viernes, 19 de junio de 2009

Anaranjados

No siempre es necesario esperar a mañana.

Me gustan los momentos donde el sol, cercano al horizonte, tiñe de rojizo el cielo, cubriendo de color el día… Tal vez por que pone algo de alegría cuando el día termina, intentando compensar lo que de malo nos dejó, o tal vez por que pone alegría cuando el día comienza, con la esperanza de que sea maravilloso…

La vida, sigue su curso…




lunes, 15 de junio de 2009

Fiesta

Los ojos no sirven para mirar… sirven para ver.

Apenas pasaban las 7 de la tarde y la fiesta ya comenzaba a sentirse en aquella villa… Poco a poco, en los accesos de la puerta principal, se iban colocando todos los lujosos vehículos cuyo coste era prohibitivo para la mayoría de las personas, pero allí todo era derroche y lujo…

No sabría decir muy bien la causa de la celebración de aquel evento, pero todo comenzaba ya a ser repetitivo… las mismas caras sonrientes de siempre… los vestidos cubiertos de lujo y complementados con joyas de toda índole…

Saludos, besos, sonrisas… siempre sonrisas… conversaciones de todo tipo… algunas interesantes para hacer negocios o para ganar lo que sea como fuere… otras, mucho más insustanciales y huecas, compromisos por ser quien se es y estar con quien se está… las menos, aunque no por ello inexistentes, cínicas por que la ocasión requiere ser educado cuando los sentimientos se quedan a la espera y todo ello se disimula bajo las burbujas de las copas de champagne que no se escatima en las copas que de vaciarse y llenarse de nuevo…

Sí, una y otra vez la fiesta que parecía ser una repetición de otras anteriores y que será casi un calco de otras que han de venir… empiezo a estar cansado de tener que participar en todas ellas…

Pero así son las cosas y cada uno ha estar donde le corresponde, moviéndose entre quienes conoce ya que, de alguna manera, es de eso de lo que comemos…

También yo, por que así lo exige el guión, me mantengo lo más elegante posible… con mi mejor sonrisa… escuchando levemente las conversaciones al tiempo que sigo ejercitando, de la mejor manera que sé los servicios que me solicitan… Sí señora, enseguida le traigo otra bandeja de “canapés”

sábado, 13 de junio de 2009

Huecos


Hay días que se visten de colores… otros de gris… otros, sencillamente se quedan desnudos.

Sin saber muy bien por qué, a veces tengo la sensación de hacer un inventario de mi vida, de recuento de mis actos, de bucear en mis recuerdos, de mirar atrás para intentar conocer el aquí y ahora…

Qué sencillo resulta poder, de esa forma, descubrir errores, afianzar los aciertos, entender como hemos llegado hasta aquí… mirando nuestro pasado, llegamos a comprender nuestro presente…

Pero … qué ocurre cuando el pasado está completamente vacío??? Cuando está, realmente vacío??? no hubo aciertos, no hubo errores, no hay recuerdos, no hubo riesgos, no hubo miedos, no hubo nada salvo una brecha oscura y sin fondo que no cesa de doler en alma…




jueves, 11 de junio de 2009

Publicidad

Las pequeñas gotas forman una mágica lluvia… antes y después, tan sólo es agua.

Reconozco que uno se va acostumbrado a la rutina y por lo tanto, no me disgusta ver publicidad en los programas de la TV. No digo que me guste, si no que simplemente, se han convertido en parte del paisaje de la vida de urbanita por la que me he dejado someter… incluso algunos de ellos podrían ser catalogados como pequeñas obras de arte que en unos 20 segundos no sólo nos envían un mensaje para que consumamos tal o cual producto, si no que incluso llegan a convencernos de que es necesario o imprescindible…

La publicidad puede ser un auténtico arte y a pesar de que mucha es aburrida y repetitiva, algunas frases nacidas del mundo publicitario forman ya parte de nuestra vida y del vocabulario general, y es que la rutina machacona de escuchar un mismo mensaje varias veces, puede dar lugar a que nos convenzamos de que su mensaje es cierto… y así, a la hora de comprar el producto, a pesar de que no sepamos nada de nada, aquél que resulte más “oído” por nosotros, será el que más garantía nos ofrezca, sin que ello conlleve que sea el mejor, o simplemente, que en realidad nos haga falta…

Cuando hablamos de publicidad, inmediatamente lo relacionamos con un producto y con su consumo, pero creo que hay otra que de forma suave y dulce, nos va convenciendo de lo que se supone que es la sociedad…

La religión, la política e incluso la misma moral o ética, van cambiando a manos de la publicidad de quienes se empeñan en dar forma a este mundo… Nos dicen lo que está bien y lo que está mal y poco a poco aceptamos y damos como buenos ciertos valores… y mientras, por ejemplo, nos publicitan de una pandemia por el caso de la gripe A con alto riesgo de mortandad en el mundo civilizado (tal vez puedan morir hasta 1.000 personas), no se hace ningún tipo de publicidad para otras enfermedades tropicales que sesgan decenas de miles de vidas anualmente, pero evidentemente, no están aquí…

No hablaré de fe ni de política, donde la publicidad es una realidad más que constante… pero sí hablaré de la publicidad que de nosotros hacemos… y es que nos publicitamos de forma constante… procuramos estar “guapos”, ser “elegantes”, comportarnos “correctamente” y no sé si todo eso nos ha hecho perder algo de nuestra propia esencia de ser personas, seres humanos… y es que, queridos desconocidos, el ser humano siente y piensa, y eso, debe hacerlo por sí solo… hoy debemos vendernos cómo “ecologistas”, cómo “solidarios”, cómo “anti – muchas – cosas” y en definitiva, tengo la sensación de que pese a todos somos distintos, en el fondo, todos somos tan iguales que… cuesta creérselo

Hoy me sorprende la noticia de un hombre que negaba el Holocausto nazi y atentó contra un museo de EE.UU. dedicado a aquella terrible acción… pero… sinceramente… no sé qué pensarán los palestinos… Que no se malinterpreten mis palabras… en ningún caso está justificada la violencia y mucho menos el acabar con vidas o libertades ajenas en pos de ideas propias… pero no sé si la publicidad nos vende algo más que los yogures para ir al baño…


miércoles, 10 de junio de 2009

Libros

No siempre que hace calor, es verano...

Durante varias horas estuve contemplando el agua cristalina que se deslizaba con un imperceptible movimiento sobre la pequeña laguna... pareciese que nada se interponía entre mis ojos y el fondo de rocas moldeadas y caóticamente colocadas por el paso del agua y del tiempo... La luz se deslizaba por el horizonte en un ocaso rojizo que extendía las sombras hacia el infinito, acercando desde las cercanas montañas un más que fresco viento y poco a poco la trasparencia del agua se ahogó en la oscuridad de la noche... Fue entonces cuando la luna fue tomando forma... el reflejo en el agua que hacía de espejo, llenaba de luz toda aquella oscuridad... Sólo podía mirarla, pues sé bien cuál es mi condena... Muchos piensan que era un simple reflejo... pero yo sé que es una forma de estar más cerca…

Muchas veces, la vida nos regala historias… libros en los que nosotros somos protagonistas… Algunas veces, la vida se divierte y arranca las últimas páginas, dejando ese libro en una perenne inconclusión… No hay finales felices, tampoco tristes… simplemente no hay final para algo que ya ha acabado… Y volvemos a leer, a interpretar, a intentar saber cómo ha de terminar ese libro, esa historia… esa historia que, pese a que ya ha terminado, no tiene final…

miércoles, 20 de mayo de 2009

Rejas (y III) breve reflexión sobre el amor y la pareja

Recuerdo que hace algún tiempo, vi una entrevista donde la entrevistadora preguntaba sobre algo personal a la entrevistada y en aquella pregunta incluyó la frase “tú chico”. La entrevistada, al responder, incluyó en la respuesta, a modo de sutil aclaración “la persona que ahora mismo comparte mi vida”. Este pequeño matiz me hizo reflexionar sobre lo que entendemos por pareja y que tal vez, pensamos que llega a ser de nuestra propiedad.

Existen grandes novelas donde los amantes, al sentirse solos, acaban muriendo (tal vez el clásico sería Romeo y Julieta) e incluso en épocas de romanticismo casi empalagoso, en algunos casos, la realidad era que la ausencia del ser amado llevaba irremediablemente a una muerte casi obligada… Pero para la mayoría de las personas, y en la mayoría de los tiempos, la falta de amor, se suple de mil maneras y la vida continúa adelante…

Por otro lado, estamos inmersos en una sociedad donde el adulterio no está bien visto, e incluso, todavía nos sorprenden algunos países con lapidaciones a los adúlteros… Curiosamente, y de forma casi excepcional, hay parejas que, aún amándose mucho, no les preocupa si su pareja tiene o no relaciones con otras personas. Tal vez el mejor ejemplo lo tenemos en esas parejas que se forman dentro del mundo del cine pornográfico, o esos otros que acuden a lugares donde el intercambio de parejas es algo buscado… También es cierto que hay algunas culturas, de forma minoritaria, donde está permitida la poligamia o donde el “amor libre” es algo tan natural que en realidad a nadie le preocupa lo que para la mayoría de nosotros es un “engaño”.

Pero pongamos un ejemplo que seguramente todos conozcamos: una pareja “casada” donde uno de ellos tiene un amante… Debido a que, según dicen los estadísticos, la mayoría de los adúlteros son hombres, ciñámonos a ese caso para exponer de forma más simple esta idea. La mujer casada, siempre hablará de su marido como “suyo” y dudo mucho que le haga ninguna gracia saber que se acuesta con otra. Pero… ¿y la otra??? Ella sabe que su amante no puede entregarle mucho más de lo que le da y además sabe que él se acuesta con su mujer, y además, siempre le quedará la duda de que si él es infiel con su mujer, también puede serlo con ella… Y aún así, aunque no le guste, ella consiente que su amante haga la vida que desee sintiéndose conforme con el poco o mucho tiempo que él le dedica (insisto, aunque no le guste, lo acepta por lo general)

