lunes, 10 de agosto de 2009

Obediencia

Quien hace suyas las ideas ajenas, podría quedarse sin las propias.

Las casualidades, como siempre, me han traído el recuerdo de una arenga que escuché hace algunos años en un trabajo: “Un mensaje a García”.

A aquellos que se dediquen a leer el texto del enlace anterior, no le será difícil identificarse con mucha parte del mismo, y lo más probable es que aplaudan su rotunda lógica, por que creo sinceramente, que la tiene.

Estoy convencido de que el texto se escribió con el ánimo de ser una historia ejemplar de lo que debe hacerse en algunas situaciones, pero por otro lado, ignoro si ese texto ha de ser generalizado para trasladarse a todo ámbito.

Cuando conocí el texto, se exponía como ejemplo en el mundo laboral. El viejo axioma de “El jefe siempre tiene razón”. No, no voy a cuestionar que las decisiones de la dirección deben comprenderse para tener que cumplirlas, de echo, muchas de ellas son desconocidas para muchos y por lo tanto, han de ser asumidas como tales.

Pero el gran problema, es cuando esas teorías intentan conducir nuestra vida y básicamente en la política, que es donde se diseñan los puntos vitales de la sociedad en que nos ha tocado vivir , y se quieren llevar a cabo, así como en ese otro mundo más interior y profundo que son nuestras creencias y que se nutren de religiones y que guian nuestros pasos en pos de algo que se supone mejor. Incluso ese otro mundo más cerrado y cercano de los amigos, la familia, la pareja…

Sí, cuantos de nosotros no ha recibido nuestro particular encargo de ese tipo y sin cuestionárnoslo, hemos intentado cumplirlo. No digo (quede claro) que no deba ser así, pero me pregunto qué pasaría si nos cuestionásemos más lo que escuchamos y fuésemos un poco más críticos con las ideas que pregonan nuestros políticos, muchas de ellas ya fuera de lugar, o esas otras en las que se apoyan las religiones, muchas de ellas obsoletas, o esas que nos dicta nuestro jefe, muchas de ellas por desconocimiento del avance de la sociedad en general, o esas que nos hacen nuestros amigos o familiares muchas de ellas estúpidas y que aceptamos para no causar dolor innecesario y que no rebatimos.


sábado, 8 de agosto de 2009

Conversación

La vida son sensaciones, sólo eso.

Hacía varios meses que no se veían, y a pesar de que habían tenido una continua comunicación, a ambos les apetecía fundirse en un abrazo. ¿Cuánto tiempo hacía que se conocían??? Ninguno lo sabía ni tampoco importa mucho. Siempre, era la mejor definición.

Ella estaba alterada y nerviosa. Se sentía radiante y feliz y no hacía más que hablar de lo feliz que era con él. Le gustaba recrearse en lo que hacían juntos en todo cuanto compartían y en como su vida había mejorado desde que se encontraron.

Él, sonriente, asentía con calma y miraba ese brillo en sus ojos que delataba que ella estaba profundamente enamorada. También él lo estaba de ella…

Hablaron durante horas, se rieron, se abrazaron, y el tiempo pasó en un suspiro. Llegó la hora de la despedida y ella le dio un tierno beso en la mejilla. Su amor la estaba esperando ya fuera.

Sí… desde siempre fueron los mejores amigos.

viernes, 7 de agosto de 2009

Velocidad

No podemos escapar al futuro, pero si intentar construirlo.

Tras algo más de 15 minutos de intenso tráfico en la ciudad, llegó a las afueras y pronto enfiló hacia la autopista con la agilidad que el tráfico le permitía

No habían pasado más de 10 minutos cuando por fin enfiló la salida y llegó al peaje… insertó la tarjeta y la barrera se abrió sin problemas. En ese momento, respiró profundamente y comenzó su camino

En unos pocos minutos alcanzó poco más de 240 kilómetros por hora y sentía, por primera vez, la excitación y el vértigo de la velocidad en su cuerpo… la adrenalina le desbordaba y la emoción de sentirse, tal vez por primera vez en su vida, poderoso, le hacían pedir más a un coche que ya estaba dando todo lo que podía.

No había obstáculos y el coche respondía con la precisión que se le exigía. Los adelantamientos raudos y seguros, sólo provocaban gritos e insultos de los otros conductores, y más de una cara de susto, pero él sabía que es lo que estaba haciendo.

