sábado, 2 de julio de 2011

Ancianidad

La distancia que nos separa es la misma, pero mientras lo que para uno es cuesta abajo, para el otro es cuesta arriba

A esas horas, el metro siempre va escaso de pasajeros y los asientos, enfrentados unos a otros, son igual de codiciados, pero para nada disputado

Frente a mí, una mujer gruesa dormita apoyada en la barra… a su derecha, un anciano meditabundo y a la derecha de este un asiento vacío… las caras de los pasajeros reflejan el cansancio del día y el calor de la calle…

El tren, igual de cansino, se detiene algo más de tiempo en las estaciones pero muy pocas puertas se abren… poco a poco, los asientos vacíos van dejando de estarlos… a mi izquierda aún dos huecos por cubrir

Las puertas se abren y un pequeño de grupo de gente entra… Ella, joven y escultural, luce una ceñida minifalda que muestra sin recato alguno sus largas piernas… Se sienta a mi lado

Frente a mí, la mujer gruesa apenas ha hecho ningún gesto y continúa con sus ojos cerrados y la cabeza apoyada en la barra, pero el anciano de su derecha, ha reaccionado y se ha incorporado en su asiento… sus ojos miran con descaro las piernas y su boca muestra una mueca de satisfacción…

El tren sigue perezoso su camino, con un escaso movimiento de viajeros…

La chica de la minifalda que se sentó a mi lado, parece inmersa en su propio mundo, manejando con soltura el móvil al que también está unida por los cascos auditivos, pero al llegar a una estación se incorporó con soltura y salió sin dudarlo…

Frente a mí, la mujer gruesa dormita y junto a ella, el anciano mantiene su sonrisa y su mirada, perdida ahora en el vacío.

En la siguiente estación, la mujer gruesa se espabiló y comenzó a prepararse para salir. Justo al levantarse, el anciano, que de alguna forma estaba apoyado en ella, se derrumbó cayendo al suelo de forma estrepitosa

Tras varias horas de detención, se levantó el cadáver… un infarto dijeron los médicos… el anciano permanecía con la mirada perdida en el vacío y la sonrisa en la boca…

Ignoro como fue su vida, pero seguro que murió feliz.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ummm es duro... y verlo mas..

espero y deseo que su vida, la del anciano haya sido feliz..

y que esa muerte que es un regalo.. sea el colofón de una vida... intensa..

morir así..

donde se puede hacer la solicitud...?????

besos