miércoles, 21 de julio de 2010

Suerte

Si yo no le importo al mundo, ¿por qué el mundo me ha de importar a mí???

Ya he comentado en más de una ocasión que, desde mi punto de vista, la suerte existe ya en el momento de nacer… célebre sentencia de Ortega… “yo soy yo y mis circunstancias” y resulta obvio que no es lo mismo nacer en un lugar del planeta que en otro, nacer en el seno de una familia u otra, estudiar en una universidad u otra, trabajar en una empresa u otra y sobre todo, encontrarse con unas personas u otras… Todos estamos atados por un destino que por mucho que nos empeñemos, nos deja un pequeño margen de movimientos para que creamos que somos nosotros quienes escogemos, pero siempre dentro de lo que la vida nos ofrece que no siempre es todo.

Uno de los problemas que tienen las grandes ciudades es eso, que son grandes, y por lo tanto, en los desplazamientos algunas veces hay que dedicar más tiempo del que uno desea, pero eso también son circunstancias y las mías me obligan a pasearme por Madrid entre unas cosas y otras, dos horas para ir al trabajo y volver a casa… No siempre es un tiempo perdido pues en esos trayectos, cómo la mayoría de la gente, aprovecho a escuchar música y leer cuando hay espacio suficiente cómo para poder llevar el libro abierto, que aunque parezca cómico (y quienes conozcan el transporte público de Madrid en horas punta lo corroborarán) hay veces que ni tan siquiera es posible volver a recoger el brazo cuando lo has extendido intentando afianzarte a algún soporte para no caerte… no hay problema, pues en las horas punta, nadie se cae… es, físicamente, imposible.

Y para finalizar la introducción, el último ingrediente de este extraño puzzle: la tecnología. Y es que por mucho que nos guste o disguste, esta ya forma parte imprescindible de nuestra existencia y si no fijémonos en la cantidad de gente que escucha música con su pequeño reproductor de bolsillo… imposible imaginarse, cómo ya he dicho, a primera hora de la mañana a un charro mexicano, con su sombrero y guitarrón cantando algunas rancheras… sí, la tecnología ha incluido en nuestras vidas muchas de esas cosas innecesarias pero obligatorias y que nos ayudan (o no) a que las cosas sean más sencillas de lo que deberían…

Y ahí, justo ahí, es donde interviene mi Nintendo DS, sustituto fiel de libros o periódicos en mis horas de ocio de transporte… Me he acostumbrado (y reconozco que me gustan) esos juegos clásicos de “toda la vida” que se supone hacen más llevaderas las esperas… El competir con la máquina puede ser más o menos emocionante, cómo se plasma en los juegos de ajedrez o similares, pero el competir con uno mismo, es, sin duda, un reto al que no acabo de acostumbrarme y donde a veces, reconozco que la suerte (la buena, se sobreentiende) me ha abandonado por completo… Si bien los sudokus representan un reto en cuanto al tiempo de resolución, el clásico juego de naipes del “solitario” conlleva una cierta dosis de fortuna que últimamente me es negada… la ausencia de ases, la acumulación de la misma carta, el abuso de un solo color, o el bloqueo en uno de los palos, parece ser la tónica constante en la que últimamente se desarrollan estos juegos…

Sí, al parecer, hasta para las más simples cosas, el azar, el destino, el sino de cada cual, ha de intervenir y marcarnos una y otra vez lo que debe acontecernos… ya no digo que nos toque un importante premio de lotería, sueño de casi todos los humanos, si no que algunas veces, las cosas sucediesen de forma más sencilla, menos complicada… que alguna vez, sacásemos un 7 en lugar de un 4 o un 4 en lugar de un 7… que alguna vez podríamos ser nosotros los de la fortuna, sencilla y simple, de encontrarnos con esa ganga que siempre se lleva el vecino… que nos llamen para subirnos el sueldo en lugar de a nuestro compañero que siempre le toca… que el café no se nos enfríe en el desayuno… que no perdamos el autobús tras una carrera… y que al llegar a una ventanilla nos toque quien sonría en lugar de ese que siempre reniega de todo…

