viernes, 27 de enero de 2012

Comparaciones

Lo pequeño que puede llegar a ser un corazón y la cantidad de cosas que caben dentro!!!

Hoy he recibido un correo que creo que merece la pena ser compartido en público… podría haber hecho un “renvío” pero al final, esas cosas se pierden, así que permitidme que lo comparta con todo aquél que lo desee

Ignoro su autor, pero creo que los ejemplos son suficientemente gráficos como para tener que comentar nada más si queremos comparar con la actitud de algunas personas.

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

- Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea un éxtasis.
- Duerme la siesta.
- Estírate antes de levantarte.
- Corre, salta y juega todos los días.
- Mejora tu atención y deja que la gente te toque y acaricie.
- Evita morder, un simple gruñido sería suficiente.
- En días de sol, acuéstate de espaldas en el pasto.
- Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate a la sombra de un árbol.
- Cuando estés feliz, baila...
- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
- Sé leal.
- Nunca pretendas ser algo que no eres.
- Si lo que quieres está enterrado, escarba hasta que lo encuentres.
- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estas ahí..

¡DISFRUTA CADA MOMENTO DE CADA DÍA!

RECUÉRDALO SIEMPRE, COMO DECÍA MI ABUELA:
"EL PERRO TIENE MÁS AMIGOS QUE LA GENTE, PORQUE MUEVE MÁS LA COLA QUE LA LENGUA".

También he de agradecer a MM que me haya descubierto esta voz


domingo, 22 de enero de 2012

Olores

Más difícil que aprender, es enseñar

Cuando hace unos pocos días tuve que visitar el centro de Madrid, cogí el metro para llegar hasta la emblemática Puerta del Sol, donde, curiosamente, lo que más me llamó la atención cuando llegué allí, fue un olor inusual para el lugar, pero agradablemente conocido… un olor a chocolate!!!

Y es que Madrid, como casi todas las grandes ciudades, tiene su olor peculiar a humo y contaminación, a espacios cerrados, a gentío, incluso algunas veces, hasta olor a prisa… olor a perfume que deja una mujer al pasear por la calle Serrano, olor a pescado que rezuma el mercado de Maravillas, o a fritanga cuando pasamos cerca de algún bar de Atocha a determinada hora… olor a tapas y cerveza en las terrazas de verano… olor a limpio cuando llueve con insistencia desde el norte y olor intenso a verdín cuando en primavera se corta el césped de los parques… olor a agua estancada en que sale de algunas alcantarillas del centro o de café que seduce al pasar por la puerta de “La Mejicana”… olor a pan recién hecho, cada día menos abundante y más deseado de las escasas tahonas que aún quedan y a bollos y a dulces pasteles… olor a asados que en los medios días, seducen a intranquilos estómagos con prisas que habrán de conformarse en la mayoría de las veces, con un menú del día… olor a ropa usada y conocida que aún guarda un cierto tufillo de la naftalina que la protegió… olor a papel y tinta que sudan las librerías que luchan por mantener sus puestos en las calles en días señalados… olor a rencuentro en las estaciones de trenes, de autobuses o los aeropuertos, y a despedidas unos cuantos metros más allá… y más, muchos más… agradables unos… otros, no tanto…

Sí, el olor del campo es magnífico pero la ciudad también tiene sus propios aromas y cuantas veces las prisas no nos dejan empaparnos de ellos…

sábado, 14 de enero de 2012

Injusticia

El mundo no se detendrá aunque tú lo hagas

Tal vez siempre he sido algo conformista… tal vez siempre he tenido fe en que las cosas podrían mejorar pero que de alguna manera funcionaban bien… tal vez siempre he querido presumir de donde estaba y eso incluyen a mi ciudad, mi región, mi país…

Hoy, sin embargo, me encuentro algo triste por que tengo la sensación de que todo lo que está pasando con la justicia en España, no es aquello en lo que yo confiaba, en lo que yo creía y lo que yo podría defender…

Ahora, en España, los mayores corruptos son precisamente aquellos que deberían poner las normas no sólo para que la corrupción fuese eliminada, si no también para que los corruptos fuesen castigados… Cualquier estamento público puede verse salpicado por esta lacra de codicia que no conoce valores, ideologías o banderas que no sean las suyas propias… y lo triste, es que estoy convencido de que cómo ocurre con los icebergs, sólo vemos una parte pequeña de todo lo que hay.