En alguna ocasión, el coche parecía querer detenerse en algún repecho, pero pronto se nivelaba el firme y la aguja del velocímetro, temblaba intentando llegar más allá del tope que el motor le marcaba

Tan sólo 12 minutos más tarde y encontró el cartel: “Viaducto de las Torrillas". Longitud: 1.746 metros”. Conocía perfectamente la autopista, puesto que solía recorrerla dos o tres veces al mes y conocía perfectamente la suave pero constante curva a la izquierda que el puente mantenía con un inadecuado peralte para altas velocidades.

Sujetó el volante con fuerza y todo su cuerpo se puso rígido como si formase parte del entramado metálico del vehículo. Sin reducir su velocidad, el coche enfiló por el inicio del puente y cuando la autopista comenzaba la curva, él gritó, aceleró todo lo que pudo y mantuvo el volante rígido.

El golpe rompió el pretil de protección y el vehículo salió volando para caer unos 70 metros más abajo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Escribir

Todo es importante, pero no todo tiene importancia

Por esas casualidades de la vida, hoy ha llegado a mis manos un periódico del año 1957. No he podido resistir la tentación de ojearlo y pese a que las noticias de aquel día no tienen nada que ver con las de hoy, así como la forma de relatarlas, pues las noticias se comentaban con un cierto entusiasmo, o al menos, eso me ha parecido entender por lo que poco que he leído, he disfrutado con esa extraña sensación de alejarme en el tiempo, más atrás incluso del momento de mi nacimiento...

Pero sí que me ha resultado curioso el tipo de letra empleado. Comparándolo con la tipografía informatizada de hoy en día, donde con pocos movimientos del "ratón" cambiamos formas, tamaños, colores, etc., las noticias de hace 52 años se hacían con los antiguos tipos (de plomo seguramente) en los que se tenían que encajar las palabras en las líneas y formaban ese entramado casi artesanal y donde no es difícil encontrar algunos fallos mecánicos si observamos las alturas y distancias de las letras.

Cuando era niño, y por que los ordenadores eran tan desconocidos para el gran público como los chanchullos de los políticos hoy en día, yo soñaba con tener una máquina de escribir Hispano Olivetti, de esas con amplia curvatura y donde había que hacer ejercicios con los dedos para coger la suficiente fuerza para aporrear las teclas, y aún así, se corría el riesgo de que la nitidez de la escritura no fuese todo lo buena que se necesitase, ya que los que colocaban los muelles del retorno, sabían muy bien hacer su trabajo.

Jamás pude tener una y cuando ya fui algo más mayorcito, tuve que conformarme con una Olympia compacta que aún está guardada en algún sitio… Reconozco que apenas la usé y todas aquellos proyectos de geniales estudios de larga verborrea, se quedaron ahí, justo en proyectos huecos y vacíos, colocados al lado de la Olympia por si alguna vez me decido a escribirlos, aunque hoy mis dedos carecen de la fuerza y la agilidad necesaria para poder usar la máquina de escribir convencional.

No sé por qué escribo esto… tal vez por que mi imaginación infantil aún sueña que estas palabras son escritas con aquél esfuerzo, buscando esos huecos en un texto que no admite correcciones, y es que esa forma de escribir era mucho más similar a la vida en sí… no había copiar ni pegar, no había salvar, y si se cometía un error, quedaba reflejado en las palabras, y sólo aquellos textos que eran buenos, podían salir a la luz y pasar, tal vez, a esos tipos de plomo con se iban formando las planchas de los tabloides para que todo el mundo pudiese conocer la opinión de quien había redactado la noticia…

Escribir… hablar en silencio para todo el que desee escuchar… voces que el viento no se puede llevar… escribir… ese placer oculto de, algunas veces, poder vomitar lo que llevamos dentro, vistiéndolo a nuestro antojo para que el amor no sea visto… para que la venganza parezca justicia… para que el dolor muera tras una sonrisa… Escribir… hablar con calma y sosiego, pensar en voz alta, tachar, emborronar, empezar y nunca terminar… no importa lo que se dice, no importa cómo se dice, pues es un todo que algunos afortunados saben moldear para poner pasión en sus escritos, en sus historias… escribir es poner una voz en el silencio para que tú, lector, puedas oírme aunque yo nada tenga que decirte.

martes, 4 de agosto de 2009

El pasado siempre queda atrás, pero se queda a la distancia suficiente para no perderlo de vista

Tal vez el mejor momento del día, es aquel donde el amanecer inunda de anaranjados los paisajes que se cubren con sombras infinitas, asegurándonos posiblemente un plácido día...

