
Creo que una de las maravillas de ser humanos, es la de poder expresar sentimientos y una de las mejores formas de demostrar el cariño es el contacto físico.
Dicen quien saben de estas cosas, que un bebé recién nacido se siente protegido con el contacto de la madre y desde ese momento, muchas de las muestras de cariño se realizan en forma de contacto físico… incluso cuando somos mayores, al presentarnos a alguien por primera vez, solemos darle la mano o un roce suave en las mejillas… y cuando estamos con nuestros familiares o amigos, a nadie le sorprende esas euforias de besos y abrazos que nos llevan de forma instintiva a sentir en nuestra piel a esas personas… y para decir si esa persona es la que nos despierta ese extraño y gigantesco sentimiento que denominamos amor… todo un universo de besos, caricias, abrazos y similares, y aún así, parece que nunca es suficiente…
Hoy en día, para aquellos que solemos husmear dentro del mundo de internet, es difícil no encontrar a alguien que pueda despertar un sentimiento similar, y el tiempo, como todo y como en todos, puede terminar colocando a esa persona en un escalón de amistad o como tal vez alguno conozca, de amor.
Pero hay momentos en que la distancia marca más de lo que debería y cuando alguien a quien queremos necesita de ese afecto, no podemos estar ahí para darle un abrazo, para enjugar sus lágrimas o para, mirándole a los ojos, poner una cara rara que le arranque una sonrisa… Hoy, quiero dedicar unas pocas palabras a esas personas a las, estando pasándolo mal, no puedo abrazar por que están lejos… y quiero, al mismo tiempo, agradecer a esas mismas personas que, también pese a la distancia, ellas intentaron abrazarme cuando lo necesité…
No, no siempre se puede abrazar a quien deseamos, no siempre se puede mirar a los ojos a un amigo y dejar de sentirse solo, no siempre se puede llorar agarrado de la mano de alguien a quien quieres… pero a pesar de eso, la amistad no deja de ser eso y nos alegramos con sus alegrías y nos entristecemos con sus problemas…
Pese a la impotencia que muchas veces marca la distancia, la lejanía e incluso la imposibilidad de una simple llamada telefónica, un amigo es aquel que siempre está ahí, quien te importa y a quien le importas…
Desde aquí y por el puro placer de hacerlo, entre todas estas palabras, mando un enorme abrazo a todos aquellos a quienes hoy no puedo abrazar aunque deseo hacerlo… o tal vez, simplemente necesito hacerlo…