"¿Por qué enrolarse en la armada cuando puedes ser un pirata?" (Steve Jobs)
Steve Jobs se ha ido... :-(
jueves, 6 de octubre de 2011
lunes, 3 de octubre de 2011
Cambios
La exactitud no es más que otra medida humana.
Donde otrora reinase el ocaso, ahora sólo queda la sombra recortada en negro de una ciudad… una sombra, sólo rota por alguna pequeña luz que a lo lejos apenas destaca.
El paisaje, poco a poco, va cambiando sus tonos verdes y brillantes por esos otros marrones y rojizos, ocres… incluso el castaño arroja sus erizos ya agrietados que marcan el inicio de la estación…
Entre el humo del fuego del hogar, bailan juntos al son del viento del otoño, los suspiros por los amores que mueren en verano, con esos otros suspiros de los amores que nacen entre las hojas caídas, aromatizados con fragancias de castañas y café recién hecho
Amores de antaño, que fueron gigantes entre los grandes, y que el tiempo terminó por secar… pero quedan los tocones que ocupan un inamovible lugar en los recuerdos mientras surgen brotes de jóvenes árboles que podrán ser tanto más gigantes que los anteriores… Personas y familia que nos dejan… personas y familia que vienen a quedarse…
Las casas, añorantes de aquellos que se han ido, se hacen grandes, demasiado grandes, y son inundadas de añorantes recuerdos que remplazan el vacío que nos dejaron quienes ya no están…
El otoño vuelve, y ya se espera la lluvia, ausente protagonista de esta estación… pero el otoño es sólo una forma de llamar a esta época… el otoño también se irá… pero la vida siempre nos acompaña… Sigamos disfrutándola.
Donde otrora reinase el ocaso, ahora sólo queda la sombra recortada en negro de una ciudad… una sombra, sólo rota por alguna pequeña luz que a lo lejos apenas destaca.
El paisaje, poco a poco, va cambiando sus tonos verdes y brillantes por esos otros marrones y rojizos, ocres… incluso el castaño arroja sus erizos ya agrietados que marcan el inicio de la estación…
Entre el humo del fuego del hogar, bailan juntos al son del viento del otoño, los suspiros por los amores que mueren en verano, con esos otros suspiros de los amores que nacen entre las hojas caídas, aromatizados con fragancias de castañas y café recién hecho
Amores de antaño, que fueron gigantes entre los grandes, y que el tiempo terminó por secar… pero quedan los tocones que ocupan un inamovible lugar en los recuerdos mientras surgen brotes de jóvenes árboles que podrán ser tanto más gigantes que los anteriores… Personas y familia que nos dejan… personas y familia que vienen a quedarse…
Las casas, añorantes de aquellos que se han ido, se hacen grandes, demasiado grandes, y son inundadas de añorantes recuerdos que remplazan el vacío que nos dejaron quienes ya no están…
El otoño vuelve, y ya se espera la lluvia, ausente protagonista de esta estación… pero el otoño es sólo una forma de llamar a esta época… el otoño también se irá… pero la vida siempre nos acompaña… Sigamos disfrutándola.
sábado, 24 de septiembre de 2011
Sociedad
Un león domesticado, aún conserva las fauces y las garras.
