miércoles, 12 de mayo de 2010

Belleza

La vida es un arte en el que no cabe ensayo

Rompiendo albores, el cielo se desgranaba de grises de plomo y nácar… Luisa no dejaba de mirar por la ventana, mirando la lejanía entre los dos bloques de viviendas que le conferían un artificial horizonte, pero aquella escueta apertura le permitía observar donde el cielo y la tierra se daban la mano… Hoy no podía verse, ya que una cortina oscura lo cubría todo antes de llegar allá… la lluvia en la lejanía contrastaba con el juego de luces anaranjadas del alba que se atisbaban entre los minúsculos huecos de un cielo cuajado de nubes

Estuvo allí durante varios minutos, disfrutando tanto de la vista, cómo del silencio que todo aquello provocaba… el día de primavera sería fresco, tal y cómo había sucedido en los días precedentes.

Al poco se dirigió hacia un iluminado tocador, donde la luz del día, que entraba en abundancia por la ventana, confería sin duda alguna, la mejor visión para eliminar sombras… Ante sí tenía todo aquello que una mujer suele necesitar para resaltar su natural belleza… maquillaje para ocultar la palidez de un rostro que se pasaba demasiadas horas sin sol; sombra de ojos, tenue, para resaltar el brillo de su mirada; máscara para prologar las pestañas; un lápiz de labios con el que conseguía una sonrisa embelesadora; algo de crema para mantener la piel fresca y firme, con el mínimo de arrugas que marca la propia edad…

Como si de un ritual se tratase, con la parsimonia de saber que lo que iba a hacer era importante, comenzó a maquillarse con todo el esmero que era capaz y del que ya estaba acostumbrada… No sabría decir cuanto tiempo duró todo aquello, pero al final, hay que reconocer que estaba radiante, cómo si fuese otra persona… Se miró al espejo, satisfecha de su trabajo, y sonrió de forma autocomplaciente…

"espejito, espejito… ¿Quién es la más bella de esta ciudad???"

"Sin dudar un instante siquiera, de todas las mujeres que conozco, tú eres la más hermosa, la más bella"

Luisa volvió a sonreír satisfecha… mirando su agraciada cara en el espejo, henchida de satisfacción y orgullo… Llegó la hora… se levantó, miró a la calle… ya había anochecido. Se lavó cuidadosamente, se puso un pijama y se fue a dormir… "mañana será otro día" dijo para sí…

“No hemos de preocuparnos por vivir largos años, si no de vivirlos satisfactoriamente; por que vivir largo tiempo depende del destino, pero vivir satisfactoriamente depende de tu alma” (Séneca, “Cartas a Lucilio”)

3 comentarios:

Maia dijo...

Nunca es poco lo que es suficiente, y nunca es mucho lo que no basta. (CXIX)

Tomo nota del libro...

Un abrazo.

Unknown dijo...

Bueno...

que alivio.. no soy la primera...

... realmente si hay alguien a quien eso le hace feliz y vivir mas a gusto... y no molesta a nadie..

...pues

...!que narices!... Chapo!!!.

la felicidad tiene caminos... que nadie es quien para criticar..

Un beso Buho rojo....

Unknown dijo...

Yo nunca me iría a la cama con las pinturas... si no fuera por una buena causa, ja, ja, ja.

Besos