Ganar en el solitario, es habilidad y su pizca de suerte, sin duda alguna… sí…es cuestión de suerte también… como tantas y tantas cosas en la vida… al menos si vamos perdiendo, verdad???

martes, 20 de julio de 2010

Germen

La comunicación es más cuestión de voluntad que de palabras


Resulta curioso cómo la naturaleza ha ido solucionando todos los problemas que ha encontrado en su camino… y cómo cualquier especie viva ha desarrollado su especial capacidad de subsistencia y sobre todo de perpetuarse… Me pregunto si la renovación generacional será motivo de mejorar y es que tal vez una existencia, una única vida, nos haga volvernos perezosos y una vez que encontramos una solución a un problema, ya nos damos por satisfechos…

Tal vez por ello, si es cierta la reencarnación, nos reencarnamos sin conocimientos previos, sin errores acumulados, sin vicios adquiridos y sin mayores expectativas que las que somos capaces de absorber, de sentir o de soñar… Nada que se salga de nuestra propia lógica a la que estamos acostumbrados. ¿Cómo podemos pensar siquiera en un ser extraterrestre que no sea humanoide??? Que no ande, no hable, no vea, no muera incluso??? tal vez por que eso se saldría de nuestra lógica.

Y es que la lógica, lo que denominaremos “normal”, es algo que se asume de buen grado y sin escándalo. Hace unos años, las guerras asomaban a los titulares de periódicos y noticiarios… hoy es algo tan “normal” que ya no son noticia de ningún tipo… hace unos años, los índices de paro eran noticia y hoy, ya es “normal” que haya gente en situación precaria…

Pero no quiero hablar de ello, si no de esas pequeñas semillas del “diente de león” que una vez preparadas, se lanzan a la aventura mecidas y empujadas por el viento que les llevarán a lugares desconocidos e intentarán fraguar en germen de esas futuras generaciones… y nosotros, los animales, poseedores de poder desplazarnos, de poder escoger el lugar donde asentarnos, de poder nutrirnos con los elementos (físicos y morales) que tenemos a nuestro alcance… y no estoy muy seguro de que terminemos de crecer…


sábado, 17 de julio de 2010

Necesidades

Ni reniego de mi pasado, ni dependo de mi futuro, a pesar de que todo es mejorable.

Hace ya un tiempo, la TV me mostró un reportaje sobre la emigración de los que ahora se denominan subsaharianos a España. El protagonista era un joven que contaba su historia hasta la llegada a un centro de internamiento. En su juventud estuvo viviendo en una pequeña aldea sin ningún tipo de servicio, en algo que podríamos denominar cabaña, sin trabajo, con una enorme sequía que le provocaba, no sólo hambre, si no la necesidad de dirigirse hacia otro lugar. Llegó a una ciudad mayor donde cambió la cabaña por una chabola y la sequía por el paro… el resto, en realidad todo era igual. Tal vez ese fuese el motivo que le empujó cuando fue posible, subirse a una patera y lanzarse a la aventura con la esperanza de encontrar una vida. Ya en España, en el centro de internamiento, comentaba que él se sentía feliz en España. Por primera vez en su vida lo había visto un médico, le habían dado ropa, le había proporcionado alimento y agua, dormía en un colchón en lugar de en el suelo y disponía de un techo para guarecerse…

No hace muchos días, han llegado también a España algunos disidentes del régimen de Cuba. Comentan la situación política, siguen con la lucha de igualdades y el pregón de injusticias…

Estos son dos casos, posiblemente entre cientos, en los que las personas se sienten obligadas a dejar un lugar y trasladarse a otro… en los que las personas desean mejorar su vida, cubrir sus necesidades… sus carencias.