Llevaba días viéndolo pero ayer también lo comentaron en las noticias. Mucha gente se “cuela” sin pagar en los transportes públicos. También, y eso suele estar a la vista de todos, mucha gente tira al suelo papeles, colillas y desperdicios varios… y somos testigos mudos de eso, lo que tal vez nos convierta en cómplices, pero es algo tan habitual que ya no se le dé ninguna importancia, a pesar de que es algo que todos sabemos que no se debería hacer…
¿Qué ocurriría si en nuestras calles, en lugar de existir la actual arboleda, hubiesen plantado árboles frutales??? ¿y si los parques se sustituyesen por huertos??? Quiero suponer que muchos de nosotros tomaríamos las frutas y las hortalizas que estuvieran ahí, a nuestra disposición… Pero… ¿Cuándo??? En el momento de que estuviesen en su punto??? Posiblemente no, ya que entonces podríamos arriesgarnos a que otro se las llevase antes que nosotros y entonces es muy posible que las recolectásemos cuando aún les queda un poco de tiempo para madurar… pero también es posible, en ese caso, que alguien se nos adelante… y así sucesivamente hasta que la realidad nos devolviese a que sería casi imposible conseguir algún producto de esos… y sin embargo, ¿Cuántos de nosotros estaría dispuesto a cuidar esas plantaciones para que dieran fruto??? Pues sinceramente, todos tenemos tanto que hacer, que no creo que nadie, de forma voluntaria, se hiciese cargo de su cuidado, máxime sabiendo que muy posiblemente serán otros los que se lleven los frutos…
Sí, supongo que el ser humano es un ser social, pero eso no le convierte en un ejemplo de sociedad, donde las desigualdades se muestran, no sólo entre puntos geográficos lejanos, si no que en pocos metros y más en estos tiempos de crisis, se pueden encontrar situaciones totalmente opuestas y no siempre nos comportamos para el bien social, si no que la mayoría de las veces, lo hacemos a título personal y es que a mí no me molesta que la gente se cuele en el metro por que no es mi problema (¿?) o que tire la basura al suelo por que no es mi problema (¿?)… aunque estas actitudes tan comunes pueden ir ascendiendo en una escala que pronto degeneraría en gamberrismo y en delitos… el límite sólo lo hemos puesto nosotros y aunque hay cosas tan habituales como tirar la colilla de un cigarrillo al suelo, no deja de ser una costumbre insana y socialmente reprochable, pero que a fuerza de verlo y hacerlo, es tan común que a nadie le asombra…
Hay otras sociedades donde todo eso no pasa… tal vez no sirva de ejemplo, pero me sorprende como sociedades de insectos (hormigas, abejas, etc.) saben desde el primer momento lo que han de hacer… y lo hacen… cada cual tiene su cometido y cumple lo mejor que sabe y puede con él… ningún ser de esa sociedad pretende ser lo que no es, y todos son iguales e importantes dentro de su sociedad… Tal vez nosotros, por que somos los dueños del planeta, hemos ido tomando atribuciones que nadie nos ha dado… ¿o acaso una hormiga es más disciplinada que una persona??? No… supongo que será por que las hormigas ni fuman ni viajan en transporte público.
Llevaba días viéndolo pero ayer también lo comentaron en las noticias. Mucha gente se “cuela” sin pagar en los transportes públicos. También, y eso suele estar a la vista de todos, mucha gente tira al suelo papeles, colillas y desperdicios varios… y somos testigos mudos de eso, lo que tal vez nos convierta en cómplices, pero es algo tan habitual que ya no se le dé ninguna importancia, a pesar de que es algo que todos sabemos que no se debería hacer…