Así pues, la justicia se nos está quedando obsoleta, incompleta, defectuosa… y ahora que todos hemos conocido la sentencia al juicio que durante años la mayoría hemos seguido por los medios, del caso “Marta”, tengo la sensación que además, a la justicia se la puede tomar el pelo de forma sencilla y fácil

Mi propio hijo lleva años (5 para ser exactos) pleiteando por un dinero que entregó para la compra de una vivienda que jamás le entregaron… confió en la justicia y presentó todo aquello que le pidieron… Ahora no veo tan claro que pueda recuperar sus más de 40.000 euros ni mucho menos su casa…

He leído varias veces noticias de detenciones de personas que tienen decenas de reincidencias o causas pendientes… procesos que se dilatan con recursos, otros pleitos o querellas… O esos casos donde el delito no es cuantitativo de delito y queda en una simple falta, una multa que no se paga por insolvencia y aquí no ha pasado nada… hoy, en España podemos sustraer bienes por unos 300 euros durante varias veces al día, que sólo será una falta… y si no fuese así, si es una empresa que incumple las leyes y las normas, la mayoría de las veces sale mucho más rentable pagar una pequeña multa y asumir la culpa que evitar aquello que a la larga le reportará pingues beneficios…

Hoy, vamos arrastrando nuestros derechos por el suelo y asumimos nuestra vulnerabilidad, aprendemos a vivir con el miedo y la indefensión y ya no denunciamos salvo caso extremos…

No, no es la vida ni la ley que yo quería… Es la ley quie´n ha perdido el sentido común, quién se siente prisionera de sus propios reglamentos y de las personas que han de impartirla… Hoy, tengo la sensación que la ley protege más al delincuente que al débil, más al poderoso que tiene abogados, que al justo, más a quien se burla de ella a quien la respeta… Nunca he creido en la ley del Talión, pero también la fe y las creencias pueden cambiar de bando…

Es posible que la sentencia del caso “Marta” sea justa realmente, pero durante años (años), los inculpados han dicho que el cuerpo de esta chiquilla estaba en el rio, luego en un vertedero… cientos de horas de trabajo perdidas, cientos de miles de euros de gastos, y lo que es peor, una familia que no puede velar a su hija… y ahora quedan

Imagino que todos tendremos una idea formada de la justicia… supongo que a pesar de que no seamos unos juristas expertos, todos tenemos una cierta idea de lo que está bien y lo que está mal… Desafortunadamente hoy creo que tenemos una justica lenta, torpe y carente de la más elemental norma de sentido común… una justicia injusta que deja indefensos a la mayoría y eso no es lo que debería ser

jueves, 12 de enero de 2012

Marabunto

Algunas personas pueden marcarte para siempre… otras, simplemente te aman siempre

Supongo que la mayoría de nosotros ponemos nombres a las cosas, a las personas y a los animales, en función de lo que esperan y también en función de sus propios gustos. Antiguamente era más que frecuente poner a los hijos el nombre del santo del día y de esta manera había algunos nombres que hoy nos parecen horribles y otros simplemente divertidos… Después vinieron los nombres importados, exóticos o de artistas donde la originalidad buscada se desvanecía en cuanto había mayor contacto con el entorno y entonces nos dábamos cuenta de que nuestros vástagos tenían el mismo nombre que otros cientos de alrededor…

Y así, nos entretuvimos en poner nombres a las casas, donde “Villa Maravilla” era un simple ejemplo de lo que pretendía ser y que tal vez nunca tuvo…

Hoy es Sam el protagonista de esta historia… ese pequeño podenco de la foto superior… Sé que el nombre de Sam salió de una serie de TV que uno de mis hijos veía, le gustaba y lo escogió…

No obstante, Sam ha resultado ser un perro revoltoso e inquieto, donde todo lo que queda a su alcance es probado por su mandíbula, donde el descanso de la tarde se hace complicado por que no deja de buscar caricias, donde a cada movimiento salta como un resorte dispuesto a ir donde sea, y cada vez que llego a casa, me impide con sus exagerados aspavientos el poder quitarme el abrigo hasta que no ha quedado satisfecho de recibir mimos…

Sí, ahora estoy empezando a cambiarle el nombre… “Marabunto” creo que le sienta mucho mejor ya que él solo, sin ayuda de nadie, sirve para enredar, molestar, incordiar, esconder, revolver, ensuciar, lamer, jugar, saltar… como si de una auténtica marabunta se tratase…

Pero como casi la mayoría de los perros, su cariño compensa todas las trastadas que nos pueda hacer y la felicidad que nos aporta es muy superior al precio que se pueda pagar por ella…

domingo, 8 de enero de 2012

Vacas

El valor de un abrazo sólo lo conoce quien lo recibe

Algo he debido de hacer bien ya que los magos reyes me han dejado en el calcetín uno de esos cacharros modernos que hemos terminado por denominar “e-book”, “libro electrónico” o algo similar…

Una vez repuesto de la sorpresa y tras indagar como funciona aquel cacharro, comprobar que libros tiene para leer (todos clásicos) y saber lo básico para su uso, me lanzo casi con desesperación a buscar material con el que rellenarlo.

