jueves, 16 de junio de 2011

Indignación

Para avanzar con seguridad, algunas veces es conveniente mirar atrás

Hace apenas un mes, un movimiento casi espontáneo irrumpió en nuestra sociedad haciendo que muchos de nosotros nos solidarizásemos con él. Esto es lo que se conoce como el movimiento 15-M o “los indignados”

Sus reivindicaciones, posiblemente algo inconclusas aún, son algo que todos sentimos y que comentamos en esos corrillos del café de la mañana o la partida de cartas de la tarde

Ahora, cuando los indignados han dado paso a ciertos niveles de violencia, ni quiero ni puedo pensar que sean aquellos que en su día promulgaron sus ideas, nos hicieron plantearnos muchas cosas y nos animaron a quitarnos una mordaza que el tiempo y la costumbre nos había colocado… pero no son ellos quienes increpan, zarandean o agreden… ni quiero ni puedo pensar que así sea, y en este juego de indignación no todo vale

Creo que ya comenté en alguna ocasión que lo que hace grande a un pueblo es su justicia. Aunque nos cueste reconocerlo, hay países cuyo sistema judicial han derrocado incluso al propio presidente elegido de forma democrática, pero eso no le da el derecho de abusar de su poder más allá de donde las leyes dictan, mientras que en otros lugares, la corrupción campa a sus anchas por cualquier rincón

Quisiera poner de ejemplo una pequeña historia de dos médicos que se llaman, por ejemplo, Jose Luis y Mariano y que tenían a una sola paciente que se llama, por ejemplo, España… cada uno de ellos intentaba dictaminar y aconsejar lo que era mejor para España, asesorándose con cientos, tal vez miles de ayudantes entre enfermeros, auxiliares, celadores… Pero hasta entonces, España sólo cogía algún que otro catarro, unos cuantos esguinces, un par de indigestiones y algunos dolores de cabeza… Hoy, España está muy enferma y los médicos, ni Mariano ni Jose Luis, saben qué hacer con ella. Ninguno de los dos saben cómo curar su enfermedad, venga de donde venga y sea cual sea la causa… unos y otros buscan la solución dentro de su ineptitud y el tiempo pasa… y España agoniza… Es muy fácil ser bueno cuando no hay problemas y es muy fácil culpar a otro de lo que pasa, pero es que nuestros políticos están para resolver los problemas, para encontrar soluciones y sobre todo, para hacer la voluntad de quienes les han votado

Y es que cuando no había problemas, nos dedicábamos a jugar al parchís, con eso de que cuento 4, te como una y me llevo 20… y así, se ha consentido que la corrupción ondee en muchos lugares, que la justicia se muestre inútil y desbordada, que funcionarios hayan abusado de sus puestos, que organizaciones sindicales y de cualquier otro ámbito se hayan acomodado viviendo de subvenciones….

España se encuentra cada vez más enferma y sus “médicos” han demostrado con creces su ineptitud para sanarla pese a que nos prometieron por activa y por pasiva su curación… no pueden pasarse la vida culpando a otros, o esperando que todo se arregle de forma automática… Por eso nació el grupo de los indignados, para recordarnos que la política es un servicio hacia la sociedad, y no al contrario, donde la justicia no funciona, donde la corrupción es fuente de provecho para muchos, donde el amiguismo y el enchufismo sigue estando a la orden del día, donde el poder judicial no se ha desligado del legislativo, donde los poderosos son cada vez más fuertes a costa de abusos que quedan una y otra vez impunes entre demoras de juzgados, apelaciones y demás recovecos legales que hacen que al final, la justicia se diluya entre la nada, pues hoy hay en la calle asesinos y ladrones que todos conocemos pues la prensa se encarga de recordárnoslos constantemente…

Parece que muchos se han olvidado de que “el dinero público” nace realmente de nuestros impuestos que hemos de pagar por obligación y parece que todos desean… España ya no puede pagar más facturas a médicos incompetentes que no saben enfrentarse a los problemas de verdad y que en su delirio aún piensan que nada ha cambiado…

Ni quiero ni puedo pensar que el grupo de los denominados “indignados” se conviertan en grupos violentos que al final intenten poner soluciones por una vía de autoritarismo y exclusión… Por ello, quiero reiterar aquí y ahora mi apoyo a ese movimiento del 15-M que es una pequeña esperanza para muchos de nosotros que nos sentimos desamparados por muchos de nuestros gobernantes y por muchos de esos estamentos sociales que se supone ha de apoyarnos, ayudarnos y protegernos… No hay lugar a la violencia, pero eso no quita que la indignación continúe.

1 comentario:

Luna Azul dijo...

¿Más claro? Imposible.
Un abrazo.