¿Qué ocurriría si en nuestras calles, en lugar de existir la actual arboleda, hubiesen plantado árboles frutales??? ¿y si los parques se sustituyesen por huertos??? Quiero suponer que muchos de nosotros tomaríamos las frutas y las hortalizas que estuvieran ahí, a nuestra disposición… Pero… ¿Cuándo??? En el momento de que estuviesen en su punto??? Posiblemente no, ya que entonces podríamos arriesgarnos a que otro se las llevase antes que nosotros y entonces es muy posible que las recolectásemos cuando aún les queda un poco de tiempo para madurar… pero también es posible, en ese caso, que alguien se nos adelante… y así sucesivamente hasta que la realidad nos devolviese a que sería casi imposible conseguir algún producto de esos… y sin embargo, ¿Cuántos de nosotros estaría dispuesto a cuidar esas plantaciones para que dieran fruto??? Pues sinceramente, todos tenemos tanto que hacer, que no creo que nadie, de forma voluntaria, se hiciese cargo de su cuidado, máxime sabiendo que muy posiblemente serán otros los que se lleven los frutos…
Sí, supongo que el ser humano es un ser social, pero eso no le convierte en un ejemplo de sociedad, donde las desigualdades se muestran, no sólo entre puntos geográficos lejanos, si no que en pocos metros y más en estos tiempos de crisis, se pueden encontrar situaciones totalmente opuestas y no siempre nos comportamos para el bien social, si no que la mayoría de las veces, lo hacemos a título personal y es que a mí no me molesta que la gente se cuele en el metro por que no es mi problema (¿?) o que tire la basura al suelo por que no es mi problema (¿?)… aunque estas actitudes tan comunes pueden ir ascendiendo en una escala que pronto degeneraría en gamberrismo y en delitos… el límite sólo lo hemos puesto nosotros y aunque hay cosas tan habituales como tirar la colilla de un cigarrillo al suelo, no deja de ser una costumbre insana y socialmente reprochable, pero que a fuerza de verlo y hacerlo, es tan común que a nadie le asombra…
Hay otras sociedades donde todo eso no pasa… tal vez no sirva de ejemplo, pero me sorprende como sociedades de insectos (hormigas, abejas, etc.) saben desde el primer momento lo que han de hacer… y lo hacen… cada cual tiene su cometido y cumple lo mejor que sabe y puede con él… ningún ser de esa sociedad pretende ser lo que no es, y todos son iguales e importantes dentro de su sociedad… Tal vez nosotros, por que somos los dueños del planeta, hemos ido tomando atribuciones que nadie nos ha dado… ¿o acaso una hormiga es más disciplinada que una persona??? No… supongo que será por que las hormigas ni fuman ni viajan en transporte público.
sábado, 10 de septiembre de 2011
Hambre
Tal vez lo que denominamos defectos, no sean si no aquellas actitudes que a los demás no les gustan.
Desconozco su nombre, como casi la mayoría de las personas, pero sé que no le interesa en absoluto el problema del calentamiento global, ni tampoco se ha preocupado de reciclar nada. No le importa nada ni la globalización ni el estado de las bolsas del mundo. Ignora los problemas de la crisis energética y nunca le ha prestado atención a la economía. Desconoce que el mundo está envuelto de acciones terroristas, y no ha escuchado nunca hablar de ideas políticas o religiosas que le reclamen como adepto.
Él, con sus 4 años de vida, sólo está pendiente de su madre. No comprende que agoniza a sus pies, ignorada por todos en algún perdido lugar de Somalia… nunca comprenderá los problemas a los que los demás nos enfrentamos… él, sólo morirá de hambre muy pronto
Desconozco su nombre, como casi la mayoría de las personas, pero sé que no le interesa en absoluto el problema del calentamiento global, ni tampoco se ha preocupado de reciclar nada. No le importa nada ni la globalización ni el estado de las bolsas del mundo. Ignora los problemas de la crisis energética y nunca le ha prestado atención a la economía. Desconoce que el mundo está envuelto de acciones terroristas, y no ha escuchado nunca hablar de ideas políticas o religiosas que le reclamen como adepto.
Él, con sus 4 años de vida, sólo está pendiente de su madre. No comprende que agoniza a sus pies, ignorada por todos en algún perdido lugar de Somalia… nunca comprenderá los problemas a los que los demás nos enfrentamos… él, sólo morirá de hambre muy pronto
martes, 6 de septiembre de 2011
Memoria
Ni todas las buenas historias tienen final feliz, ni todos los finales felices corresponden a buenas historias.
