martes, 4 de mayo de 2010

Mantenimiento

Sólo soy lo que puedo transmitir

Es muy posible que conozcáis lo que para mí, es una magnífica novela: "Los pilares de la Tierra", de Ken Follett (si no la conocéis, os la recomiendo). En ella se cuenta la historia de una familia, de un pueblo, de una pequeña sociedad que crece y se transforma en torno a una villa donde se comienza a construir una catedral allá por el siglo XII, día más, día menos...

No sé cómo salió la conversación, hoy hablando de catedrales, de reformas, de castillos y de toda esa riqueza histórica y cultural que se ha albergado no sólo en las más que emblemáticas construcciones, si no también en sus cimientos, su empuje, su material, su alma en sí... y me doy cuenta de que son pacientes testigos de historias y de Historia que nos incitan a regresar a esa época donde otros valores, otras creencias, otras necesidades y otra forma de vivir, eran protagonistas indiscutibles.

Esas construcciones, han resistido a los envites del clima, al paso del tiempo y al paso de los hombres, y a medida que han ido envejeciendo, han ido creciendo en importancia, que no en tamaño, y se han convertido en auténticos iconos representativos de aquellos lugares donde se ubicaron y que dieron y dan prestigio y cultura y riqueza a ciudades, villas o regiones... Hoy en día, el nombre de Notre Dame se asimila, casi de forma automática, al arte gótico más representativo de Paris, y seguramente de Francia... No obstante, tampoco son inmunes al deterioro y necesitan de vez en cuando, una pequeña revisión, un repaso, un arreglo... conservar esas construcciones no supone si no un paso por parte de los hombres de mantener sus raíces, sus historias, su Historia, su cultura, sus tradiciones, su sociedad, su propia esencia y evitar que con el derrumbe se pierda para siempre un pedazo palpitante de su propia existencia aunque pensemos que no nos ha afectado... mantener las cosas "cómo siempre han estado" y conservar lo que se tiene para no perderlo...

Esta reflexión, hoy quiero hacerla extensiva a las personas, sobre todo a mis amigos… parece que siempre han estado ahí, parece que no sufren, que no tienen cambios, que no necesitan nada… Hoy no sabría concebir mi vida sin ellos, sin su apoyo, sin el tiempo que me dedican, sin los abrazos que me otorgan, sin su consuelo y su sentido del humor… y hoy me doy cuenta de que es necesario hacer una pequeña parada, montar un virtual andamio y hacer un lavado de cara a la amistad, para que todo sea como siempre pero para conservar mejor lo que son… por ello, cuando digo “te quiero”, lo digo de corazón

A mis amigos...por que os quiero

lunes, 3 de mayo de 2010

Instinto

Si buscando la luz para ver, miras el sol, te quedarás ciego

Los amaneceres tienen una magia inherente a la sensibilidad humana (o la resaca en ocasiones) que consiguen que cada día sea distinto… La mayoría de las personas tenemos un impulso, incluso brusco algunas veces, que nos hace levantarnos por las mañanas y afrontar todos los retos que están escondidos en el nuevo día, en la confianza de que sea un día maravilloso… La mayoría de nosotros, para asegurarnos ese impulso, usamos un seguro que nos recuerde que el día comienza… el “despertador… pero siempre se empeña en levantarnos antes de que estemos preparados…

martes, 27 de abril de 2010

Manzana

Una modesta Luna puede eclipsar un gigantesco Sol

Seguramente todos hemos visto la fotografía que he colocado, o alguna similar… un proyectil (bala) atraviesa sin ningún problema una manzana…

Quiero hacer un símil sobre las personas… entre la manzana y el proyectil, se ha producido un contacto… el proyectil entra en la manzana, destroza su corazón y luego sigue su camino… Creo que algunas veces con las personas ocurre lo mismo… dos personas se encuentran, se mezclan, se confunden durante unos instantes (eternos instantes) y luego una se aleja completamente entera y la otra queda completamente destrozada… No creo que haya que dar más explicaciones

Claro que supongo que eso es mucho mejor que tener un gusanito por dentro que te vaya comiendo las entrañas sin que nadie se percate… las semillas de una manzana pueden generar un manzano… los excrementos de un gusano, no.