Cuantas carencias tenemos??? Pues supongo que depende de hasta donde hallamos avanzado en el camino… en el primer caso, la carencia de todo lo básico y material, le habían proporcionado al inmigrante una sensación de haber encontrado un mundo excelente aunque no supiese ni leer ni escribir y mucho menos entiendiese de política, libertades o cosas así… en el segundo se ha avanzado lo suficiente para poder entender lo que es bueno o es malo…

Cada cual tendrá sus necesidades…


jueves, 15 de julio de 2010

Mitades

No todo es lo que es, pero todo es lo que se siente

Un día sin sol
Un cuadro sin color
Una flor sin aroma
Un bocadillo sin pan
Una pregunta sin respuesta
Un tren sin destino
Un jinete sin caballo
Una ventana sin cristal
Un mar sin agua
Una sonrisa sin cariño
Una cuchara sin sopa
Un cine sin película
Un reloj sin tiempo
Un bosque sin árboles
Un velero sin velas
Una mirada sin brillo
Una canción sin música
Una cometa sin viento
Un escrito sin lector
Un banco sin dinero
Un llavero sin llaves
Una casa sin tejado
Un coche sin motor
Yo sin ti




Gambito

La sonrisa es el primer paso para ser feliz

El “gambito” es una estrategia de ajedrez, consistente en sacrificar una pieza para intentar conseguir una mejor posición en el juego. En la vida real, también solemos hacerlo ya que en el fondo, aunque nos cueste reconocerlo, el fin suele justificar los medios (eso lo dijo Maquiavelo, pero ahora lo hago mío)

La vida es algo tan sumamente curioso que no deja de sorprenderme a cada instante… desde las propias representaciones de la naturaleza, espontáneas y gratuitas y no por ello carentes de belleza, magia y fascinación, cómo la conducta mía y de muchos de mis semejantes… cambiamos, evolucionamos, crecemos, nos responsabilizamos, pero cada vez, tal vez por ese crecimiento, creo que nos entendemos menos.

Es posible que cada cual acepte sus propias ideas cómo las correctas y se cierre en ellas procurando afianzarlas… craso error, pues una idea propia no debe ser afianzada, si no expuesta, complementada, reforzada y dado el caso, corregida… Recuerdo aquella breve historia de dos hombres, cada uno con su idea… un día se la contaron mutuamente y desde entonces hubo dos hombres, cada uno con dos ideas…

Hoy, nadie apuesta si no es a ganar seguro, aunque para ello haya de destrozar al contrario… hemos dejado de competir por el placer de hacerlo, si no que lo hacemos por el afán de la victoria… Cierto que en muchos aspectos de la vida (si no en todos) se busca esa meta final, ese vasto horizonte, pero imagino que será difícil abarcarlo todo… y es entonces cuando fijamos nuestra vida cómo un destino y despreciamos el camino con todo lo que este nos aporta.

No quiero descubrir nada ya, si no saborear lo que tengo… quiero hacer un pequeño alto en mi camino, disfrutar del viento que ahora llega suave, de Selene que me sonríe en el brillante crepúsculo de la noche, de los silencios que de improviso se forjan en la ciudad, de la mirada y la sonrisa de aquellos que quiero y que me quieren, de sentirme persona más que animal y dejar a un lado todo aquello que ya me ha sobrepasado… Hoy me viene a la memoria la frase de Ovidio: "Barbarus hic ego sum, quia non intellegor ulli" (Aquí soy un extranjero, pues nadie me entiende) y hoy, la asumo cómo propia.

Mientras aquellos que se supone me han de representar en la sociedad, y no sólo me refiero a los políticos conocidos, si no a todos cuyos brazos se extienden incluso en el más proclive de los anonimatos, se esfuerzan con inusual tesón en hacer cambiar de idea al contrario, la sociedad camina sin rumbo fijo, casi perdida, siguiendo bien a ciegas, bien de mala gana, a diversos estandartes que en la mayoría de las ocasiones, ajenos a sus seguidores, se han fijado cómo meta, el horizonte… y yo soy consciente de que también puedo ser esa pieza de ajedrez que tiene opciones de ser sacrificada para que mi estandarte avance un paso más allá… “gambito de reina” para salvar al rey…

Y que conste que me lo acaban de recordar... “deja de decir tonterías”, pero sigo siendo cabezón.


domingo, 11 de julio de 2010

Enhorabuena!!!

