Sólo soy lo que puedo transmitir Es muy posible que conozcáis lo que para mí, es una magnífica novela: "Los pilares de la Tierra", de Ken Follett (si no la conocéis, os la recomiendo). En ella se cuenta la historia de una familia, de un pueblo, de una pequeña sociedad que crece y se transforma en torno a una villa donde se comienza a construir una catedral allá por el siglo XII, día más, día menos...
No sé cómo salió la conversación, hoy hablando de catedrales, de reformas, de castillos y de toda esa riqueza histórica y cultural que se ha albergado no sólo en las más que emblemáticas construcciones, si no también en sus cimientos, su empuje, su material, su alma en sí... y me doy cuenta de que son pacientes testigos de historias y de Historia que nos incitan a regresar a esa época donde otros valores, otras creencias, otras necesidades y otra forma de vivir, eran protagonistas indiscutibles.
Esas construcciones, han resistido a los envites del clima, al paso del tiempo y al paso de los hombres, y a medida que han ido envejeciendo, han ido creciendo en importancia, que no en tamaño, y se han convertido en auténticos iconos representativos de aquellos lugares donde se ubicaron y que dieron y dan prestigio y cultura y riqueza a ciudades, villas o regiones... Hoy en día, el nombre de Notre Dame se asimila, casi de forma automática, al arte gótico más representativo de Paris, y seguramente de Francia... No obstante, tampoco son inmunes al deterioro y necesitan de vez en cuando, una pequeña revisión, un repaso, un arreglo... conservar esas construcciones no supone si no un paso por parte de los hombres de mantener sus raíces, sus historias, su Historia, su cultura, sus tradiciones, su sociedad, su propia esencia y evitar que con el derrumbe se pierda para siempre un pedazo palpitante de su propia existencia aunque pensemos que no nos ha afectado... mantener las cosas "cómo siempre han estado" y conservar lo que se tiene para no perderlo...
Esta reflexión, hoy quiero hacerla extensiva a las personas, sobre todo a mis amigos… parece que siempre han estado ahí, parece que no sufren, que no tienen cambios, que no necesitan nada… Hoy no sabría concebir mi vida sin ellos, sin su apoyo, sin el tiempo que me dedican, sin los abrazos que me otorgan, sin su consuelo y su sentido del humor… y hoy me doy cuenta de que es necesario hacer una pequeña parada, montar un virtual andamio y hacer un lavado de cara a la amistad, para que todo sea como siempre pero para conservar mejor lo que son… por ello, cuando digo “te quiero”, lo digo de corazón
A mis amigos...por que os quiero





