
Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que aún hoy en día, muchas personas necesitan confiar en ese condicionante para conocer lo que el futuro le depara, y acuden a echadores de carta, quirománticos, magos y chamanes de todo tipo con el esperanza de que ese futuro incierto se adapte a sus deseos, cambiando el tenue equilibrio del universo para que se adapte a sus necesidades.
Pero aún así, hay quienes siendo más modestos, sólo pretenden cambiar el destino de una persona y sin ser conscientes en la mayoría de las ocasiones, siguen acudiendo a esos condicionantes con el fin de asegurarse el paso a seguir y que este no sea un error… y de esta guisa, solemos decir con más frecuencia de la que deberíamos “Si me quieres, haz esto o aquello” , o ese jefe que nos recuerda “Si sabes lo que te conviene, haz esto o aquello” o incluso a nuestros propios hijos “Si estudias, te doy esto o aquello”…
Tal vez sea una forma de apostar contra el destino, que sin ser rígido, si es siempre desconocido y algunas veces nos niega nuestros propios deseos, y es ahí cuando intentamos burlarle con esos condicionantes, como si pudiésemos romper ese equilibrio no escrito, pero que se está escribiendo a cada instante… “si pasa un coche rojo, volverá a enamorarse de mí”
No hay comentarios:
Publicar un comentario