viernes, 13 de marzo de 2009

Condicionantes

Recuerdo que siendo niño ponía una serie de condicionantes a sucesos fortuitos, confiando en que su acierto o no, sirviese para confirmarme si aquello que deseaba podría resultar factible, del tipo “Si el próximo coche que pase es rojo, pasaré el examen de mates”. Ni que decir tiene que pasaban coches de todos los colores menos el rojo y gracias a ello tenía que estudiar, aunque no siempre eso garantizaba el éxito en el examen.

Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que aún hoy en día, muchas personas necesitan confiar en ese condicionante para conocer lo que el futuro le depara, y acuden a echadores de carta, quirománticos, magos y chamanes de todo tipo con el esperanza de que ese futuro incierto se adapte a sus deseos, cambiando el tenue equilibrio del universo para que se adapte a sus necesidades.

Pero aún así, hay quienes siendo más modestos, sólo pretenden cambiar el destino de una persona y sin ser conscientes en la mayoría de las ocasiones, siguen acudiendo a esos condicionantes con el fin de asegurarse el paso a seguir y que este no sea un error… y de esta guisa, solemos decir con más frecuencia de la que deberíamos “Si me quieres, haz esto o aquello” , o ese jefe que nos recuerda “Si sabes lo que te conviene, haz esto o aquello” o incluso a nuestros propios hijos “Si estudias, te doy esto o aquello”…

Tal vez sea una forma de apostar contra el destino, que sin ser rígido, si es siempre desconocido y algunas veces nos niega nuestros propios deseos, y es ahí cuando intentamos burlarle con esos condicionantes, como si pudiésemos romper ese equilibrio no escrito, pero que se está escribiendo a cada instante… “si pasa un coche rojo, volverá a enamorarse de mí”

No hay comentarios: