
De alguna manera, también yo llegué a pensar que podría conquistar mi propio mundo, fundar mi particular imperio, pero, hoy, me siento demasiado cansado de guerrear en batallas perdidas de antemano… No se puede luchar contra el mundo cuando el mundo es tan grande que no se puede abarcar con los dos brazos extendidos…
Hoy, demasiado cansado en todos los amplios términos de la palabra, me conformo con encontrar un pequeño lugar donde reposar, una persona con la que conversar y un café que se pueda compartir… Hoy, tras leer innumerables historias que hablan de bondad, de humanidad, de compasión, y de amor, sé que he aprendido la teoría, pero no sé cómo aplicarla en la práctica…
Fuera del círculo de amigos, todos esos valores dejan de tener sentido y esa sociedad que nos empeñamos en defender y a la que pertenecemos aún sin quererlo, sigue devorando a los débiles en beneficio de los más fuertes… hoy sólo aspiro a mantener lo poco que he logrado, y no perderlo… esa es mi batalla diaria.
Quedaron guardados los sueños, las ilusiones, las esperanzas… y surgen por doquier los problemas, las preocupaciones, la impotencia de que mi mundo no ha sido nunca mío, si no de la sociedad que, como si fuésemos animales enjaulados en el zoo, y que de vez en cuando, tal vez para su diversión, nos arroja un puñado de cacahuetes…
El camino de la vida nos sorprende con incalculables recodos y cada decisión que tomamos de seguir o girar, cambia nuestro propio destino que sin saber cuál es, vamos construyendo lentamente sin tener opción a rectificar, por que el tiempo, es de las pocas cosas que nunca se puede recuperar…
Hoy, tan sólo estoy cansado… no he renunciado a mi imperio, ya que me conformo con la pequeña parcela de universo que me ha correspondido… ese es todo mi mundo.