lunes, 14 de junio de 2010

Ruinas

El amor es el más armonioso de los motores que mueve el corazón

Sabía que lo que hacía no todos lo entendían… él luchaba por lo que creía aunque la mayoría de las veces, aquellos que estaban a su alrededor lo despreciaban por ello. Le dolía apretar el gatillo sabiendo que alguien podría morir, pero estaba seguro que siempre que lo hacía era necesario

Nunca negó que tuviese miedo, pero sabía que no había otra opción... Se pertrechó cómo pudo, tomó su arma, se aseguró de que estuviese a punto y se parapetó tras ella con la esperanza de volver, aunque en realidad nunca pensaba eso, pero en el fondo de su alma, sabía que podía pasar.

Al abrir la puerta, la noche ya estaba prácticamente reinando y sólo algo de luz por el horizonte del oeste demostraba que hasta hacía pocos minutos, allí donde ahora reinaba la oscuridad, había estado plagado de luz... Sabía perfectamente que la oscuridad era su aliado... le ayudaría a ocultarse de los ojos de su enemigo, pero también sabía que su enemigo quedaría oculto a sus ojos.

El frío de la noche le penetró como agujas hirientes y de forma refleja intentó encogerse sobre sí mismo, tal vez para aliviarse del frío o para pasar más desapercibido... Se adentró en las desiertas calles ruinosas y caminando en silencio en la lindes de lo que otrora fuesen edificios, calles y plazas, agudizaba el oído pues era su mejor defensa... sabía que a pesar de todo, cientos de ojos podrían estar acechándole, sabía perfectamente que en cualquier momento, un paso inseguro delataría su presencia, sabía que su vida dependía de su sigilo más que de su astucia...

Agradecía que el viento no soplase ni arrastrase la arena del desierto que actuaba como una invisible lija hiriendo la piel con infinitas punciones no por que fuese doloroso, si no por que en realidad le obligaba a cerrar los ojos para protegerlos mientras continuaba caminando intentando confundirse con la oscuridad de la noche

Sin previo aviso sonó una detonación... apenas se escuchó gracias un silenciador, pero él sabía perfectamente que le habían descubierto. Casi en el acto sintió el golpe en la espalda, la quemazón de la bala que atravesaba su cuerpo y el dolor intenso que le impedía permanecer de pie... cayó en la acera sin poderlo evitar, sabiéndose herido, perdido, abandonado a su mísera suerte... sí, no tenía miedo, sabía que todo había terminado justo en el instante en que su casco de color azul rodaba a pocos centímetros de su rostro... sonó una segunda detonación, apenas imperceptible...

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta...

Misión de paz... tecnicamente...????

que son...en realidad..???

respeto a los militares,me caen bien, tengo amigos que lo son..

.. pero por Dios..!!!!!

" quiero paz.."
"
y Dios!!!!! quiero también defenderme si me atacan..

Como vivo Buho con esa ambivalencia...????'

Me lo puedes explicar.

Un besazo amigo..

Unknown dijo...

P.d.

Estas muy lindo con tu nuevo traje...

por cierto no me has dicho nada de mis azucenas.. que son mias, no de google..

Besos

Luna Azul dijo...

Buena entrada Búho y preciosa canción.
Un abrazo

Bicordio* dijo...

¡Hermoso texto!


...Tú, de lo más lindo y verde...


Montoncito de abrazos, alguno con melodía...