Maldita memoria la mía
pues pensé que ella me amaba
y ni siquiera me quería
ni cuando a solas, era mía
ni cuando sus besos me daba
Maldita memoria la mía
pues sin saberlo yo compraba
sus palabras y sus risas
sus pausas y sus prisas
y las miradas que me daba
Maldita memoria la mía
pues quemé todas sus cartas
y tiré todos sus regalos
me desprendí de los halagos
y quise borrar sus promesas
Maldita memoria la mía
traidora, aliada del enemigo
que mis recuerdos rebosas
de aquellas hermosas cosas
que ya no están conmigo
Maldita memoria la mía
que nunca me dejas olvidar
un pasado que no ha de volver
la eternidad que ya no ha de ser
una mujer que no quiero recordar
Maldita memoria la mía
deja memoria que olvide
deja que la paz encuentre
pues es similar a la muerte
cuando el corazón se divide
Maldita memoria la mía
por que me llenas de melancolía
si yo nunca la tuve y menos ahora
mi corazón más la añora
a pesar de que nunca fue mía
Maldita memoria la mía
en aquellos momentos locos
que me aprisiona entre recuerdos
y otros que hubo también cuerdos
aunque en el amor, estos son pocos
Maldita memoria la mía
que me susurra en todo momento
su nombre en la distancia
y yo aún le encontraba la gracia
de estar esperando el reencuentro
Maldita memoria la mía
que es quien de verdad me aprisiona
entre dolores y sufrimientos
y de escape en vanos intentos
pues ella ya me abandona
Maldita memoria la mía
que no me deja olvidarla
Maldita memoria la mía
pues pensé que ella me amaba
y ni siquiera me quería
ni cuando a solas, era mía
ni cuando sus besos me daba
Maldita memoria la mía
pues sin saberlo yo compraba
sus palabras y sus risas
sus pausas y sus prisas
y las miradas que me daba
Maldita memoria la mía
pues quemé todas sus cartas
y tiré todos sus regalos
me desprendí de los halagos
y quise borrar sus promesas
Maldita memoria la mía
traidora, aliada del enemigo
que mis recuerdos rebosas
de aquellas hermosas cosas
que ya no están conmigo
Maldita memoria la mía
que nunca me dejas olvidar
un pasado que no ha de volver
la eternidad que ya no ha de ser
una mujer que no quiero recordar
Maldita memoria la mía
deja memoria que olvide
deja que la paz encuentre
pues es similar a la muerte
cuando el corazón se divide
Maldita memoria la mía
por que me llenas de melancolía
si yo nunca la tuve y menos ahora
mi corazón más la añora
a pesar de que nunca fue mía
Maldita memoria la mía
en aquellos momentos locos
que me aprisiona entre recuerdos
y otros que hubo también cuerdos
aunque en el amor, estos son pocos
Maldita memoria la mía
que me susurra en todo momento
su nombre en la distancia
y yo aún le encontraba la gracia
de estar esperando el reencuentro
Maldita memoria la mía
que es quien de verdad me aprisiona
entre dolores y sufrimientos
y de escape en vanos intentos
pues ella ya me abandona
Maldita memoria la mía
que no me deja olvidarla
viernes, 2 de septiembre de 2011
Rutina
Las críticas de mis enemigos me hacen fuerte, las de mis amigos, me hacen grande
Ya se acaba agosto y la vida en la ciudad vuelve a la rutina acostumbrada. Prisas y aglomeraciones comienzan a ser habituales y las pieles oscurecidas por el sol, por las mañanas se esconden bajo prendas de ligero abrigo. Las caras de sueño se confunden con la de la resignación de volver al trabajo o al alivio de comenzar uno, mientras aquellos comercios e industrias que habían permanecido cerrados, también se dedican a prepararse para comenzar un nuevo curso que todos deseamos que sea bueno.