Es aquí, cuando encuentro un libro que me apetece leer y cuyo coste es de 19,90 Euros… ¿Cuánto??? Si, sí… 19,90 Euros… hace un par de semanas lo vi en una librería por 25 Euros

Así que mientras busco otros libros de menor coste (al final me quedaré con los clásicos) pienso que el trabajo del autor y la editorial, se llevan los 19,90 Euros por suministrar un fichero al internauta… y por lo tanto, todo el proceso proporcional de plantar árboles, talarlos, transportarlos hasta industrias papeleras, fabricar papel, transportarlo hasta la imprenta, diseñar las cubiertas, imprimir el papel, plegarlo, encuadernarlo, transportarlo hasta las librerías, y por fin que alguien nos lo cobre, sólo cuesta 5,10 Euros…

NO sé, pero creo que aquí algo no termina de cuadrarme… siempre pensé que en este último proceso se quedaría mucho más del coste de cualquier libro y ahora resulta que no… no voy a poner en juicio lo que ha de ganar un autor o una editorial, pero tal vez sea un poco abusivo ese reparto

Y es que tal vez en el fondo, todos busquemos un camino fácil para conseguir dinero y ahora que la crisis está tan de moda y todos culpamos a lo que se ha denominado “los mercados” sin saber muy bien quien está detrás… Nosotros, cada uno en su medida, forma parte de esos mercados, y cada uno con sus pocos o muchos ahorros buscamos obtener más y más dinero, por que no olvidemos que la más inmensa playa está hecha de granos de arena…

No ha pasado mucho tiempo desde que jóvenes esperanzados se lanzaron a estudiar una profesión y consiguieron salir de la miseria de los pueblos con títulos de fontaneros, mecánicos, ferrallistas, torneros… El despegue económico comenzaba y en llegó el momento del boom donde el fontanero cambió la furgoneta por el “mercedes”, el mecánico cambió el pequeño piso en las afueras por un chalé en la periferia, el ferrallista cambió su pantalón de peto por varios trajes de “Armani”, el tornero cambió a su mujer de 40 años por 2 amigas de 20 y quien más y quien menos que tuvo la oportunidad, intentó ganar dinero fácil con la especulación de comprar barato y vender caro… A nadie le importaba en exceso de donde salía el dinero y tampoco si este era bien administrado ya que todos ganábamos y así, las tarjetas de crédito fueron hinchando deudas, pero no importaba, por que los precios subían para poder pagar esas deudas

Y un día, cuando estábamos todos disfrutando de una bonanza artificial, alguien grita “crisis” y tiene el mismo efecto que el grito de “fuego” en un lugar cerrado y repleto de público… el pánico se extiende más allá de lo que habíamos pensado y todo el mundo cierra las puertas de sus casas para que el dinero, el poco dinero que de verdad tenemos, no se vaya… y entonces aquellas deudas de las tarjetas no se pagan y aquellos que tenían bonanza son objetivo de sus deudores que ávidos de codicia intentan recuperar aquello que comprometimos…

Y algunos, afortunados posiblemente, con más dinero del que necesitan, siguen en esa espiral de casi usura que permite hacer créditos a quienes más lo necesitan, pero a un precio que cuesta mucho pagar… paradójico… cuanto más cuesta pagar, más caro sale…

Y así, me llega a la memoria aquel famoso sueño del faraón que José pudo interpretar, donde aparecían siete vacas lustrosas y eran devoradas por siete vacas escuálidas y otro tanto pasaba con las espigas de trigo… Unos años de bonanza en los que hay que prever para tiempos futuros más complicados pero a los que muy pocos dedican atención…

miércoles, 4 de enero de 2012

Pluma

Tras una batalla, el guerrero, sea vencedor o vencido, desea volver a casa

Siempre me gustó la letra que tenía mi abuelo… y también la que tenía mi padre… Era una de esas extrañas habilidades que les confería el don de la paciencia y también, un poquito de belleza, esfuerzo y cariño en lo que hacían…

