viernes, 6 de junio de 2008

Tormenta


El ronco y seco crujir de un trueno, alteró la calma con la que el rumor suave y constante de la lluvia, había vestido la tarde. La lluvia se hacía más intensa y fuerte y el cielo se transformaba en un degradé desde el perla hasta el negro hasta acercarnos a la noche precipitadamente…

Era imposible dejar pasar ese espectáculo sin contemplarlo desde el otro lado de la ventana y ver como la cortina de agua borraba la imagen de todo cuanto había apenas unos metros más allá y los tejados que habitualmente estaban al pie de la terraza del ático, desaparecían entre la lluvia que, cada vez más furiosa

Los relámpagos resaltaban los contornos de cuanto estaba cerca, pero el agua impedía verlo con claridad... a pesar de la furia del crepitar de las gotas en el terrazo y el alfeizar de la ventana, la tarde se antojaba tan cálida y suave que no deseaba salir de ella...

El ambiente, en el interior, se llenó de su dulce aroma y este me avisó de que ella se acercaba... Al poco sentí su mano en mi hombro y continué mirando por los cristales. Sentí su desnuda piel sobre mi espalda también desnuda y me sumergí entre las placenteras sensaciones de sus caricias…

Miré sus ojos y ella me regaló un beso... el ritual se repetía nuevamente… respondí el beso, y ella me entregó su sonrisa, que era espejo de la mía… nos abrazamos, nos amanmos, fuimos felices… la tormenta seguía cayendo al otro lado de los cristales…

martes, 3 de junio de 2008

Cerramientos

A los bebes, los encerramos en las guarderias

A los niños, los encerramos en los colegios

A los jóvenes, los encerramos en el instituto

A los adultos, los encerramos en el trabajo

A los ancianos, los encerramos en las residencias

Pero somos libres!!!

Hay que joderse

sábado, 31 de mayo de 2008

Pequeñeces


Me gustan las cosas pequeñas... no soy coleccionista de nada, pero la mayoría de mis fetiches, de mis recuerdos, de mis cosas… son pequeñas… Mi casa es pequeña, mi trabajo es pequeño, mi mundo es pequeño y yo mismo soy pequeño… toda mi vida es pequeña en su conjunto

Las cosas pequeñas tienen la opción de agrupar una representación de las grandes en menor espacio, y por ello, caben más… mis maquetas no abultan mucho pero procuro que estén siempre completas, por que a pesar de que las cosas sean pequeñas, no significa que no sean importantes…

Sí… siempre he presumido y probablemente seguiré haciéndolo mientras pueda, que mis recuerdos, mis mejores recuerdos, son pequeños y los guardo pues, en pequeños frascos que siempre he de colocar en primera fila de las estanterías de la memoria, para saber donde están y verlos y disfrutarlos cuando me sean necesarios… Pequeños recuerdos de grandes momentos… pequeños besos de grandes amores… pequeñas caricias de grandes pasiones… pequeñas palabras de gran intensidad… pequeñas sonrisas de gran felicidad…

Pequeñas estrellas colgadas en el cielo, minúsculas gotas de agua formando océanos e insignificantes moléculas de sutiles fragancias que adornas las pequeñas noches de la primavera… Una pequeña tormenta vista desde un pequeño porche saboreando un pequeño pero intenso café… sí… me gustan las cosas pequeñas.




viernes, 30 de mayo de 2008

Justicia

Es lógico (y difiero de quien de mí difiera) pensar que la justicia es la encargada de hacer cumplir el orden que la propia sociedad nos demanda. Posiblemente, pensemos que es injusta (yo lo hago frecuentemente) pero reconozco que la crítica debe ser constructiva y no resaltar errores que son tan fáciles de argumentar sin poner una lógica solución a continuación.

La justicia es como un traje “prêt à porter”. Nos viene bien a casi a todos, pero a la mayoría de la gente no termina de encajarle, y obviamente, siempre se le puede hacer algún arreglo para mejorarlo, pero no hay que equivocarse, puesto que como si fuese una camisa, el hacer un arreglo a medida de uno mismo, implica que a otro le puede quedar aún peor.

Pero existen actitudes que aun siendo ilícitas, pueden ser declaradas de justicia. ¿qué ocurre con quien roba para comer??? (y no, no es ninguna exageración, aunque evidentemente hay que mirar el otro lado de la moneda y pensar también que ocurre con el que es robado y donde dejamos sus [mis] derechos).

Sí, la justica puede ser criticada y las leyes deben poner los medios adecuados y necesarios para que aquello que se dicta, pueda cumplirse y que lo que hoy consideramos básico (a pesar de que aún en muchos países, incluso desarrollados, aún no lo sea) Nadie debería robar para comer, nadie debería quedar sin educación, sin sanidad, sin servicios… aunque evidentemente, eso nos obligue a cumplir con nuestras obligaciones del cumplimiento de las normas y leyes que obligan a todos los ciudadanos y que no siempre nos resultan gratan y mucho más frecuentemente, son incumplidas por actos que justificamos como “de justicia” (¿acaso “colarse” sin pagar en un transporte público con la excusa de reivindicar un mejor servicio es un acto de “justicia”???)

