vencen a los malos y los mendigos terminan siendo grandes y poderosos reyes.

Un día nos damos cuenta de que los cuentos sólo son historias y que la realidad es mucho más dura y cruel de lo que pensábamos, pero nos cuesta mucho renunciar a esas historias que ya desde pequeños nos acompañan y entonces nos damos cuenta que la gente nos sigue contando cuentos… y nos cuentan cuentos cuando nuestros padres nos castigaban diciéndonos que era por nuestro bien… o cuando el profesor nos examinaba de aquello que no había dado tiempo a repasar cuando nos dijo que no nos preocupásemos… o nos cuando nuestra pareja o nuestros amigos nos aseguran que siempre nos querrán y permanecerán siempre a nuestro lado, hasta que los necesitas… o en el político que nos pide el voto prometiéndonos que se encargará de solucionar todos nuestros problemas… o ese líder religioso que nos asegura que si hacemos lo que él nos indica, luego tendremos felicidad… o ese jefe infame que nos pide amablemente que trabajemos más horas y que en cuanto sea posible nos lo recompensará… o ese trabajador holgazán que no hace más que pedir permisos para evitar que le den tareas ingratas… o incluso el presidente de la comunidad que iba a pintar de blanco de la escalera según se aprobó en la junta y termina de color avellana por que era más barata…

Sí..., la realidad está llena de cuentistas que intentan colarnos su cuento… Eso no es lo malo. Lo malo es que creamos que la realidad es un cuento y un cuento sea la realidad… y así, pensemos que pronto encontraremos a una persona que nos hará felices, en lugar de pensar que la felicidad ya está en nosotros… pensaremos que alguien nos librará de los malhechores, en lugar de pensar que también nosotros hemos de poner remedios a los males que tenemos… y pensaremos que nuestro esfuerzo será recompensado en lugar de saber que habremos de luchar de forma continua sin saber si alguna vez obtendremos algún premio…

La realidad, en definitiva, es un cuento que estamos escribiendo y cada uno, tiene su propia historia…

Espero que la tuya tenga un largo y agradable desarrollo y un final feliz.

 

domingo, 20 de mayo de 2012

Palabras

Destruir es más rápido que construir, pero menos provechoso.

Que no me hablen de amor aquellos poetas que buscan sus historias entre la gente,

Que no me hablen de amor aquellos aventureros que se mueven por dinero

Que no me hablen de amor aquellos que confunden lujuria con pasión

Que no me hablen de amor aquellos que sueñan con cuentos e historias

Que no me hablen de amor aquellos que necesitan conocer todos los detalles

Que no me hablen de amor aquellos que anteponen sus ideas a las de sus parejas

Dejad que hablen de amor aquellos quienes lloran,  quienes sufren, quienes no tienen nada que perder, quienes entregan su alma y su vida… y aún sonríen.