Sin duda, eran otros tiempos donde las cosas se hacían de otra manera mucho más calmada… volvemos al tiempo sin tiempo, a la belleza por que sí, al artesano por vocación y por necesidad… Pienso algunas veces cuanto hambre sació la química aplicada a la agricultura, a la ganadería… y hoy volvemos a lo “ecológico”, a lo natural… vaivenes de la sociedad, supongo…

Yo no tengo la letra de mi abuelo ni de mi padre… Hoy me he fijado al tomar una serie de notas, que mi letra se compone de una serie de garabatos informes que asemejan algunos caracteres y en cuyo conjunto se podría adivinar alguna palabra… No, yo soy de los que se han criado con la frialdad del teclado, aporreando teclas y viendo en la pantalla la perfección de unos caracteres que para sí quisieran los monjes copiadores del Cister…

Es posible que me haya acostumbrado a lo cómodo y a lo fácil… la comunicación se ha ido generalizando de tal manera que no sólo se están perdiendo muchas palabras, si no que intentamos sintetizar lo más posible y sobre todo, de la forma más rápida… ¿para qué las prisas??? Supongo que será cuestión de épocas, donde siempre parece que hay cosas mejores que hacer…

Pero hoy sí he echado de menos la escritura pausada, calmada, usando la pluma Sheaffer con plumín de acero y punta de oro que más que deslizarse por el papel, lo acaricia y donde cada trazo define una línea que depende de la presión y la orientación, cambiar de forma sutil su grosor y más que escribir, dibuja cada una de las letras… Necesito tiempo para escribir, para plasmar con calma en un papel en blanco, por ejemplo, todo esto que aquí estoy escribiendo, con el reto de no cometer errores que podrían poner en riesgo todo el trabajo hecho… pero he de reconocer que cuando tengo la oportunidad de dejar que la tinta sea absorbida por el papel, este se va convirtiendo en algo único y casi mágico… pero también sé que si escribiese así, no muchos podrían leerlo…

A veces me gusta tomar un café con la nostalgia…


miércoles, 28 de diciembre de 2011

Magia

No tener miedo a morir, no significa salir al encuentro de la Parca

Es curioso como la relatividad de las cosas puede asignar un valor o un tamaño distinto al tiempo y a la misma vida dependiendo de las circunstancias…

Fue hace ya muchos años, demasiados posiblemente, tantos que no sólo pesan en el cuerpo si no que también duelen en el alma.

Criado en una sociedad clásica basada en el catolicismo que ha predominado en Europa en los últimos siglos, yo también, junto con muchas personas de mi generación, intenté revelarme contra el orden establecido, contra la inmovilidad, contra la desigualdad y contra una injusticia que como si fuese el fiel de una balanza cuando sopla el viento, es prácticamente imposible que marque la equidad entre dos partes heterogéneas.

Fue así, como a pesar de no estar del todo convencido, el esnobismo de la época me impulsaba a continuar esa vena revolucionaria que invitaba una y otra vez a negar lo conocido con el fin de innovar aunque no estuviésemos seguros de las consecuencias que los posibles cambios tuviesen. Así pues, una y otra vez en lucha contra las creencias establecidas me fui creciendo en la facilidad que era, si no desbancar, si poner en tela de juicio un conjunto de creencias que hasta entonces se habían ido aceptando como dogmas sin ningún tipo de cuestionamiento.

De ese modo, empezando con iglesias y religiones, y luego con los gurús que se erigían a sí mismos como salvadores de no sé cuantas cosas, entre sectas y grupos variopintos, donde se dedicaban a vaciar los bolsillos de los pobres incautos que son empujados por creencias ajenas de un lado de la línea al otro, sin importar mucho donde se detengan en realidad

Religiosos, brujos, quirománticos, adivinadores, revelacionistas, salvadores, chamanes, sanadores, profetas, hechiceros… todos aquellos que se apoyaban en un mundo ajeno a la lógica, se convertía en un enemigo a derrotar, a dejar en evidencia, a mostrar al mundo su embuste y dejar patente mi marca de honestidad…

Si… ya no recuerdo cuantos años… demasiados sin duda. Alguien me habló de él, un chamán ermitaño que vivía en algún lugar de las sierras del oeste y cuyas profecías habían ido cogiendo popularidad y se habían extendido más allá de un entorno reducido. Dispuesto, una vez más a dejar lo evidente al descubierto, me dirigí hacia allá y gracias un muchacho de un pueblo cercano, no me resultó difícil localizarlo. Él vivía en una cabaña construida a raíz de una oquedad en la roca y la estancia, no excesivamente amplia, estaba repleta de objetos variopintos. Unos desconocidos por mí, otros ampliamente conocidos… unos, afines a un mundo de creencia, otros absurdos como una rueda dentada vieja y oxidada que colgaba de una ajada cuerda de cáñamo que mantenía tensa gracias a su peso que calculé al menos en dos o tres kilos.

