La mayoría de las veces, el valor depende del tamaño del arma que se porte
Al fin, Aurora volvía a
casa de trabajar… dos semanas ausente, como ya era habitual y apenas un largo
fin de semana para estar con la familia… No había otra opción y la vida les
había deparado ese destino… El ritual se
repetía siempre y los besos y los abrazos entre la familia, eran inevitables,
así como preguntas de todo tipo… qué ha pasado con esto??? Cómo terminó
aquello??? La extenuación de los primeros momentos del encuentro, iba dando
paso a todo esa tranquilidad de relajarse… al fin en casa, en la fortaleza, al
fin segura…
Aurora, se arregló para salir con Ricardo, su marido… siempre
salían a cenar fuera para escapar de la esclavitud de los hijos, y poder
comentar de forma más tranquila los pormenores… no había ya grandes sorpresas
entre ellos, pero era inevitable hablar de esos problemas de dinero que habían
obligado a Aurora a irse lejos de casa para poder seguir manteniendo a la
familia.
Al regreso a casa, los niños ya acostados, Aurora y Ricardo se
entregaron a una noche de amor donde los besos y las caricias se sucedían y
alternaban sin respiro, haciendo que el deseo creciese hasta los límites del
ansia… Al rato, Ricardo abrazó a Aurora
y esta se adhirió a él presa del deseo…
Aurora cerró los ojos y sintió que el cuerpo de su marido se convertía
en realidad en el de Antonio, el amor de su vida, tal vez imaginario, tal vez
real… ya no lo sabía, pero ella sentía que cada vez que sentía un abrazo, era
realmente Antonio quien la abrazaba, quien la susurraba al oído suavemente que
la amaba, que la deseaba, que no quería que el tiempo siguiese adelante… Aurora
disfrutaba entre fantasía y realidad… y al filo del orgasmo, su cuerpo adquirió la rigidez de querer perpetuar aún
más el momento… Abrió los ojos y miró a los ojos de quien tenía delante… ella
seguía viendo a Antonio y el amor y el deseo seguían entremezclándose con los
abrazos y los besos que se intercambiaban… pero en el fondo de aquellos
ojos se dio cuenta de que ella no era la
abrazada.
Cómo ha cambiado todo!!!
3 comentarios:
La falta de sinceridad conlleva la misma respuesta.
...Quizás, si, Quizás no, quien sabe, quizás recordaban amores pasados, o a ellos mismos en vidas pasadas...o la parte perdida que sólo puede darse uno a si mismo.. quizás, solo quizás...
Cuanto tiempo sin pasar por aquí...
"no había ya grandes sorpresas entre ellos"... esta es la frase que más me pegó. Y no por repetida en las historias de cada uno, deja de ser dolorosa cuando uno la ve escrita así, como perdida en la historia central.
Me vino a la memoria una vieja canción de Ismael llamada "Cuestión de piel"... Y hablando de canciones, ese "Money for nothing" de Dire Straits me levantó el ánimo... fabuloso Mark Knopfler desgranando esa guitarra con su voz rasgada!
Beso, Marta
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