jueves, 22 de febrero de 2007

mi padre


Leyendo opiniones, ideas, comentarios y todo aquello que queda reflejado en vuestros blogs o en lo que aportáis en el mío, me vienen a la cabeza ideas o sensaciones que, bien por nuevas, bien por que no he sabía que existían y de alguna manera llegan de improviso, como ese familiar que no sabíamos que teníamos, de repente aparecen de forma caótica y desordenada en mi cabeza... ruego me perdonéis por todo aquello que mis manos intentan transcribir en el teclado, dirigidas por la excitación y el ansia de la premura que, a veces por falta de tiempo, y la mayoría por que no sé hacerlo mejor, intento reflejar, quizás con no mucho éxito en ocasiones.

Hoy, quiero hablaros de mi padre. Él hace ya muchos años que no está. Lo que ahora se llama una larga y penosa enfermedad acabó son su vida con no pocos sufrimientos. Él era un hombre sencillo, acuñado en una España difícil donde la escasez de todo era tan habitual que nadie le prestaba atención, ni aquí, ni en ningún lugar de una más que dolorida Europa...

El trabajo fue su constante en la vida. Tal vez no fue todo lo culto que quiso, o tal vez no tuvo la oportunidad de serlo, pero como la mayoría de las personas, fue un pequeño filósofo de la sencillez, donde el ingenio era mucho más habitual que la cultura. Fue constructor de sus propias tradiciones, un trovador de sus esperanzas, casi siempre troncadas por las adversidades que nunca dejaron de visitarle, como a la mayoría de las personas que tuvieron que vivir en esa época. No se puede decir que fuese el mejor padre, pero sí creo que lo hizo lo que pudo. No sabría confirmar si fue honrado hasta la médula, pero si que fue humano y querido. No pasará a la historia por sus hazañas, pues nunca hizo grandes cosas, y el tiempo borrará su memoria en unos pocos años... pero él fue mi modelo a seguir y entre todo lo que de él recuerdo, me gusta acariciar su simpleza, su candidez, su franqueza, su sonrisa, su mal genio que era de espuma, sus refranes, sus paseos cuando era posible, en los fines de semana, y sobre todo, ese saber afrontar la vida de cara, sin nada que temer, tal vez por que no había nada que perder… mi padre fue un hombre sencillo y humilde sin mayor ambición que la de intentar ser feliz, sin saber muy bien que hacer para conseguirlo.

Nunca ha dejado de estar conmigo.

Te quiero papá.

4 comentarios:

Isabel dijo...

Me has emocionado,Pablo;quizás porque también sé lo que se siente cuando no están con nosotros los que amamos...
Seguramente,tu padre seguirá estando orgulloso de tí tanto como tú de él.Un gran abrazo.:-)

Hanna dijo...

Nuevo Casa y no decías nada, no puede ser. ¿No se invita?
Buen Fin de Semana.
Saludos Lusos

Candelas Sanchez Hormigos dijo...

Me has emocionado, y te confieso que he llorado porque he recordado a un hombre, mi abuelo, que lo mismo que tu padre se hizo así mismo.

Y sabes una cosa, no podrá ser olvidado, se olvida lo que no se ama, y tu amas a tu padre.

Me gusta tu nueva casa, amigo mio

frikosal dijo...

Mi padre murio cuando yo tenia 19 años, despues de una larga y penosa enfermedad. Vi a mi padre agrietarse y romperse, ahora veo a mi hijo comportarse (a veces) tan estupidamente como yo. Y ya me lo imagino cuando vea que yo no soy indestructible. Los hombres apenas somos algo mas que los gusanos pero, como los dioses, no estamos preparados para morir.