Al entrar en el metro, había algo más de gente de lo que era normal meses atrás. Al poco un aviso de megafonía informa de que hay un problema técnico que está ocasionando retrasos. Opto por sentarme hasta que llegue el tren y mientras la gente continúa llegando y llenando el andén. Al poco decido por acercarme a la parte del andén donde el tren se detiene ante el temor de que no pueda acceder a él. La gente continúa llenando el andén de forma inusual y poco a poco se llena, pero no dejan de llegar viajeros… me siento empujado una y otra vez y comienzo a hacer esfuerzos para mantenerme en mi sitio, pero cada a cada minuto hay más gente y más presión… el andén está abarrotado de viajeros, pero aún continúan llegando más… a lo lejos, dentro del túnel, las luces indican que el tren se aproxima y la gente comienza a agolparse en el borde del andén… la presión es mucha, la gente empuja, siento que estoy justo en el límite y el tren se acerca… la gente sigue llegando y el andén está a rebosar… el tren se acerca, la gente empuja… caigo a las vías… grito… el grito me despierta de mi asiento y me doy cuenta de que el andén se está llenando…
Ha sido sólo un sueño, pero afortunadamente, no ha pasado nada… pero el andén se sigue llenando de gente… Al poco decido por acercarme a la parte del andén donde el tren se detiene ante el temor de que no pueda acceder a él. La gente continúa llenando el andén…
Ya se acaba agosto y la vida en la ciudad vuelve a la rutina acostumbrada. Prisas y aglomeraciones comienzan a ser habituales y las pieles oscurecidas por el sol, por las mañanas se esconden bajo prendas de ligero abrigo. Las caras de sueño se confunden con la de la resignación de volver al trabajo o al alivio de comenzar uno, mientras aquellos comercios e industrias que habían permanecido cerrados, también se dedican a prepararse para comenzar un nuevo curso que todos deseamos que sea bueno.
Al entrar en el metro, había algo más de gente de lo que era normal meses atrás. Al poco un aviso de megafonía informa de que hay un problema técnico que está ocasionando retrasos. Opto por sentarme hasta que llegue el tren y mientras la gente continúa llegando y llenando el andén. Al poco decido por acercarme a la parte del andén donde el tren se detiene ante el temor de que no pueda acceder a él. La gente continúa llenando el andén de forma inusual y poco a poco se llena, pero no dejan de llegar viajeros… me siento empujado una y otra vez y comienzo a hacer esfuerzos para mantenerme en mi sitio, pero cada a cada minuto hay más gente y más presión… el andén está abarrotado de viajeros, pero aún continúan llegando más… a lo lejos, dentro del túnel, las luces indican que el tren se aproxima y la gente comienza a agolparse en el borde del andén… la presión es mucha, la gente empuja, siento que estoy justo en el límite y el tren se acerca… la gente sigue llegando y el andén está a rebosar… el tren se acerca, la gente empuja… caigo a las vías… grito… el grito me despierta de mi asiento y me doy cuenta de que el andén se está llenando…
Ha sido sólo un sueño, pero afortunadamente, no ha pasado nada… pero el andén se sigue llenando de gente… Al poco decido por acercarme a la parte del andén donde el tren se detiene ante el temor de que no pueda acceder a él. La gente continúa llenando el andén…
martes, 16 de agosto de 2011
Impuestos
Todos podemos enseñar. Todos debemos aprender.
Desde hace unos días, la sociedad está un tanto revuelta con la visita del Papa a España. Está claro que hay gente que está a favor y gente que está en contra, pero hace poco he visto un cartel que rezaba “Con mis impuestos, no”. Está claro que estas personas no desean sufragar (y tienen todo el derecho a expresarlo) la visita del Papa, por más que los estamentos oficiales nos digan que el coste de dicha visita se asume por la iglesia.
En cualquier caso, esa frase: “Con mis impuestos, no” creo que en lugar de usarla como queja para un acto concreto, debería ser usada con mucha más frecuencia, al menos desde mi punto de vista, y así, yo me atrevo a decir que “Con mis impuestos, no quiero que se paguen:”
• Construcción de aeropuertos que no tienen aviones o de líneas de ferrocarril sin viajeros
• Subvenciones a la industria del cine y la música que siempre recaen en los mismos productores, directores y artistas (que en la mayoría, no pasan necesidades)
• Subvenciones a sindicatos, organizaciones empresariales y otros entes variopintos que asienten en silencio todo lo que está pasando
• Coches oficiales sin ningún control de uso
• Reformas inútiles de despachos y centros oficiales cuyo coste es desproporcionado para la función a que son destinados
• …y así hasta un largo etcétera
Claro que si fuese más allá, podría pedir que el aborto no se hiciese con mis impuestos (soy hombre, no lo necesito), que no se apoyen otras lenguas distintas a la mía, que la medicina sólo sea para quienes trabajamos y pagamos, y así otro largo etcétera...
