lunes, 19 de abril de 2010

Miradas

Los errores se pueden enmendar, sus consecuencias, generalmente no

Es curioso cómo, hablando esta mañana de un hecho concreto, me ha venido a la memoria una imagen que me impactó tanto hace años que soy incapaz de olvidarla. Es posible que algunos hayan visto una serie documental ya antigua, que se llamaba “El mundo en guerra” (World War) y que reflejaba, o al menos lo pretendía, con grabaciones de la época, lo que había sido la segunda guerra mundial.

En una de esas grabaciones, el cámara se fijó en lo que hoy podríamos entender por un campo de refugiados, pero que no era si no un lugar en mitad de una calle desolada y destruida, donde se suministraba algo de alimento a quienes aún permanecian vivos allí. La gente, resignada a su suerte, hacia una larga fila a fin de poder obtener algo de comida que aliviase su miseria.

En medio del gentío, una pareja de niños que deambulaban solos y que a mi juicio tendrían unos 8 y 4 años (justo la edad de los míos en aquél tiempo) se removían con una mirada perdida, entre el miedo y la desesperanza, entre la indiferencia y el horror… una mirada de vida que conocía muy bien la muerte. El mayor dirigía los pasos del pequeño que, obediente, no ofrecía ningún tipo de objeción a todo cuanto se estaba desarrollando, y el cámara, dándose cuenta de esta pareja (seguramente hermanos), los siguió durante unos instantes mientras recogían en sus escudillas lo que allí se ofrecía.

Al girarse para alejarse, el mayor de los niños (insisto que no sería mucho mayor de 8 años) miró directamente a la cámara y sus ojos cargados de temor parecían hacer una pregunta que seguramente nadie habrá podido responderles ¿por qué???

Aquellos ojos y aquella pregunta se quedaron grabados en mi memoria, cómo si de una acusación particular se tratase… No sé por qué...

Hoy, algunas veces, miro a los ojos a mis hijos, más mayores, y veo un brillo de esperanza, de vida, de felicidad… Sé que aún hay muchas personas que siguen mirando con la indiferencia de la desesperanza, y siguen preguntando el por qué, pero permitidme que hoy disfrute de la mirada de aquellos que pueden sonreír, aún sin saber por qué…


3 comentarios:

Luna Azul dijo...

Hola Buho: Curioso que después de tanto tiempo entre nubes, esta luna vuelva a posar sus miradas en esta entrada. MIRADAS.
Sólo espero que las nubes no me vuelvan a enturbiar la mirada y poder seguir adelante con mi blog y compartiendo con vosotros.
Un abrazo

ROSA dijo...

Me he sentido muy identificada.
gracias por tu comentario.

Unknown dijo...

Luego eres un afortunado, un suertudo, un privilegiado,

cuidado como yo misma...

... por que sientes la felicidad en los ojos de tus hijos..

.. eso no tiene precio Buho...

.. sin olvidar lo que esté en nuestra mano para que este mundo sea mejor, para todos, al menos para los que nos rodean..

Un besazo