viernes, 19 de junio de 2009

Anaranjados

No siempre es necesario esperar a mañana.

Me gustan los momentos donde el sol, cercano al horizonte, tiñe de rojizo el cielo, cubriendo de color el día… Tal vez por que pone algo de alegría cuando el día termina, intentando compensar lo que de malo nos dejó, o tal vez por que pone alegría cuando el día comienza, con la esperanza de que sea maravilloso…

La vida, sigue su curso…




1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando sentimos que nada tiene sentido, mirar el cielo y las bellas sorpresas que nos tiene preparadas es un bálsamo que no tiene precio.