Pero no puedo dejar de comparar la vida tan ajetreada en que nos hemos sumergido, donde normas, leyes y regulaciones, nos controlan de tal manera que organizan hasta con quien debemos convivir. Ni debo ni quiero argumentar pros y contra de nuestro sistema judicial, que curiosamente se inmiscuye en nuestra vida privada en pro de una convivencia general… Sí, ya que es la justicia la que dictamina unos derechos para mi pareja, para mis hijos… todo ha de estar regulado, registrado y revisado… los sentimientos afectivos deben quedar plasmados en un papel y si alguna vez el afecto caduca, ese papel deberá ser revocado, pero ya entonces, habrá consecuencias…

He leído no hace mucho, sobre un caso de una niña de Sudamérica que con apenas 15 años, estaba embarazada de gemelos… Parece ser, que en algunas culturas, los matrimonios jóvenes son algo tan frecuente como aquí la soltería. Son dos distintos modos de entender la vida, y ahí es donde nuevamente, las normas obligan a unas determinadas cuestiones, ya que, por ejemplo, una persona de 18 años no podría tener relaciones sexuales con una pocos meses más joven que esta, ya que entonces tendría 17 años y sería menor de edad… que curioso que cuando pensamos en la pederastia, siempre pensemos en un señor mayor y una niña, y sin embargo la ley lo determina así… menores de edad… El intentar darnos a todos los mismos derechos y las mismas obligaciones, conlleva que todos debamos ser medidos por el mismo rasero, sin tener en cuenta que adolescentes de 15 años son bastante más maduros y estén moral, ética y socialmente capacitados para ejercer la paternidad, mientras que otros jóvenes de 30 o más años, están lo sufrientemente encerrados en su mundo que son incapaces hasta de sentir que la vida es algo que hay que vivir.

Supongo que a medida que avanzamos en nuestro propio desarrollo, estaremos más obligados por normas, leyes, reglas y un sinfín de obligaciones que la justicia se encargará de hacer cumplir (cuando pueda) y que evidentemente, los indios de esas tribus casi perdidas en la selva del amazonas, desconocerán aún por muchos años…

Sí… la justicia no será justa, pero es la mejor que tenemos.

martes, 27 de mayo de 2008

Tierra


Descuélguense los cielos si preciso fuera, al imparable ritmo del tropel de agónicos engendros que amparados en su ceguera caminan sin conciencia topándose una y otra vez contra el invisible muro de la lógica, en la aviesa intención de derribarlo para seguir usurpando lo que en su creencia exigen de claro derecho

Líbrenme los dioses de ejercitar la praxis de impartir justicias o perdones y ampárenme para que nunca pueda moldear con mi mano la mágica utopía de un mundo perfecto, que, ceñido a los pliegues de mi caprichoso antojo condicionaría al resto de los mortales a mis caprichos, sin saber si acertados o merecidos.

Dejadme pues, que en el incómodo rincón del individualismo, y no del desconocimiento y el olvido, sea espectador, más que parte, de todo cuanto a mi alrededor se antoja y forma, sin ser escultor del destino ajeno al mío propio, y siendo, por que así ha de ser, parte del todo del que soy pieza

No me imploréis consejos, salvación o ayudas... no me supliquéis beneplácitos ni falsas bondades... no me pidáis que ejerza influencia alguna a cambiar la dirección de un mundo que no manejo y que sin embargo, necesito para dejar que crezcan mis raíces, nutriéndome de sus propios detritus que sirven de abono a mi memoria que intentaré transmitir a futuras generaciones para evitar mayores males, mas... no os olvidéis que no sacrificaré inmundicias por belleza ni agua por café…

Luchad, si es vuestro deseo y creencia, por causas nobles, justas, renovadas... buscad allende el espacio el agua que aquí escasea, socorred con vuestros óbolos a aquellos que sepultáis con vuestro impulso de consumo y diversión, y predicad, en vanas palabras, que el mundo ha de cambiar, cuando no deseáis renunciar a los placeres y beneficios acumulados...

Ignoro pues, si es bueno que el trigo crezca donde hubo bosques, que el agua se detenga donde antes corría libre, que el sol asome tímido entre nubes de algo más que de vapor y que la vida ajena, muchas veces más importante que la propia por la poca valía de esta, quede recluida a ligeros espacios de visita, al que daremos dignos y rimbombantes nombres para hacerlos más humanos…

No… no me arrepiento de mis palabras. Tal vez de mis hechos… por que como ya dije hace tiempo, lamento los errores cometidos, pero aún más, aquellos que no he tenido oportunidad de cometer… pero llevad esto más lejos… diez, cien, mil años… somos, queridos desconocidos, los escultores del mundo… de nuestro mundo… y tú, lector, no eres ajeno a ello.

Por favor... que alguien haga algo!!!


lunes, 26 de mayo de 2008

Puertas

Hay un popular dicho que reza “Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana”.

Cierto es que siempre me he considerado responsable de mi destino ya que siempre he sido yo el único responsable de mis decisiones, sean estas acertadas o no. El azar, ese conjunto casuístico en el que nos gusta excusarnos muchas veces bajo la denominación de “mala suerte”, es cierto que parece cebarse en determinadas etapas de la vida, pero al final, simplemente es la impotente búsqueda de las soluciones a los problemas que nos enfrentamos, y que evidentemente, nos sobrepasan por unas u otras causas.

Imagino que a todos nos gusta la vida tranquila, sin problemas, sin preocupaciones y sobre todo, repleta de todo aquello que en realidad deseamos, pero todos sabemos que es casi imposible controlar aquellas famosas “Circunstancias” a las que aludía Ortega (“Yo, soy yo y mis circunstancias”)

No… no es sencillo encontrar esa ventana que Dios abre cuando nos da con la puerta en las narices… pero como siempre, si no lo buscamos jamás lo encontraremos.



NOTA: Para aquellos que estén interesados en conocer el desenlace de este corto, titulado "La Cabina", puede encontrarlo en Youtube, "La Cabina parte 2" y siguientes.

martes, 20 de mayo de 2008

Eternidad

La eternidad es un breve instante que se ha terminado en el momento exacto