Él estaba allí, agazapado en un rincón, como ausente, como si en realidad no le preocupase ni le interesase mi presencia… mi miró de soslayo y continuó con sus pensamientos sin moverse un ápice, como si formara parte de aquel extravagante y dispar entorno donde el olor a podredumbre y suciedad destacaba por encima de todo lo demás

Me dirigí a él preguntándole si podría ayudarme a encontrar mi camino y mostrarme mi futuro… él giró la cabeza y me miró con desconfianza y su respuesta fue un rotundo “no” que le aisló durante un buen rato… Esperé, seguí mirando aquél mugriento lugar pestilente… me fijé en la tremenda dejadez del lugar y de aquel hombre vestido con harapos, maloliente, y que no aparentaba buscar fama ni fortuna y por lo tanto, él, dentro de su ignorancia, estaba convencido de que realmente el mundo mágico le correspondía en su interés y por lo tanto, que él tenía los poderes que al resto de la humanidad se nos habían negado… A él, a aquel ser lleno de pulgas con fétido aliento y que difícilmente podría formar parte de la sociedad y tuvo que recluirse en plena sierra, alejado de sus semejantes… sí, a él… no cabía duda de que aquel individuo tenía un serio problema de salud mental.

Estando aún ambos embebidos en nuestras reflexiones, como dos luchadores observando, no a su oponente, si no la arena donde han de luchar, buscando resquicios, abrigos, armas y protecciones… él de un fuerte impulso se levantó y se dirigió directamente hacia una caja de donde sacó una sarta de huesecillos y otros pequeños objetos que no supe identificar… Se preparó en pocos segundos con una suerte de parafernalias, extraños cánticos y arrojar una y otra vez aquellos huesecillos dentro de una circunferencia toscamente realizada en la tierra que servía de suelo. De pronto, calló, tomó los huesecillos con cierta calma y los arrojó con una atención inusitada. Sus ojos se abrieron y sin saber como comenzó a gritar, a reír, a sentirse pleno y feliz… reía como loco mientras yo permanecía allí quieto, espectador mudo de aquel extraño espectáculo del que estaba creído se hacia en mi honor… él tomo mis manos mientras entre sus risas y un gran nerviosismo, insistía en que cerrase los ojos a lo que finalmente accedí…

No sé como fue, no sé que pasó, no tengo idea de cómo lo hizo, pero cuando abrí los ojos pocos segundos más tarde, me vi a mi mismo gritando y riendo, lleno de satisfacción, lleno de felicidad… miré mi cuerpo que se encontraba, sin saber como, viejo, sucio, cubierto de harapos, mal oliente, cansando… Miré sus ojos mientras aún me tenía cogidas las manos, y justo ahí me soltó mientras reía y reía… y entre esa risa y sus exagerados gestos, se alejaba de mí que me quedé como clavado allí, sin saber que hacer

Si, nunca supe como lo hizo pero él cambió su cuerpo por el mío y ahora soy yo quien busca en la magia lo que la lógica no me explica… soy yo quien busca hechizos, conjuros, pociones y fórmulas para poder recobrar, al menos parte de mi identidad… ahora soy yo al que visitan, al que juzgan de loco, a quienes le piden unos milagros que no sé hacer, a quienes creen y algunos a quienes siguen… pero ya no me importa todo eso y me paso la mayor parte del tiempo agazapado en el mismo rincón que estaba él cuando lo conocí, pensando en como poder escapar de aquel cuerpo, de aquella vida, de aquel encantamiento que me ata a una extraña vida que no deseo y de la que tampoco me puedo desprender…

Llevo ya muchos año, demasiado posiblemente, intentando encontrar el encantamiento para poder dejar esta maldición… y lo haré en cuanto alguien que reniegue de la magia y quiera asentar sólo la lógica, venga a intentar convencerme de que eso es así…