miércoles, 3 de agosto de 2011

Liberación

La naturaleza del río mantiene las orillas separadas. La tenacidad del hombre le puso puentes.

La mirada es capaz de enfocar sólo a esa persona y poco a poco todo lo demás va quedando detrás, difuso , lejano… Las manos se apresuran con una pasmosa calma a tocar su piel, a sujetarla como temerosas de que se vaya mientras ella se acerca más y más… su olor se entremezcla con su aliento y es entonces cuando los labios se acarician sin prisa pero con pasión en un beso… en ese momento el miedo se desvanece pues las defensas del alma caen y se desarman pues no son necesarias y es ahí cuando el alma encuentra su plena libertad

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