sábado, 2 de agosto de 2008

Sexo


Siento desanimar a los que han llegado buscando sexo… No, esta entrada trata de la publicidad, pero es que he mirado en el todopoderoso google y el resultado de “sex” es de 779 millones de páginas, mientras que el de “cultura” es de 198 millones de páginas… es decir, que por mucho que nos entretengamos en ver los documentales de la dos y de la BBC juntos, hay mucho más sexo del que podamos digerir…

Así pues, esa es la causa del título de la entrada, por que estadísticamente, es más fácil que me encuentren por sexo que por mis interpretaciones filosóficas de la vida, que son limitadas, todo hay que decirlo

Pero que nadie se llame a engaño… el sexo ocupa en mi vida, lo que debe ocupar (bueno, menos, como en casi todas las vidas) y en el lugar que debe ocupar…

Terminada esa absurda justificación, me centro en esas pequeñas joyas que día a día nos ofrecen información que, aparentemente no nos importa, pero que le hacemos caso, como si fuese un gurú. Aún no sabemos muy bien como, pero de repente, surge en la prensa, radio y sobre todo la TV (y ya empieza a merodear en internet) esa extraña avalancha de productos que en lugar de mostrar las cualidades del mismo, se afanan en recordarnos que con ellos seremos más felices… pero, si eso no funciona, entonces se recurre a la última estrategia publicitaria… el orgullo del consumidor. Es así como es fácil encontrar frases como “no sea el último”. Reconozco que yo mismo, cuando en un libro veo esas pegatinas de la 23ª edición, pienso que debe estar bien, aunque procuro mirar el número de ejemplares de cada edición, pero sí… me llama la atención.

La publicidad nos crea la necesidad de necesitar lo que hasta ese momento era innecesario y las imágenes lo corroboran con absoluta fijeza, tal como esa persona que compra un aparato para limpiar y se pasa el resto de su días limpiando y descubre la felicidad limpiando y ya no vuelve a hacer nada que no sea limpiar… sí, la publicidad nos enseña y nos dice lo que nos es bueno o no…

Ahora resulta que los chicos serán más listos si comen una inmensa cantidad de productos que son buenos para su salud… que si tienen internet en casa estudiarán mejor… y que la mejor forma de ayudarlos es regalándoles una consola con un montón de juegos que activan su mente y todo eso…

Y así nos encontramos que si no sabemos dar utilidad al producto anunciado, nos tocan la fibra sensible y es entonces cuando no podemos negarnos… mira que si mis hijos salen tontos por no tener un PC en casa… mira que si me deja mi novio por no darme la crea antiarrugas de óctuple acción (o action como suele venir en el envase, aunque esté fabricado en Cuenca)… mira que si se me quema la tortilla de patata por no hacerla con un robot de cocina super-mega-automático… mira que si no voy a ver bien las olimpiadas por que mi TV no tiene 345 pulgadas… mira que si por no llevar un coche de gran cilindrada vamos a estar 5 horas más de atasco… o tal vez debería cambiar de colonia para que las mujeres se vuelvan locas por mí…

En fin… que yo mismo, sin proponérmelo (o tal proponiéndomelo) estoy dejándome llevar por lo que critico y anuncio entre cerca de 800 millones de entradas, por si alguien llega aquí… quien sabe con qué intención…

4 comentarios:

Ericarol dijo...

No solo es el título, también la foto. Que graciosa!!!! No puedo negar que Sexo atrae más que cultura. Pero ambos en mucho, cansa. O no??? Un beso.

belona dijo...

Mira que si por no leerte hoy, ya no entras a verme de vez en cuando....!

Luna Azul dijo...

En mi opinión somos asi de tontainas, tarde o temprano todos caemos por mucho que nos queramos resistir.
Feliz fin de semana bueno casi feliz domingo sólo.

Anónimo dijo...

La publicidad es para la masa. Afortunadamente todavía queda gente que sólo se divierte con ver ideas creativas que se usan para vender. Muy interesante tu post.