martes, 25 de noviembre de 2008

Alfileres


La polilla batía desesperadamente sus alas olvidando aquel dolor que le atravesaba literalmente el cuerpo, fruto de un alfiler que la engarzaba directamente a un papel secante…

Ella había conocido un pequeño mundo, tal vez breve y limitado, pero siempre había sabido bien por él, a pesar de sus continuos e interminables golpes contra los cristales y sus continuos tropiezos contra la luz… si, no sólo el hombre tropieza dos veces con la misma piedra…

Ahora todo era distinto… su sensación de pánico desconocido se aunaba con la desesperación de impotencia, de incapacidad para recobrar lo que acaba darse cuenta de que su vida se le escapaba de forma tosca e inútil en cada uno de los aleteos que cada vez con menos vigor, seguía produciendo…

Su mirada, condenada a una vista única, observaba como su limitado mundo se convertía en estático, inamovible, casi rígido… totalmente inalcanzable cuando hasta hace poco, era un reto por descubrir… sus toscos oídos, percibían tras de si, el peculiar sonido de la música que de vez en cuando sonaba en aquella estancia, pero ya no podría volver a dejarse caer desde lo alto para columpiarse en las notas arrojadas al aire que llenan del grato sonido la estancia…

Un simple alfiler, y la polilla ha perdido toda su libertad mientras dentro de los últimos esfuerzos para liberarse, también está perdiendo su vida…

Un simple alfiler…

Cuantos alfileres llevamos nosotros clavados???

Moraleja: No abuses de la acupuntura.


11 comentarios:

Isabel dijo...

Escalofríos me da pensarlo,amigo;lo milagroso es sentirnos vivos aún...
Preciosa entrada y una moraleja sin despedicio jeje.
Sueles estar lleno de paradojas,es interesante leerte siempre...
Risa y lanto,alegria y dolor,vida y muerte,relax y desesperación,etc.
Me pregunto si tu vida también lo estará.Está la de todos,¿verdad,amigo mío?.Un besazo.:-)

Vanessa dijo...

Llevar clavado en la chaqueta o en el pantalón un alfiler da buena suerte al jugador y el que quita el primer alfiler del velo de una novia se casará pronto.
Para hacer desaparecer las verrugas, hay que tocarlas nueve veces con alfiler nuevo y después tirarlo por encima del hombro izquierdo, o bien poner en tierra un alfiler y esperar a que se oxide. Entonces la verruga desaparece.
Si al andar por casa se ve un alfiler en el suelo, no hay que recogerlo en el caso de que su punta se dirija hacia uno, porque da mala suerte. Cuando es la cabeza del alfiler la que nos apunta, la buena suerte nos sonreirá.
En Toledo las muchachas encuentran novio si echan alfileres a la Virgen. Se cuenta que una hermosa muchacha toledana tenía amores con un galán. Los padres de él, que no veían con buenos ojos el noviazgo, lo mandaron a Italia. Al principio, la novia recibía carta de él diariamente, y después las cartas se fueron espaciando hasta que al final se interrumpieron. La muchacha, desconsolada, iba todas las tardes al lugar de la despedida y, al recordar a su amor, le entraba tal congoja, que se clavaba un alfiler para no caer desmayada. Un día pidió ayuda a la Virgen de los Dolores, que se le apareció con el corazón atravesado por siete espadas. La Virgen le dijo: "Yo también he sufrido. Aguarda". Días después, cuando la doncella iba a clavarse otro alfiler, apareció el novio arrepentido y más amoroso que nunca

belona dijo...

Tengo algún alfiler... sí.

Lunarroja dijo...

Unos cuantos, querido Búho.
Supongo que más de los necesarios, más de los imaginados.
Pero mucho me temo que menos que los que llevaré por ejemplo, el año que viene, o el otro, o el siguiente.

Así es la vida, ¿no?

PIZARR dijo...

Eso quisiera yo saber cuantos llevo clavados y sobre todo quien me los clava... jajaja

Y es que parece que alguien esté haciendo budú con nosotras...

Un beso Buho, interesante manera de hacernos pensar, aunque yo me haya ido por otro lado en mi respuesta.

Unknown dijo...

Buff... umm... y lo que mas miedo me dá es la de alfileres que nos quedan por pasar..... y sobre todo si seremos o no capaces de salir adelante.

Pobre polilla.

Un beso

Cyllan dijo...

Mmmm, ahí le has dado buhíto. Tú los has llamdado alfileres, yo los llamo otra cosa, pero es la misma idea. ¿Cuántos garrotes tenemos encima dispuestos a arrearnos como nos salgamos lo má mínimo de sus rígidos parámetros de vida? Grrr.

Anónimo dijo...

Casi no puedo terminar de leer. No pude evitar ponerme en la piel de la polilla. Tu paralelismo es impresionante. Es tan difícil aprender a valorar. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Hermoso post.

Luna Azul dijo...

Alguno que otro, pero sería injusta si me quejara. La vida no me ha tratado mal si me comparo con otras personas.
Confío en que las cosas no se tuerzan.
Aunque he llegado con retraso quedan comentadas las 3 entradas que no había leído.
Un abrazo y un placer leerte.

Manuela Fernández dijo...

Todos llevamos alfileres que se nos van clavando así vivimos, ya seamos buenos o malos los alfileres se nos acumulan de igual manera.

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Me gustó el canto gregoriano sobre la imagen, bellísima...
No me gustan los alfileres. Sobre todo esos chiquititos, pero provocadores de agudos dolores, que se clavan en el corazón con el desamor.
Un besito.