Los pequeños triunfos generan grandes satisfacciones

Felicidades a los que han ganado y a quienes han disfrutado con el triunfo.

El mundo y la vida serán posiblemente iguales, pero, hoy la mayoría parece un poquito más feliz... aunque sólo sea por eso, ha merecido la pena

Felicidades campeones



Foto: Elmundo.es

viernes, 9 de julio de 2010

Toro

La risa es uno de los sonidos más hermosos de la naturaleza

Tal vez el toro sea el animal más representativo de la cuenca mediterránea. Desde los toros que ya en la prehistoria quedaron plasmados en la desnuda piedra de cuevas y grietas, hasta aquellas divinidades reflejadas en Babilonia o Asiria con su toro alado, Mesopotamia, Egipto con Apis, Grecia con sus múltiples representaciones de divinidades de este animal con el minotauro, seguramente, cómo más extendida o incluso Roma donde uno de sus espectáculos circenses era echar cristianos a la arena del circo y allí, entre otras fieras, los toros divertían tanto a patricios cómo a plebeyos. Y por supuesto, la más que conocida definición cartográfica de esta “tierra de conejos” que era Iberia y que los cartógrafos de la época la definieron como “una piel de toro”… incluso en la más arraigada tradición católica, ya se habla de la veneración al mítico “becerro de oro”… sí, creo que el bovino animal está irremediablemente unido a nuestra cultura, y si no es así, indudablemente lo está a nuestra historia.

Tanto es así, que aún hoy en día, y si me apuran, en mayor número cada vez, cientos; miles de personas se asoman a los populares “encierros” y tal vez Hemingway y su famosa obra “Fiesta” fueron los artífices de enseñar al mundo lo que aquí dentro, en esta piel de toro, se cocía en prácticamente todos los pueblos, ciudades, aldeas y lugares donde la gente siente la necesidad de irrigar su propia piel con el sudor de la tensión…

Yo mismo, recuerdo que hace algunos años ya, disfrutaba corriendo delante de los astados y que la emoción que se siente, supongo que la misma, o similar, que la siente un escalador cuando llega a la cima, o un corredor al cruzar el primero la meta… incluso, si me apuran, y a pesar de desconocer la sensación, la de un cirujano al salvar una vida tras una difícil intervención… riesgo??? claro que sí… lo mismo que en cualquier otro sitio cuando la osadía anula el sentido común, cuando el desmedido valor eclipsa la prudencia, o cuando la ignorancia no deja ver el peligro en toda su plenitud… casualidades??? haberlas, haylas y un simple tropiezo puede poner fin a una carrera de forma trágica… un tropiezo en la arena, escurrirse en el pavimento húmedo, o una persona que está donde no debería… recuerdo que pagué esa casualidad con un tremendo topetazo que me ocasionó más dolor moral que físico pese a que este último fue abundante.

No puedo renegar de las costumbres que muchos calificarán de salvajes, pero en las que, en la mayoría de las ocasiones, los animales apenas sufren ya que no son plenamente conscientes de su situación (distintas son las corridas de toros, que tal vez dejemos para otro momento) y tan sólo se limitan a un desplazamiento entre dos lugares desconocidos para ellos…

Ahora que están las fiestas de San Fermín, creo que merece una especial cita a nuestras tradiciones más ancestrales y disfrutar, aunque sea desde la más humilde alquería, de aquello que la ley y la costumbre nos permite hacer para sentirnos un poco mejor…

Aupa ESPAÑA!!! (y que conste que no me creo lo del pulpo, pero ya que lo ha dicho… todo viene bien)… y si alguien no lo pilla, me refiero a la final del campeonato del mundo de fútbol, ya que somos FINALISTAS