Y qué es el amor??? No sabría definirlo, ciertamente y es más, supongo que como la mayoría de los sentimientos, cada persona lo vive de una manera diferente, e incluso en cada etapa de la vida, cada uno puede sentirlo de forma diferente… No es igual ese amor de la adolescencia, donde las hormonas rigen casi todo y los sueños se encargan de expandir un horizonte ilimitado, a ese otro amor maduro donde lo único que se desea es compartir un extraño mundo interior que ni siempre es comprendido por uno mismo

Pero volvamos a nuestra pareja y su amante… ¿por qué él es infiel a su pareja??? ¿está enamorado de su mujer??? Quiero suponer que no (siempre salvo excepciones, claro está). Sin embargo , es posible que el matrimonio se rompa al conocer la esposa el engaño, aunque ella supiese que su marido ya no la amaba… Sí… me resulta curioso que en ocasiones no se valore el amor, pero sí el engaño… Vemos, cada vez con más frecuencia mujeres que son maltratadas de forma física o psicológica por sus parejas, y ellas perdonan una y otra vez sabiendo que su integridad, e incluso su vida en sí, puede peligrar en un momento dado… es más, en alguna ocasión recuerdo que una mujer afirmaba que su marido le pegaba “lo normal”… y sin embargo, una infidelidad suele ser el detonante de una ruptura de la pareja con muy pocas posibilidades de reconciliación… que curioso, hay gente que piensa que si su pareja no es algo celosa, no sienten el amor que ellos desean…

Me pregunto si lo que necesitamos, más que sentir el amor de nuestra pareja, es sentir que nos pertenece y mientras, podemos entender y de echo consentimos, que tenga algunos amigos, pero no consentimos que comparta su sexo con nadie más… ¿no resulta chocante que demos más importancia a que nuestra pareja tenga sexo con una persona a que pueda desnudar su alma con un extraño??? ¿qué es lo que, entonces, valoramos del amor??? Acaso le damos más importancia al sexo que a los sentimientos ocultos de los que el amor debe nutrirse???

Sí…, me resulta curioso la cantidad de parejas que día tras día, viven sin ese amor que hace años caducó, amoldados y aclimatados a una cómoda rutina donde los cónyuges se han convertido en desconocidos, o mejor dicho, en compartidores de una vivienda y algo de tiempo libre, donde sus vidas se han encerrado bajo las rejas del tedio y la apatía y que en la mayoría de las ocasiones ambos sueñan en secreto con encontrar el momento propicio para salir de aquella prisión que su pareja y en gran medida, también la sociedad, les ha encerrado, y sin embargo… una aventura, del otro, sería la maravillosa excusa para poder poner fin a un agónico presente del que tememos salir para afrontar, en solitario, un incierto futuro… Tal vez sea bueno culpar a alguien que no seamos nosotros mismos, cuando el amor ya se ha acabado y no vernos reflejados en las causas que han provocado aquel adulterio… Pero así lo hemos dispuesto desde siempre… ¿no???


sábado, 16 de mayo de 2009

Rejas (II) breve reflexión sobre la libertad


El tiempo y las circunstancias, me han obligado a retrasar mis respuestas sobre algunos comentarios que se hicieron a mi anterior entrada “rejas” que ahora pretendo subsanar, distribuyéndolo en dos conceptos básicos. Uno la libertad, aquí comentada y otro el amor, que será comentada siguientemente.

Creo que hay una frase que todos conocemos y que reflejado Luna Azul: “mi libertad termina donde comienza la de los demás”.

Partiendo de esa afirmación, está claro que deberíamos saber cual es ese punto de referencia, esa frontera que limita nuestras libertades, y dado que las limitan, también la constriñen… Ignoro, sinceramente, si la libertad es tan sólo una utopía, o tal vez, siendo esa realidad, no es lo que nosotros pensamos… Para muchos, la libertad es hacer un poco lo que nos dé la gana, pero por otro lado, estamos condicionados a nuestra propia sociedad… Si yo fuese una persona que pensase que la libertad es hacer lo que quiero, tal vez desease una cita con alguna hermosa mujer, pero claro está, eso podría convertir en esclava a la otra persona, al tener que hacer algo que no desea…

Pero en otro aspecto más íntimo de la palabra, y tal y como lo define el diccionario, la libertad es la facultad natural que tienen las personas de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que son responsables de sus actos.

Por lo tanto, si somos libres de obrar o de no obrar, hemos de tomar decisiones y eso, siempre nos obligará a poner y quitar rejas en nuestra vida, a ir por un camino y no por otro, a saber aceptar un no para nuestros deseos y a saber decir que sí a los deseos, derechos, de los demás cuando sea necesario… la sociedad, nuevamente la sociedad, será quien ponga lo límites, a nuestra libertad y a pesar de que no seamos libres en su totalidad, tendremos siempre la oportunidad de mostrar nuestra conformidad o no a lo que tengamos, aunque sea al otro lado de la reja… aunque eso, claro está no nos permita arrancar la reja