lunes, 30 de marzo de 2009

Zorro

El zorro permanecía inmóvil junto al límite del bosque, confundiéndose con la vegetación que de forma tan contundente separaba la meseta del bosque... el amanecer esta próximo y él lo sabe, estando al acecho, presto para conseguir su presa...

El orto marcó el inicio del amanecer y todo el valle se va decolorando del negro a un infinito mosaico multicolor que bailaba de forma suave y constante al son del silencioso y fresco viento del amanecer... Los ojos del zorro, inmóviles en apariencia, escudriñaban todos y cada uno de los rincones a que tenían acceso, esperando encontrar una presa...

Un movimiento no concordante con el resto, pone al zorro en aviso y su atención se centra en unos pequeños tallos que se mueven sin ese ritmo pausado del viento... afina el olfato y el oído y termina descubriendo que un descuidado conejo salió de su madriguera para disfrutar del día y posiblemente con la intención de darse un atracón de vegetales...

Con movimientos apenas imperceptibles, el zorro comenzó a buscar la más idónea posición de ataque, mientras que conejo, ajeno a lo que sucedía en la linde del valle, disfrutaba de su fresco desayuno

Unos interminables momentos y el zorro decide que es el mejor momento para atacar... arranca una frenética carrera y el suave ulular del viento es anulado con el casi imperceptible crujir de la vegetación bajo las blandas almohadillas de sus patas bordeadas de afiladas uñas... El conejo, alertado por el tenue cambio de sonido, tarda unas décimas de segundo en reaccionar y emprende, sin rumbo seguro, una carrera en busca de un refugio, sabedor del peligro que corre.

El conejo intuye al zorro muy cerca y hace un quiebro inesperado... en ese, ve el cuerpo del cánido que se mueve a pocos centímetros de él... la inercia del animal, más pesado, le aleja durante unos imperceptibles instantes, pero sus patas, más largas y fuertes, nuevamente le ponen a unos escasos centímetros del conejo que, nuevamente, hace un quiebro sabiendo que sólo el cansancio o un error de su persecutor, será su salvación...

Durante unos cuantos segundos, interminables para los protagonistas, la carrera se convierte en rápidos movimientos de engaños que el conejo realiza intentando despistar al zorro sin conseguirlo... el conejo, con los primeros síntomas de cansancio realiza otro brusco quiebro pero esta vez, el cánido ha adivinado sus movimientos, y el conejo se encuentra, aún sin saberlo, entre las fauces del zorro que sin dudar un instante, cierra con fuerza segándole la vida a su presa...

¿Cruel??? no piensa eso el zorro

5 comentarios:

sofia dijo...

...ha sido como volver a ver esos increibles documentales de Rodriguez de la Fuente...!!!

Unknown dijo...

Niño!!! que astuto... como el zorro... pero correcto..

Matar para vivir.. no para exterminar.... para agotar...para aniquilar... para arruinar..

Besos

Luna Azul dijo...

Todo es según el color del cristal con que se mira.

la danza de la vida dijo...

la supervivendia de unos es la muerte de otros, un beso

semifusa dijo...

:) Te digo lo que Sofía: tu texto es casi un documental (y también, como a ella, me has hecho recordar al querido Félix).
Y no, no es cruel... es la vida, en el caso del zorro.

Besotes.