Y es que me parece muy bien (y lo digo sinceramente) que la gente proteste de que sus impuestos vayan a cosas que realmente no desean y que, desde mi punto de vista y en muchas ocasiones, tienen un alto coste para el beneficio que aportan a los ciudadanos, que suele ser poco…
Pero sí es cierto que me preocupa, y mucho, que en el fondo de esa frase a la que tantos se pueden apuntar alegremente, haya en realidad, un rechazo hacia quienes profesan una creencia concreta.... ¿Se diría esto mismo de una hipotética visita del Dalai Lama, de algún lider religioso islamisa, judío, ortodoxo, protestante...???
Hoy en día, donde a todos se nos llena la boca de gritar que somos democráticos, es cuando tengo la sensación de que curiosamente somos más intolerantes con todos aquellos que son distintos de nuestra raza, de nuestro sexo, de nuestras ideas (políticas, sociales o religiosas) e incluso de nuestra procedencia geográfica… y es que, por si alguien lo ha olvidado, la historia nos ha enseñado que lo que comienzan siendo críticas a las convicciones ajenas pueden terminan en crueles guerras cuyas consecuencias son, siempre, trágicas… y de las que parece que nunca aprendemos.
Desde hace unos días, la sociedad está un tanto revuelta con la visita del Papa a España. Está claro que hay gente que está a favor y gente que está en contra, pero hace poco he visto un cartel que rezaba “Con mis impuestos, no”. Está claro que estas personas no desean sufragar (y tienen todo el derecho a expresarlo) la visita del Papa, por más que los estamentos oficiales nos digan que el coste de dicha visita se asume por la iglesia.
En cualquier caso, esa frase: “Con mis impuestos, no” creo que en lugar de usarla como queja para un acto concreto, debería ser usada con mucha más frecuencia, al menos desde mi punto de vista, y así, yo me atrevo a decir que “Con mis impuestos, no quiero que se paguen:”
• Construcción de aeropuertos que no tienen aviones o de líneas de ferrocarril sin viajeros
• Subvenciones a la industria del cine y la música que siempre recaen en los mismos productores, directores y artistas (que en la mayoría, no pasan necesidades)
• Subvenciones a sindicatos, organizaciones empresariales y otros entes variopintos que asienten en silencio todo lo que está pasando
• Coches oficiales sin ningún control de uso
• Reformas inútiles de despachos y centros oficiales cuyo coste es desproporcionado para la función a que son destinados
• …y así hasta un largo etcétera
Claro que si fuese más allá, podría pedir que el aborto no se hiciese con mis impuestos (soy hombre, no lo necesito), que no se apoyen otras lenguas distintas a la mía, que la medicina sólo sea para quienes trabajamos y pagamos, y así otro largo etcétera...
Y es que me parece muy bien (y lo digo sinceramente) que la gente proteste de que sus impuestos vayan a cosas que realmente no desean y que, desde mi punto de vista y en muchas ocasiones, tienen un alto coste para el beneficio que aportan a los ciudadanos, que suele ser poco…
Pero sí es cierto que me preocupa, y mucho, que en el fondo de esa frase a la que tantos se pueden apuntar alegremente, haya en realidad, un rechazo hacia quienes profesan una creencia concreta.... ¿Se diría esto mismo de una hipotética visita del Dalai Lama, de algún lider religioso islamisa, judío, ortodoxo, protestante...???
Hoy en día, donde a todos se nos llena la boca de gritar que somos democráticos, es cuando tengo la sensación de que curiosamente somos más intolerantes con todos aquellos que son distintos de nuestra raza, de nuestro sexo, de nuestras ideas (políticas, sociales o religiosas) e incluso de nuestra procedencia geográfica… y es que, por si alguien lo ha olvidado, la historia nos ha enseñado que lo que comienzan siendo críticas a las convicciones ajenas pueden terminan en crueles guerras cuyas consecuencias son, siempre, trágicas… y de las que parece que nunca aprendemos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)