Tal vez el mejor momento del día, es aquel donde sol, en el cenit, nos inunda de calor y nos regala una sensación de pereza que se consolida en una intensa conversación al compás de una comida...

Tal vez el mejor momento del día, es cuando la lluvia asoma tras las oscuras nubes y nos regala ese intenso aroma de ambientes más fríos y húmedos, limpiando calles y campos al ritmo de un repiqueteo anárquico...

Tal vez el mejor momento del día, es cuando baja la marea y descubre una inmensa playa donde todo es nuevo y podemos dejar el rastro efímero de las huellas de nuestros pasos en la húmeda arena...

Tal vez el mejor momento del día, es cuando el sol de aleja a descansar y las luces se retiran confundiendo los contornos y uniendo cielo y tierra en el horizonte...

Tal vez el mejor momento del día , es cuando nos encontramos la sonrisa inocente y sincera de un niño…

Tal vez el mejor momento del día, es cuando el cansancio se apodera de nuestro cuerpo y nos arrastra de forma irremediable a un reparador sueño...

Tal vez el mejor momento del día, es cuando damos por concluido el trabajo y observamos que el esfuerzo ha merecido la pena y que nuestra obra queda ahí, día tras día...

Tal vez el mejor momento del día, es aquel que dedicamos a nosotros mismos para crecer como personas y gozar del tiempo libre que dedicaremos a lo que más nos guste...

Pero el mejor momento del día, es justo aquel en que estoy contigo.

sábado, 1 de agosto de 2009

Aguacero

Fantasía y realidad se complementan en nuestros deseos.

Las primeras gotas en su rostro, lo despertaron sorprendido y mirando alrededor, se dio cuenta de que ya había amanecido. Hacía un día soleado, pero sin saber cómo, había comenzado a llover.

Sorprendido, se levantó mientras la lluvia arreciaba y apenas puesto en pie, ya estaba completamente empapado, y en el suelo comenzaban a aparecer los primeros regueros que buscaban la lógica salida siempre hacia abajo.

No había pasado un minuto y sintió que cada vez le costaba más avanzar. El flujo del agua era intenso y el nivel subía con una rapidez insospechada, impidiéndole moverse con la soltura necesaria

Seguía lloviendo con una desconocida intensidad. Pronto el nivel del agua casi le cubría por completo y presa del pánico buscaba el poder salir de allí, sin pararse a pensar qué estaba pasando… pero el agua seguía cayendo con fuerza y tuvo que hacer grandes esfuerzos para permanecer a flote…

Finalmente, el flujo del agua le arrastró una y otra vez al fondo, pese a su desesperada lucha por salir a flote.

La última vez que el agua lo arrastró al fondo, pudo ver las ventanas de su casa… no entendía que pasaba… fuera, en la calle, el sol seguía brillando en un seco día de verano.

jueves, 30 de julio de 2009

Sangre

Un hombre con un arma que se cree Dios, es el Diablo.

Nuevamente, la violencia se antepone a la sensatez humana y, nuevamente, arranca de cuajo, literalmente, la vida de personas que como la gran mayoría, no entenderemos por qué... estaban allí, simplemente... y esas otras vidas que se ha truncado para siempre, la de los que quedan aquí, familias y amigos. Una siembra de violencia gratuita e inútil.

Absurda lucha por una supuesta libertad impuesta a golpes de tiros bombas y sangre inocente... qué clase de justicia puede amparar el asesinato a sangre fría, sólo por que el asesinado es o piensa distinto??? qué clase de ser humano puede llegar a descansar sabiendo que ha sido ejecutor consciente de la selección del reo, de juzgarlo (seguramente sin conocerlo) y dar muerte a personas inocentes, por que seguramente, su único pecado haya sido buscar un trabajo e intentar ser útil a la sociedad...

Absurda locura que ciega y anula los sentidos para arrastrarnos a la barbarie más primitiva mientras se grita que eso es el futuro... no… yo al menos, no quiero un futuro de violencia... es más, no deseo un presente de violencia.