lunes, 21 de julio de 2008

Invasion


Aquel lugar era pequeño, pero a sus habitantes, no les importaba… es más, nunca se habían preocupado del tamaño de las cosas y vivían de acuerdo con esas clásicas tradiciones que se habían perpetuado desde hace tanto tiempo que ya nadie recordaba ni por qué se hacía así, aunque nadie tampoco lo cuestionaba…

La vida transcurría de forma calmada y sencilla… desde que la luz llegaba hasta que la oscuridad dominada la noche… las pequeñas labores llenaban sus vidas en un ritmo cómodo y afable…

Un día, en el cielo apareció un extraño objeto… enorme… rugiente y lleno de fuego… Nadie, evidentemente esperaba algo así y toda la rutina de las últimas centurias, desapareció en un segundo… todos se asomaron para contemplar, atónitos, aquel enorme objeto que descendía desde las alturas con un atronador sonido y cubierto de fuego… El día se hizo noche y este, de nuevo día… el viento que desprendía, levantó nubes de polvo y ocultó un horizonte que era más que conocido…

Durante mucho tiempo, aquel espectáculo dejaba sorprendidos y perplejos a aquellos rústicos seres de costumbres ancestrales y cuando el objeto por fin se posó en el suelo y dejó de emitir fuego, todo parecía que, poco a poco, volvía a la normalidad… sin embargo, todos estaban allí, esperando algo… sorprendidos, maravillados y temerosos al mismo tiempo…

Nadie sabe si pasó mucho o poco tiempo, pero hubo un momento en que la quietud volvió a romperse y lo que comenzó como pequeños movimientos de aquella nave, fueron tomando complejidad y sus formas se iban modificando. Al cabo de un tiempo, una puerta se abrió y una silueta de forma humana, quedó reflejada al contraluz. Todos quedaron como petrificados y más aún cuando aquella figura comenzó a moverse dirigiéndose hacia donde estaban ellos… su tamaño era inmenso y se acercaba hacia ellos quien sabe con qué aviesas intenciones…

El pánico se apoderó de todos y el caos rompió cuando el primero de aquellos, ahora diminutos seres, comenzó a correr intentando alejarse de allí… No había orden ni concierto y cualquier dirección era buena… Los más osados, intentaron hacer frente a aquella gigantesca criatura con sus rudimentarias armas que resultaron, a todas luces ineficaces…

A pesar de ello, parece que lograron captar la atención del ser gigantesco, que, como si hubiese sido sorprendido, se detuvo y por un momento se quedó inmóvil… se giró y dirigiéndose a su nave, se pudo escuchar… Houston, tenemos un problema una vez más… ¿Quién cojones aseguraba que Marte estaba deshabitado???

4 comentarios:

belona dijo...

No sé si lo he entendido bien... pero "cojones... vaya flas".

dijo...

Relato fantástico y buenísimoooooo!

Ericarol dijo...

ooops!! me gustó mucho. abrazo.

Luna Azul dijo...

Jejeje muy bueno búho rojo, intriga primero y humor después.
Un abrazo