En fin… se busca novia



Tic, tac...

Lamento los errores cometidos pero más aún los que no tuve ocasión de cometer

Algunas veces, muy posiblemente sin que nos percatemos de ello, la muerte nos visita, se para frente a nosotros y nos mira directamente a los ojos… o tal vez no es así y cómo si quisiera pasar inadvertida, nos mira sólo de soslayo, sonriendo con cierta malicia y a la vez clemencia, sabedora de su triunfo... Es ahí cuando se detiene un momento y se gira con total indiferencia dirigiéndose hacia otro lugar, dejando tras de si un marcado silencio que arrastra su eterna sentencia del "volveré" sin saber cuando.... tic, tac… tic, tac… tic, tac…





viernes, 23 de abril de 2010

Ayuda

Me muero por vivir

Hay momentos en que mis problemas me vencen al no encontrar solución, pero hay momentos en que los problemas ajenos me vencen al no encontrar solución.




miércoles, 21 de abril de 2010

Retorno

Construid sueños para fabricar recuerdos.

El ascenso ha sido duro y difícil, pero por fin hemos llegado a la cima… Admiremos las vistas… respiremos el aire puro… disfrutemos del viento frío… Y ahora qué??? Pues p’abajo otra vez… hay que joderse… si ya estábamos allí!!!



Foto: Elmundo.es

lunes, 19 de abril de 2010

Miradas

Los errores se pueden enmendar, sus consecuencias, generalmente no

Es curioso cómo, hablando esta mañana de un hecho concreto, me ha venido a la memoria una imagen que me impactó tanto hace años que soy incapaz de olvidarla. Es posible que algunos hayan visto una serie documental ya antigua, que se llamaba “El mundo en guerra” (World War) y que reflejaba, o al menos lo pretendía, con grabaciones de la época, lo que había sido la segunda guerra mundial.

En una de esas grabaciones, el cámara se fijó en lo que hoy podríamos entender por un campo de refugiados, pero que no era si no un lugar en mitad de una calle desolada y destruida, donde se suministraba algo de alimento a quienes aún permanecian vivos allí. La gente, resignada a su suerte, hacia una larga fila a fin de poder obtener algo de comida que aliviase su miseria.

En medio del gentío, una pareja de niños que deambulaban solos y que a mi juicio tendrían unos 8 y 4 años (justo la edad de los míos en aquél tiempo) se removían con una mirada perdida, entre el miedo y la desesperanza, entre la indiferencia y el horror… una mirada de vida que conocía muy bien la muerte. El mayor dirigía los pasos del pequeño que, obediente, no ofrecía ningún tipo de objeción a todo cuanto se estaba desarrollando, y el cámara, dándose cuenta de esta pareja (seguramente hermanos), los siguió durante unos instantes mientras recogían en sus escudillas lo que allí se ofrecía.

Al girarse para alejarse, el mayor de los niños (insisto que no sería mucho mayor de 8 años) miró directamente a la cámara y sus ojos cargados de temor parecían hacer una pregunta que seguramente nadie habrá podido responderles ¿por qué???

Aquellos ojos y aquella pregunta se quedaron grabados en mi memoria, cómo si de una acusación particular se tratase… No sé por qué...

Hoy, algunas veces, miro a los ojos a mis hijos, más mayores, y veo un brillo de esperanza, de vida, de felicidad… Sé que aún hay muchas personas que siguen mirando con la indiferencia de la desesperanza, y siguen preguntando el por qué, pero permitidme que hoy disfrute de la mirada de aquellos que pueden sonreír, aún sin saber por qué…