lunes, 16 de julio de 2007

Cárcel


Quien no ha tenido la sensación de estar en una prisión dentro de su propia vida?

Quién no, de una u otra forma, hizo una lista de objetivos en su vida, y se han ido quedando ahí, acumulados sin poder hacer nada.

Es curioso como aquellas "circunstancias" que tan famosas hizo Ortega, se conviertan muchas veces (es mi caso) en el eje de la vida.

Cuando era joven, tenía una lista inmensa de sueños, de proyectos, de metas... todo, o al menos, la mayoría, era posible y sólo dependía del esfuerzo de cada uno. Con el tiempo, sin tener mucha idea de como ni de por qué, se me han ido colocando en esa lista, y con orden prioritario, una serie de "circunstancias"... El trabajo, que cada vez me absorbe más y más tiempo... mis hijos, cuyos problemas han crecido en progresión geométrica... el resto de la familia, en especial los padres, donde su tiempo, no sé si ganado o perdido, se complementa con el mío en mayores o menores dedicaciones... la casa, (hogar, dulce hogar) que exige una dedicación imposible de olvidar... y cómo no, el euribor y el precio de la gasolina, que nos condiciona todos aquellos aspectos en los que interviene el vil (pero hoy totalmente imprescindible) metal (o plástico, que todo evoluciona)

De aquellas listas llenas de buenos deseos y cargadas de ilusiones, he ido quitando con el tiempo, de forma tan sutil que ni yo mismo sabría explicarlo, algunas de las citadas circunstancias (y otras más que ahora no podría recordar) y con mudo entendimiento, se van intercalando estas y otras circunstancias, en aquella citada lista que ya, en la adolescencia, se empezó a fraguar... No había que cambiar el mundo, si no hacer un mundo a MI medida... y ahora, soy yo quien se está moldeando a la medida que el mundo me exige

Tal vez sea evolución, orden, y desde luego, lógica... pero tengo la sensación, algunas veces, de estar dentro de una cárcel, donde cada una de mis "circunstancias" se han convertido en los barrotes que la delimitan y que aquella lista inicial donde fui apuntando mentalmente todo lo que debía hacer en mi vida, se ha quedado, sin saber muy bien como, fuera de mi alcance... y por lo tanto, mi vida ya no es mi vida, si no la vida de mis circunstancias...

Tal vez Ortega debería haber dicho "Yo somos mis circunstancias y yo" al menos así es como hoy lo siento..., pero sigo asomándode entre las rejas y sigo viendo, allá a lo lejos, mis propios sueños que aún me esperan....

5 comentarios:

Anónimo dijo...

PRECIOSO.
Abramos escuelas, abramos corazones y se cerraran cárceles...
Un abrazo.

Naty dijo...

Los sueños te esperan... Y te digo un secreto: no importan los barrotes... Ellos (tus sueños) dejaron abierta la puerta... Saluditos :)

Anónimo dijo...

¿Quién eres? claro que eres tú y tus circustancias, yo y las mías, él y las suyas. Por lo tanto esa lista de sueños que todos hicimos en su día posiblemente no la hayamos acabado nadie.

Anónimo dijo...

te traigo una lima escondida en la liga

Perovsquita dijo...

Me ha encantado tu texto.

De hecho, el otro día le comentaba a una amiga que siento que "estuviera cumpliendo condena".

Al menos me queda la esperanza de que llegue una carta que me redima de "mi culpa¿?"

Saludos