lunes, 18 de junio de 2007

Piano



Con la misma contundencia que el golpe de un piano que se cayese desde, pongo por caso, un piso 24, algunas veces, tengo la sensación que con la misma rotundidad, la vida nos sorprende y nos avasalla de forma tan inesperada, que quedamos paralizados por la sorpresa, sea esta positiva o negativa (aunque desafortunadamente, las últimas son más frecuentes y más difíciles de digerir)

Supongo que un momento dado, todos hemos pasado por tragos más o menos amargos y totalmente inesperados, como la enfermedad o la muerte de algún ser querido, o algo mucho más sencillo como perder el empleo sin previo aviso... Otros golpes, más felices e infrecuentes, son, además de que nos toque la lotería, el día que te enteras de que vas a tener un hijo, o sin previo aviso también, te dan un ascenso en el trabajo.

Evidentemente, hay ocasiones en que nuestro carácter se ve alterado por una u otra causa, y aunque supongo que todos nos podemos hacer una idea de el por qué nuestra vida, en un momento dado, puede verse afectado por algo, como es la caída de un piano desde el piso 24, o cualquier otra de las circunstancias ya expuestas a modo de ejemplo, para mi, existen algunas otras situaciones que no logro descifrar, pero que están presentes en mi vida

Hay días que no hay motivo pero sin embargo, todo parece más triste, más otoñal, más difícil... días donde los horizontes se alejan dos pasos cuando yo avanzo tan sólo un; días donde las miradas ajenas son en blanco y negro y donde las palabras están carentes de corazón, días donde no hay sonrisas, si no reproches en los rictus de rostros desconocidos Siento días donde el viento es tan frío que corta la piel hasta llegar al alma para helarla, por mucho que caliente el sol en el cielo. Siento días donde las lágrimas empañan la vista y todo se difumina entre nubes púrpuras de sol y motas de polvo y lluvia, que en lugar de formar arcoíris, revolotean sin ningún sentido, sin ninguna dirección, sin ninguna intención, hasta caer yermas al suelo justo cuando llega la noche y cuando el día parece que se pierde en el tiempo pasado y es justo en ese instante en el que se mira atrás y se encuentra un tiempo vacío...

Pero no todos los días son así… unos llueve y otros hace sol…

Mañana será otro día... pero no estoy dispuesto a que me caiga otro piano... voy a usar el MP3 que es más ligero... por si acaso…

6 comentarios:

ROSA dijo...

Hace tiempo que vivo debajo de un piano que cayó del piso 25, pero he aprendido a convivir con él encima.
Quizá lo que más me molesta es que la gente se dé cuenta de que lo llevo encima y me recuerde que mi vida podría ser mejor de lo que es.
Me he identificado con ese piano.
Me gustaría encontrar un MP4 para llevarlo en su lugar mañana. Bss

Isabel dijo...

Pablo,cuando hablas desde la sinceridad de tus propios sentimientos tus palabras llegan hondas,cercanas...Te comprendemos mejor,porque nada hay más cerca de cada uno de nosotros que un sentimiento sincero...
Ocurre que solemos callarlo y dejarlo dentro con nuestro silencio...
Me alegro que hayas decidido compartirlo,porque aunque hoy te sientas asi, sabes que somos muchos a tu lado acompañandote de una forma u otra...
Aqui tienes mi compañia,por si quieres que escuche tu silencio también...
Recuerda que siempre amanece...
Un beso grandote,amigo...

Perovsquita dijo...

El peso que muchas veces llevamos cargados a nuestra espalda, es producto de nuestro pesimismo.

Para redimirnos de esta carga, hay que mirar por la ventana, y haga sol, ó haga frío, vestir tu rostro con una sonrisa y unas gotas de tu mejor colonia.

Ese día... que se aparte el piano... que vas a por él.

Saludos!

Gloria dijo...

Bellisimo video y muy sensibles y sinceras tus palabras. Un abrazo de alguien que se siente muy parecido a ti hoy.

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Hay días que mejor no haberse levantado. Esos días donde el aire no llega a los pulmones, duele el respirar, el mirar, el ver.

Pero abres una ventana, y al otro lado, gente que te lee, te escucha, comparte sentimientos, se pone en tu lugar.

Ese día es hoy.

Como dice Isabel este Pablo hondo, gusta.

Un beso

Anónimo dijo...

no me importaría caer derribada por tanta belleza, me reconozco en esa sensibilidad...
encontré ese video por casualidad una vez, y me ha encantado volverlo a escuchar aquí
Un abrazo grande